Quiéreme Pero Olvídame

Capítulo 11: La llegada de ese día

Jane

 Después de salir del aula una gran sonrisa apareció un mi cara, me hubiera encantado seguir besando a Liam, pero algo en mí me decía que las cosas había que hacerlas bien, deseaba que fuera lo que fuera que estaba pasando entre ambos funcionara.

¡Iba a tener una cita con Liam! Ni yo misma entendía tanta ansía por que los días pasaran. Al día siguiente las clases se me hicieron una eternidad, lo bueno era que al menos el interés por lo que dábamos seguía siendo el mismo. Por la tarde me fui a comer con mis amigos: Emma, Amy, Vanessa y Tom, a Andrew no lo volví a ver desde aquella noche en la discoteca. En cierta parte me alegro al recordar que no se salió con la suya gracias a Liam. Lo raro fue que durante todo el día en la universidad no lo vi. Después de comer con ellos, quise aprovechar el resto de la tarde y salí a pasear por uno de los increíbles parque de Los Ángeles mientra leía y tomaba un delicioso café frío, todavía no habían llegado los días grises de otoño. Ese rato estuve sola, mientras leía mi libro favorito, observaba a la gente, sé que es algo raro, pero era algo que hacía con Jackson, él y yo nos escapábamos y pasábamos horas alrededor de la naturaleza observando a las personas. Aprendes mucho de la gente que te rodea sin saberlo. Después de terminarme varios cápitulos y el café, empezó a anochecer y volví a la residencia con un inmenso dolor instalado al recordar los días más felices de mi familia y los momentos vividos con Jackie.

Cuando me acosté el deseo de que fuera el día siguiente me invadió, no podía estar más nerviosa, para mí era mi primera cita después de dos años. La verdad es que James nunca me invitó a salir , él siempre me veía en el instituto y decía que no era necesario vernos más, quizá fue esos actos los que me ayudaron a ver que tenerlo a mi lado no era más que una carga que no tenía por qué cargar.

Al despertarme me preparé para ese día, me puse un top de manga corta ajustado y básico, una cadena dorada que me regaló mi hermano al cumplir quince años, unos pantalones azules de cintura ajustada y anchos de pierna junto con unos zapatos blancos con decorado dorado. Amé el resultado, me encantaba que unas prendas tan básicas resultaran en algo que para mi gusto me quedaba bien, el maquillaje fue el mismo de siempre, pero el pelo me lo recogí en una media coleta con dos mechones a los lados. Después de coger una chaqueta y mi mochila salí junto con Emma hacia la universidad ¡tenía clase con él!

 

Liam

El día siguiente estuve toda la mañana en la sala de investigación hablando de nuevos tratamientos con algunos compañeros de carrera que trabajaban en el mismo proyecto.Por la tarde invité a Aiden, Thiago y Dylan a ver una película nueva que había comprado, era de acción junto con algo de miedo. Mi  abuela como no, terminó sentándose con nosotros en el sofá y al rato nos hizo la cena. Cuando mis amigos se marcharon mi abuela se despidió de mí y se fue a dormir, mientras que yo organizaba la clase del día siguiente y pensaba en como podría aguantar la hermosa mirada de Jane toda la hora sin tenerla cerca ni poder besarla hasta que la respiración de ambos se agotara. Sin pensarlo me quedé dormido en mi escritorio y fue mi abuela quien me despertó por la mañana. Me arregle lo mejor que pude, me puse unos pantalones negros, una camisa blanca, mis zapatos de siempre y mis gafas de sol favoritas, la verdad es que la camisa reflejaba la forma de mi abdomen pero no tenía tiempo de cambiarme, es más pensé que le gustaría mucho a Jane. Después me dirigí a mi coche gris y al cabo de media hora estaba aparcando en la universidad, fui directamente a clase porque llegaba unos cinco minutos tarde. Lo mejor que me pasó fue encontrarme de frente con ella, que me dedicó la más hermosa de sus sonrisas, tuve que aguantar mis ganas de llevármela de ahí antes de lo acordado. La clase fue muy intensa en cuanto a nuestras miradas pero cuando terminó y nos despedimos con miradas, las siguientes horas pasaron volando.

Estaba en el estacionamiento más alejado de la entrada para que nadie pudiera vernos juntos, respetaba que Jane no quisiera que nadie supiera lo que fuera que estaba pasando entre nosotros. Estaba en mis pensamientos cuando una voz dulce detrás de mí habló

-¿ A dónde me vas a llevar?- dijo mirándome con una pequeña sonrisa justo cuando me giré.

Sin pensarlo siquiera un segundo la levanté del suelo agarrándola por la cintura y cuando nuestras bocas estaban a escasos cinco centímetros, le respodí

- A un lugar que espero que te guste tanto como a mí tus besos- solté y sin poder resistirme, la besé, me pareció que ella estaba algo sorprendida y eso me hizo gracia.

Después de ese beso, subímos al auto y llegamos al restaurante, la cara de Jane al verlo por fuera me hizo entender que nunca había estado en un sitio parecido.

- No creo que pueda pagarme ni una simple ensalada en este sitio- me dijo, esa contestación hizo que la felicidad instalada en su cara desapareciera- ¿podemos ir a otro lugar?

- Ehh, tranquila, invito yo- le respondí esperando a que eso le devolviera la sonrisa, pero lo que se instaló fue algo completamente distinto.

- Vamos a ver Liam, sé que tu me invitaste, pero en mi casa me enseñaron que cada uno se paga lo que es suyo. Es mejor no deber nunca nada a nadie- me comentó con seriedad. No quería estar ahí y su mirada me lo dijo sin tener que decir nada.

- okey, como tú quieras,- le dije sin ánimo de acabar con esa buena relación que habíamos tenido hasta ese momento- podemos ir a una cafetería que prepara los mejores platos que he comido, tienen una gran variación ¿quieres?- le pregunté para poder convencerla.

- Eso me parece una fantástica idea, vamos- me dijo con una pequeña noticia que me devolvió las esperanzas de que aquélla cita no cita saliera como yo y ella queríamos.




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