¿quien soy?

negro

Miro por la ventana del auto bus y veo una niña correr en brazos de su padre para ir a la escuela, y eso me lleva pensar en mi familia.

<<Mi familia, como si yo hubiera tenido una>>.

Suspiro y pienso amargamente.

-Última parada, calle Firjus, Los Ángeles! -Grita el conductor desde su asiento.

Ésta es mi parada.

Me levanto del asiento y me dispongo a bajarme del bus, espero que las personas que se encuentran a mi delante pasen caminado por el corto pasillo del bus. Siento la sensación de que alguien me esta mirando. Miro disimuladamente a mis dos lados, nada, miro en el espejo que se encuentra adentro del bus. Y mis ojos recaen en los ojos negros azabaches de un chico o mejor dicho, un hombre. Mi cuerpo se eriza con sólo verlo allí, mirándome como si fuera la cosa más interesante.

<<Esos ojos me parecen tan conocidos, pero es imposible que sean de la persona que creo>>.

No me quita los ojos de encima. Me dispongo a bajar del autobús y descarto cualquier idea de mi cabeza.

Busco música en mi celular para escuchar mientras espero el siguiente bus que me dejará cerca de hotel en el que trabajo.

De pronto veo que el chico que me mira en el paradero, se para a un lado de mí, tal parece que también espera el bus.

-Hola. -Lo escucho decir pero hago caso omiso y no respondo, ni siquiera le miro-. Mi nombre es Esthev -agrega, pero sigo sin responder.

No le respondo, porque no me interesa conocerlo.

- ¿Hola, Bella?

¡¿Y éste cómo es que sabe mi nombre?! No suelo usarlo.

-Trabajamos en el mismo hotel, soy el chef de la cocina. Te he visto varias veces eres mucama, ¿no?-prosigue y puedo sentir su mirada encima de mi.

-¿Disculpa? ¿Hablas conmigo? -Me hago la idiota y me quito uno de los audífonos que de por sí, aún no estaban con música.

-Que idiota soy, no me había dado cuenta de los audífonos que llevabas. Te decía que me llamo Esthev, trabajamos en el mismo hotel tú eres mucama, yo soy chef, y que si aceptabas almorzar conmigo esta tarde-Lo ultimo me lo dice pícaro.

-¿Ya acabaste? -Pregunte cabreada-. No me interesa como te llamas, ni mucho menos almorzar contigo. Gracias.

-Disculpa, no te enojes, de hecho no vengo con la intensión de hacerte enojar, solo quiero conocerte. -Me mira divertido.

-Lo siento. A mi no me interesa conocerte. -Lo miro con indiferencia, mientras subo al bus.

Él sube detrás de mi, doy un vistazo rápido a los asientos que están disponibles mientras camino dentro del bus, opto por sentarme al lado de una señora que tiene un bebé recostado en brazos mientras lo mima.

-Hola, señora ¿puedo sentarme aquí? -Le pido, ya que había un bolso de bebé encima del asiento a su lado.

-Sí, si claro. Disculpa, es que Daimiel es muy inquieto. -La señora sonríe, puedo notar unas ojeras muy visibles en sus ojos, era de tés rubia.

La señora retira su bolso del asiento y hace un ademán para que me siente. Me siento y miro de reojo a Esthev, el me guiña un ojo divertido mientras se sienta en el asiento del fondo.

Idiota.

Estúpidos, no soportan una falda que les pase por el lado, pobres idiotas. Pongo la música a todo volumen y la escucho mientras llego al hotel. Es una canción de Paulina Rubio mi nuevo vicio...

 

 



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En el texto hay: drogas, recuerdos, tristesa

Editado: 01.12.2018

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