Oh, queridas vacaciones, al fin llegaron. Estoy en un hotel, con un Isabella, una compañera de clases, decidimos venir aquí a pasar un finde debido a la calor que hace en la ciudad, estamos en la habitación, yo solo espero que ella se termine de arreglar para poder bajar a la piscina hoy está siendo un día muy, demasiado caluroso.
-Oh dios mio, lo que daría por ir a la piscina-
-Tía relajate, ahora bajaremos-
Ella había dicho eso hace quince minutos atrás y aún seguíamos aquí, sigo sin entender porque se maquilla para ir a la piscina.
-Creo que bajaré, tú puedes bajar más tarde-
Salí de la habitación, decidida a ir a la piscina, me estaba comenzando a picar el cuerpo por el sudor, <<sudor>> eso me hizo recordar esa linda y especial tarde en una oficina por ahí. Al llegar a la piscina después de recorrer todo el hotel, me adueñe de una tumbona y dejé mi toalla dispuesta a tirarme lo antes posible al agua.
Mientras me deshacía de la ropa, pude sentir una mirada encima mío, pero decidí ignorarla, al darme la vuelva y comenzar a caminar a la piscina pude escuchar una voz que se me hacía conocida, demasiado conocida diría yo.
Y si gente, hay estaba él, en un bañador negro, sin camiseta, que Dios bendiga a ese hombre, amplíe la vista y pude notar que había alguien a su lado, una niña de alrededor de 12 años, oh no, nono, no me digan que era su hija? Oh Dios mío, esa niña tan linda es su hija, fue el primer pensamiento que paso por mi cabeza, quedé envobada mirándolo, sin darme cuenta de que el también me estaba mirando junto con su hija.
Camine a la piscina ignorándolo pero aún sintiendo su mirada en mí, tenía un bañador azul separado, iba descalza mientras desataba mi trenza. Llegué hasta las escaleras de la piscina y entré, agradeciéndole al señor por esta agua tan fresquita, pasadas unas dos horas, donde claramente mi compi de viaje aún no había bajado, estuve nadando sola bajo el tremendo sol. Salí con ganas de broncearme, lo busqué con la mirada y no lo encontré, por lo que supuse que se había ido.
Después de media hora de bronceado donde me quedé dormida, subí a cambiarme, entre a mí pasillo, justo cusndo buscaba la tarjeta de la habitación e mi bolsa lo vi pasar en la dirección contraria a donde estaba yo. Iba con una camiseta manga corta negra y un chándal, a este señor no le da calor o que?.
Entre a la habitación ignorándolo completamente.
Al despertar de mi siesta de 4h que según yo sería de 45 minutos, bajé a cenar, y claramente hay estaba él. Fui a por una bebida antes de decidir que cenaría. Opté por tomar vodka con spray, para bajar un poco el nerviosismo. Fue un completo error. después de la tercera copa ya ni sabía dónde estaba, es joda si estaba consciente de lo que pasaba. Estaba hablando con alguien que claramente no sabía quién era, sí era muy guapo, pero seguía sin saber su nombre. Cuando la conversación comenzó a calentarse alguien por detrás me tomo del brazo y me arrastro al ascensor, era él, su perfume, pude sentirlo. Pico un botón, el cual no recuerdo.
Llegamos a una habitación, la suya? Oh no claro que no, estaba aquí con su hija claramente no me iba a a llevar a la habitación que estaba con su hija. Sentí sus labios sobre mí, besaba mi cuello y me susurraba lo mucho que me había extrañado, yo le respondí diciéndole que había hechado de menos su boca en mi coño, claramente por el alcohol en mi sistema. Después de unos cuantos besos, estaba sobre mí en la cama, estábamos desnudos los dos, mientras continuabamos besándonos lo sentí rasgar un condón, lo sentí como pasaba su miembro por todo mi coño lubricando se antes de entrar en mí, sentí como se hundía lenta y dolorosamente en mí, de mi boca solo salían gemidos, puso una de sus manos sobre mi boca para callar mis gemidos que habían empezado a ser escandalosos. Estaba debajo suyo, sintiendo cada estocada más fuerte que la anterior, mi cuerpo solo pedía más y más, y él, que no colaboraba, comenzó a susurrarme cosas al oído, oh dios, se lo daba, mi cerebro estaba nublado, no podía pensar con claridad. En mis ojos se habían acumulado lágrimas.
-Oh, te sientes tan bien, tan apretada, tan mía. - decía en mi oído, su voz ronca cargada de placer y lujuria.
-Sí, sigue, más por favor profe. - era lo único que pude sacar de mi garganta.
-No sabes cuánto tuve que esperar para volver a tenerte así, bajo mi poder, sentír tu dulce coño rodear mi polla. - decía mientras acariciaba mi clítoris con sus deliciosos dedos.
Cambiamos de pose, ahora estábamos en la esquina de la cama, tenía una de mis piernas en su hombro, Dios que doloroso, pero que delicia, seguía follándome con fuerza, con rabia, y yo solo trataba de no gemir tan fuerte, cosa que visiblemente para él era difícil lo que provocaba que se riera de mí. Había algo acumulándose en mi abdomen bajo, sabía que era, conocía esa sensación, lo miré a los ojos y lo solté, tuve otro orgasmo, el y apenas había tenido uno. que cosas eh, injusto pero así es la vida.
Me follo en cada rincón de esa maldita habitación. Intenté caminar para poder salir e ir a mi habitación, necesitaba descansar y tomar un rico baño, al llegar lo primero que pise fue el baño, me mire en el espejo y pude ver mi cuello todo marcado, igual que mis pechos los cuales el había chupado y estrujado a su antojo. baje mi pantalón y me senté en el váter. Después de levantarme mire mi culo y estaba todo marcado igual que las demás partes de mi cuerpo, pasaba mis dedos por las marcas, recordando lo que había pasado hace solo minutos atrás y solo pude sonreír.