Las horas pasaron, los días también.
Aizawa despertó el primer día, cuando vino su amigo Yamada a verle. Al fin le dieron el alta y podía volver a su casa, aunque todavía no le dejaban impartir clase.
- Bro, How are you? - habló Yamada a la vez que le golpeaba en el hombro recibiendo insultos por parte de su compañero.
- Estaba bien hasta que viniste - respondío.
Yo fui a reírme, pero me aguanté.
- Tienes visita de cierta persona - habló sabiendo que hablaba de mi.
Pasé dentro, ya que me encontraba en la puerta. Al entrar pude ver como el profesor, quien estaba recogiendo sus cosas, ahora sí con menos vendajes en su cuerpo, se tensó.
- B...Buenas tardes profesores - me dirigí a ambos a la vez que hacía una pequeña reverencia.
- ¿Qué hace aquí, Minamino? No deberías venir, tendrías que estar en clase - habló con bastante seriedad.
¿Qué le pasaba? Un día me habla bien y el otro parece que quiere matarme.
- Vine a verte y saber que estabas bien.
- Pues no deberías - soltó cortante.
- Shota... - escuché a Yamada susurrarle, pero este le ignoró.
- No sé por qué una alumna estaría aquí tanto tiempo - continuó - No necesito de tus cuidados o atención - soltó, pero esta vez fui yo la que le cortó.
- Por lo que veo, estás bien - dije muy molesta mientras apretaba los puños - Tienes razón, no es necesario que esté aquí.
Sin más, y echando humo, salí del lugar marcando cada paso que daba.
****
Mi amigo estuvo conmigo la mayor parte del tiempo, y se lo agradecía de corazón. No fue hasta que este mencionó a cierta persona que, por alguna razón, empecé a enfadarme bastante.
- Buenas tardes profesores . mencionó a la vez que hacía una reverencia.
Yo seguí a lo mío, recogiendo mis cosas con ayuda de Yamada y doblando la manta antes de dejar el hospital.
Empecé a hablarle sonando más borde de lo que pretendía...incluso mi amigo me llamó la atención para que parara, pero aquellas palabras no me frenaron.
No entendía el por qué, pero mi enfado solo iba en aumento conforme iba hablando con Minamino.
- Aizawa...¿por qué te estás portando como un idiota? - pronunció mi amigo una vez Minamino dejó el lugar.
Suspiré dejando de hacer lo que estaba haciendo.
- No lo sé - me senté en el borde de la cama.
- Amigo - dijo a la vez que puso una mano en mi hombro - acaso...¿acaso sientes algo por ella?
Escuchar eso solo hacía que me confundiera más.
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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