Me doy cuenta que el idiota, que me estaba coqueteando, no me quita los ojos de encima, esto ya es el colmo. Maldita sea, siento como sus ojos miran mi trasero ya que yo tengo unos pantalones bien ajustados negros gastados, unos tenis adidas negros, una remera nake grande rojo y un gorrito negro. Me gusta vestir, así nunca me han gustado los malditos vestidos ya que se ven ¡pateticos!. Ese tipo esta, apunto de tragarme con los ojos, me doy cuenta a través de los espejos del bus mientras baja.
Es irritante. <<Este tipo>>
-Oye ¡¿Sé te perdió algo en mi maldito trasero?! -Digo enfadada, estoy apunto de darle una bofetada a ese hijo de puta. -Veo que no quitas tu maldita miranda de mi cuerpo! -Exclame aun más irritada.
-Pe... pe... perdón -dijo entre cortado- No quería molestarte, soy un imbécil, disculpa. Pero es que me perdí en ese estupendo trasero y en ese hermoso cuerpo que tienes. Sería ciego si no te mirara perdidamente, bella. -Su mirada de picardía estúpida me hierve la sangre.
-Maldito, hijo de perra, ¡¿Cómo te atreves a poner tus asqueroso ojos en mi, pervertido?! -Digo totalmente furiosa y solo vi cuando golpee su puta cara.
<<Estoy tan molesta que solo quiero golpearlo mas>>
-Oye, ¿Siempre eres así? Pero ¡Por favor discúlpame! Ay... Ay... Pegas muy duro -dice sobandose el rostro-. ¿Pero sabes? Me gusto. Por lo menos se que me tocaste, me llevo un lindo recuerdo tuyo-. Me brinda una sonrisita coqueta que no me da nada de gracia.
-Maldito, hijo de perra. -Lo golpeo en la cara y se deja caer al suelo. Aprovecho esta oportunidad para subirme a horcadas sobre su cuerpo y pegarle por todos los lados de la cara.
Estoy tan furiosa que sólo quiero golpearlo más y mas, por sus comentarios estúpidos, me hierve la sangre de tanta rabia. De pronto siento a alguien o algo tomarme por la cintura sin ninguna preocupación de lastimarme
-Señorita, debe tranquilizarse, por favor -dijo la persona que me sostiene con fuerza y me quita de encima de él.
-Tendré que llevarla a prisión por disturbios en una zona turística, señorita, y agresión física. -Me advierte y me doy cuenta que es un policía que me está sosteniendo con las manos en mi espalda.
-Yo no iré a ningún lado. ¡Este maldito hijo de su perra madre me provocó! -Grité con la respiración agitada por la adrenalina.
-Pero no dije nada para que te pusieras así, bella -dijo con cara de idiota.
Aunque mirándolo bien, tiene el ojo morado, su nariz tiene sangre y su labio está partido en la parte de arriba. Hice un buen trabajo.
-Pues tendré que llevármelos a los dos por desacato y disturbio en una zona turística. -Nos informa el policía y mis sentidos se ponen en alerta.
-No, no, oficial, no es necesario. Todo esta bien no pasa nada no tiene que llegar tan lejos oficial -suplica el idiota.
La verdad es que no me caería nada bien que valla yo a la cárcel me echarían del trabajo.
-Lo siento pero es mi trabajo y tengo que arrestarlo -dice el oficial sacando las esposa.
-Señor oficial, con una multa basta, por favor tengo que ir a trabajar -suplico. No puedo darme el lujo de perder mi empleo, me costó mucho poder encontrarlo y de ello dependo para pagar mi universidad.
-Si, Señor, me parece bien lo que dice la señorita con una multa sera mejor y todo se arregla.
Unos segundo pasan mientras el policía piensa y procesaba nuestra petición.
-Esta bien, pero prometa que no va a volver a pasar. Y usted, señorita, le daré una multa extra por golpear al señor y tenga esto. Es una tutoría para control de ira y esto es lo que tendrá que pagar. - Me firma y me lo entrega-. Casi le descuartiza la cara al joven-. Me entrega unos papeles el policía y me mira serio.
¿Es en serio esto? Me mandaran a una tutoría de ira. Esto era lo que me faltaba.
Miró la hora en mi reloj de muñeca y mis ojos se abren como platos salidos de órbitas al darme cuenta de que son las ocho con treinta minutos de la mañana.
<<Maldición, llegaré tarde al trabajo>>
Sin discutir más para no perder el tiempo con este maldito policía tomo los papeles y me dispongo a firmar.
-Esta bien. No queda de otra más que hacer todo esto -firmo con frustración
-Creo que es una buena idea, oficial, esta señorita es una leona -agrega el idiota en forma de burla y solo me dan más ganas de seguir golpeando su rostro.
-Mejor cállate, si no quieres que te parta la madre, mendigo imbécil. -El oficial me agarra de los brazos.