Con su cerebro a medio congelar, Logan siguió a Emmy fuera del patio trasero de la heladería, al momento en que ella atendió la llamada en su teléfono móvil toda suavidad y amabilidad se perdió en la dureza habitual que siempre mostraba.
Por las expresiones tensas en su rostro, no era nada bueno lo que oía, por respeto Logan le hizo un gesto en dirección al parque más cercano, Emmy asintió y movió sus labios sin emitir sonido alguno para hacerle saber que lo encontraría ahí.
Al llegar al amplio espacio verde, percibió en el aire tibio un aroma familiar, mezclado con notas de vainilla. Caleb. Lo buscó por todo el lugar hasta que encontró su figura sentada en una de las bancas de madera más alejadas. Sonrió, no lo veía en casi cuatro meses, y a pesar de que había sido la causa de todos sus problemas, no podía evitar sentirse alegre por saber que estaba vivo, y bien.
Caleb fue expulsado del clan por un año, debido a que ideó un complot para liberar a una mujer humana que intentaba desvelar asuntos muy delicados del clan, también porque era su novia y ella le había salvado de morir en el bosque. Era una muy larga y complicada historia en la que Logan fue arrastrado a un humillante castigo.
—Caleb.
De sus ojos azules solo salió un profundo arrepentimiento que fue disimulado por una débil sonrisa. Se veía distinto, más confiado, menos nervioso, relajado. Como si al ser expulsado y catalogado como un traidor le quitara un peso de encima. No podía entenderlo, cualquier lobo con ese castigo habría caído en un profundo pozo depresivo.
—Logan, me alegra verte.
Se sentó en la banca y lo miró a los ojos.
—Lo mismo digo, te ves diferente.
Caleb lo miró de pies a cabeza y sonrió.
—Tú también. —Arrugó la nariz olfateando el aire— ¿Por qué hueles a caramelos de azúcar rellenos de..., más azúcar?
Logan no sabía si debía sentirse ofendido o halagado, bajó la nariz hasta su hombro, la dulzura estaba en su piel. “Te marqué...” le agradaba eso, su aroma impregnado en su piel.
—Es una larga historia ¿sigues con Eleine?
Orgullo envuelto en amor, el brillo en sus ojos iluminaba su rostro, le hacía sentir incómodo, demasiada cursilería para su gusto. Aunque su amigo se veía feliz, no podía culparlo por sentir amor.
—Sí, estos meses han sido maravillosos.
«Ugh»
— ¿Qué haces aquí?
Caleb pasó una mano por su cabello negro, un poco largo hasta la nuca.
—Eleine está hablando con un ex comandante militar que cumplió sus servicios en logística, dice que es un importante proveedor de técnicas no invasivas de contención.
Logan enarcó una ceja.
—Lo sé, yo tampoco entiendo mucho, pero Eleine es la experta en manipulación e investigación, le conseguirá más apoyo a tu alfa para seguir conteniendo los brotes de infección. Lo viene haciendo muy bien y Derek está contento con eso.
Esas eran buenas noticias, desde que fue relegado de su puesto como castigo, Logan se había perdido de la información que circulaba alrededor de la enfermedad L. Derek quería mantener todo entre él, Jeanine y su cuerpo de líderes, además de Sean Wells y algunos de los suyos.
Ocultarle información al clan era algo peligroso, pero antes de infundir pánico, el alfa prefería dejarlo fuera de la comunidad. Logan estaba de acuerdo con eso, con tantos problemas dentro del clan, hacerles saber que una peligrosa enfermedad podría infectarlos y volverles salvajes empeoraría la situación.
El clan estaba pasando por un complicado período de inestabilidad, entre las deserciones, las disconformidades y la perdida de miembros, Derek no quería sumar otro problema más a la lista.
— ¿Y tú, qué haces por aquí? —Caleb le preguntó—. Esta ciudad pertenece a dos clanes de felinos.
Logan movió un hombro, restándole importancia.
—Somos aliados de uno de ellos —respondió—. Y estoy en una importante misión.
Caleb dirigió su vista al enorme arreglo de flores que decoraba el centro del parque, inclinándose hacia adelante puso sus codos en las rodillas y entrelazó los dedos. El cambio de ánimo fue sutil, pero nada que Logan no pudiera percibir con sus agudos sentidos.
—Ahora que te he encontrado, quiero sacarme un par de dudas.
—Por supuesto.
Caleb vaciló por unos segundos, y Logan sintió curiosidad, ¿qué sería?
—Últimamente mi lobo ha estado un poco..., extraño, nervioso, molesto, cada vez que otro hombre se acerca a Eleine..., me impulsa a alejarlo, ¿sabes lo que significa, o cómo puedo detenerlo?
Logan silbó al aire, claro que sabía, el pobre estaba en problemas.
—No se detendrá hasta que ella sea suya.
Las mejillas de Caleb adquirieron un ligero tono rosado, parecía un adolescente cuando habla con sus padres sobre la tan escandalizada palabra de cuatro letras. Pero tenía que ser comprensivo, Caleb había perdido la memoria y hasta el momento no tenía ningún recuerdo sobre sus veintiséis años de vida. Todo lo que implicaba ser un cambiante tenía que aprenderlo de nuevo, y como no podía regresar al clan hasta la próxima primavera, no tenía a nadie que le arroje un poco de luz al asunto. Así que Logan tendría que resumirlo para él.
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Editado: 24.01.2019