-Ya, ya nos conocemos Clavel-digo rápidamente
-O, es una suerte, mira hijo, ella sería una estupenda nuera-me atraganto con el helado y todos explotan en carcajadas mientras Ian mira a su mamá con los ojos abiertos
-Mamá, que te he dicho de intentar emparejarme
-Hay no lo puedo evitar con ella-dice señalándome y yo aprieto los labios para evitar reír, la situación es tan absurda que es graciosa
-Gracias Clavel, tú también me agradas pero ya tengo a alguien aquí-digo señalando mi corazón
-Ooo, que lástima, ¡ves!-le pega a su hijo suavemente en el hombro-Todas las buenas están tomadas-todos reímos incluyendo Ian y este la calma dándole un beso en la mejilla
-Voy a ayudarte con las cajas
-¿Qué cajas?
-Vi a Marcus, dijo que no había podido entrar las cajas
-A, descuida, Ariadnna me ayudó a llevarlas al congelador-siento que su mirada recae en mí pero yo estoy mirando la pantalla de mi teléfono confusa y preocupada, Sebas no me llama tan seguido
-Perdonen, debo contestar-me levanto rápidamente y voy hacia afuera de la heladería-¿Sebas?
-Oh, perdón, llamé al número equivocado, estaba llamando a Lena
-Oh-sonrío-¿Pero pasó algo?
-No, no es nada grave, es que mi pequeña se duerme más rápido si Lena le canta una canción-sonrío
-Entonces mejor te dejo-escucho su sonrisa
-Gracias, besos-siento mi respiración desfallecer
-Igualmente Sebas-cuelgo el teléfono con mis manos temblando, ¿por qué tiene que ser así? Por si se lo preguntan, no, Sebas no está casado, una de sus novias se fue abandonándolo a él y a su pequeña que ahora tiene tres años, Lena es la maestra de la guardería y si no fuera porque está felizmente casada pensaría que estuviera con Sebas, pero según él solo es una muy buena ayuda en estos momentos y amiga
-Emm, ¿estás bien?-me sobresalto al sentir la voz de Ian cerca de mi oído
-Oh sí, sí-me giro rápidamente y lo trato de observar relajada
-No fue una llamada de urgencia ¿no?-sonrío
-No, se confundió de contacto
-Mmm ya veo, mm, vine para proponerte algo importante-resoplo cansada
-Mira, sé que no nos llevamos muy bien pero en verdad tú madre es un cielo y no pienso dejar de hablarle solo porque te caigo mal-de repente sonríe y me brinda una mano a lo que lo miro confusa
-¿Hacemos una tregua?-achico mis ojos recelosa
-¿No hay alguna trampa por ahí? ¿La letra pequeña?-sonríe aún más
-Nop, te lo aseguro-aún un poco desconfiada tomo su mano y el ríe-No te veas tan desconfiada, no me has conocido en mi faceta buena
-Pues que bueno, porque pensaba que era igual de grosero siempre-baja la mirada un poco avergonzado
-Mm en estos días tuve unas cuantas discusiones personales y tú fuiste el blanco de mi frustración, lo siento por eso-lo miro incrédula con una suave sonrisa
-Oye perdona mi impertinencia pero quien te obligó a hacer la tregua ¿los chicos o tú mamá?-ahora él es quien ríe y por muy estúpido que parezca me gusta ese sonido
-Cuando me conozcas un poco más te darás cuenta de que nadie me puede obligar a hacer algo que no deseo-sonrío al ver cómo me guiña un ojo
-Bueno, siendo así, vamos a tomar mi helado que me muero por acabarlo
-Vamos-me brinda su brazo algo que me hace reír escandalosamente
-Oh dios, se siente muy extraño-digo enrollando mi brazo por el suyo suavemente a lo que ríe conmigo, entramos nuevamente en la heladería y llegamos a la mesa de los chicos que al vernos se ponen a reír como locos y nosotros los seguimos, me suelto de su brazo y me siento en mi puesto para terminar de tomar esta delicia
-Si se hubieran visto la cara cuando Clavel les dijo eso-Brenda se destornilla de la risa y los demás la seguimos
-Bueno al menos ya podemos estar todos sin momentos desagradables-dice Frederick sonriendo a lo que todos asienten fervientemente haciéndonos entender que nosotros no fuimos los únicos que la pasamos mal en esos momentos
-Pero ahora no te pases de caballeroso Ian, si no quieres que Clavel te la siga metiendo por los ojos-dice Efraín haciéndonos reír
-¿Y qué es eso de que tienes a alguien en tu corazón Ariadnna?-Diana imita el gesto que me salió natural al señalar mi corazón- ¿Tienes novio o era una mentira piadosa?-me río a lo que pregunta Diana
-¡Qué chismosos son todos ustedes!-digo fingiendo indignación, todos se ríen y me miran con aún más curiosidad
-No nos estás respondiendo-dijo cantando Brenda a lo que me apresuro a tragar mi delicioso helado
-Pues déjenme terminar mi helado, no he podido degustar el mío al contrario de ustedes
-Oh, oh, ¡hay tema!-exclama Frederick como si estuviera descubriendo un tesoro en el fin del mundo y yo decido decirlo, mientras más rápido mejorronto pues-ambos nos reímos y colgamos-¡Mierda!-por poco y nuestra amistad se hubiera ido de un tirón-Ufff-paso mis manos por mis sienes-¡Soy estúpida acaso!-mi respiración está en estado de recuperación y mi alma está intentando juntar los pedacitos de mi corazón-Vamos Ari tú ya sabías esto, no vuelvas a sufrir innecesariamente-intento convencerme, en verdad lo intento a la vez que intento que el temblor de mis manos se valla pero estoy demasiado exhausta, he conocido a Sebas desde los 15 y desde ese mismo momento en que me dedicó una sonrisa sincera quedé prendada de él, él no es tan mayor, solo tenía veintiún años, me convertí en su refugio cuando las cosas le salían mal en la carrera o en lo personal, medicina podría ser hermosa pero también requería de muchos sacrificios y aunque sé que solo me ve como amiga lo prefiero tener de esa manera a no tenerlo-Buff-tapo mi rostro, quiero matarme a mí misma, estuve a un paso de destruir todo. Pero sorprendiéndome siento como mi espalda deja de estar apoyada en una pared y me encuentro a punto de chocar con el suelo pero unas manos toman mi cintura impidiendo que me caiga estruendosamente, estoy a punto de desplegar mi ronda de agradecimiento pero la piel de mi cuello se eriza al sentir su aliento en mi oído
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Editado: 06.11.2023