Estaba empacando mis pocas cosas para salir del hospital... Aunque, realmente, preferiría quedarme allí.
De mala gana, me cambié de ropa, dejando el vestuario de hospital doblado y encima de la cama. Mientras recogía mi móvil, chaqueta y un par más de cosas que llevaba el día del ataque, él entró por la puerta.
- Hola, Minamino... - pronunció lentamente haciendo que me dieran incluso escalofríos.
Estaba tan enfadada con él que no podía siquiera mirarle a la cara.
- Hola - dije prácticamente en voz baja.
- Ya he firmado tu alta y terminado de rellenar todos los documentos necesarios.
- Bien.
Tras eso, reinó un silencio increíble y, por primera vez en mucho tiempo, incómodo.
Esto duró hasta que me despedí y agradecí a los enfermeros y doctores, me dieron y explicaron el tratamiento que debía seguir y salí del edificio.
- Hoy es la práctica en la USJ, ¿no? - pregunté rompiendo aquel silencio.
Aizawa asintió.
- Pero tú no puedes ir.
Estaba enfadada, pero eso fue la gota que colmó el vaso y, aunque en mi interior quería decir tantas palabrotas que me llevarían a la cárcel por agresión verbal, me contuve y respondí de la forma más calmada posible.
- Si voy a ir - solté en un suspiro, algo cansada ya de todo.
- No, no vas a ir. No estás en condiciones de hacer esa práctica, es muy exigente.
- ¿Ahora si te importa mi estado? - pregunté mirándole al fin a los ojos, aunque fue solo durante unos segundos - Voy a ir. Solo son heridas superficiales, nada más.
Se quedó callado, supongo que no tenía ganas de discutir, y esa tampoco era mi intención. Tenía claro que quería ir a esa práctica, llevo todo el año pensando en ella... Para una cosa que de verdad me motivaba, no podían quitármela ahora. Además, se cuales son mis límites, no me exigiría tanto como tenía pensado en un principio por mi condición actual.
Nos subimos a un coche, no sé si era suyo o de la UA, y volvimos a... Su casa.
- ¿Qué hacemos aquí? - pregunté intentando contener mi ira.
¿Acaso se cree que me va a dejar en su casa sin hacer la práctica? No, no iba a bajarme del coche.
- ¿No vas a cambiarte de ropa? Esa está sucia y rota. Además, debes de llevar el uniforme de la UA.
Ahí tenía razón.
Bajé del coche y corrí hasta coger mi ropa, que en algún momento se quedó allí, saludé al pequeño gatito y salí casi que antes de que Aizawa pudiera entrar. No confiaba al 100% de que aquello no fuera una trampa.
Él suspiró y subimos de nuevo al coche.
En silencio, nos pusimos en camino hacia la USJ, preparada para nuestra primera práctica "real" y la más importante de todo el curso.
Sin saber que aquello podría ser una gran pesadilla.
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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