Capítulo 55

Las palabras de mi amigo me dejaron pensando. ¿Me gustaba? ¿Solo era atracción? ¿Iba a algo más como…amor?

No, no, no, eso no podía ser, ¿no? Solo estaba confundido porque es la primera chica que me ha tratado de esa forma, tanto en lo bueno como en lo malo. Probablemente solo le he cogido cariño, nada más.

- No lo sé, Hizashi, no lo sé – repetí.

- Es mejor que lo pienses cuanto antes, que organices tus pensamientos – habló sentándose a mi lado – esto solo os dañará tanto a ella como a ti.

- Yamada…esto está mal. Aunque fuera verdad que sintiera algo hacia ella, no es correcto – dije algo avergonzado pero con total sinceridad.

- ¿Está mal? ¿Qué está mal? ¿Amar? – dijo de tal manera que me enterneció.

- Hizashi…ya sabes…soy un profesor, ella una alumna – dije casi desesperado.

- ¿Acaso eres el primer profesor al que le pasa eso? No – habló a la vez que se encogió de hombros – Mientras ambos queráis y, en horario profesional no seáis obvios o descarados, no hay ningún problema.

Una vez más, suspiré. Estaba hecho un lío.

- Tengo que pensar…mucho – dije a la vez que me ponía en pie.

- Ya sabes que me tienes aquí para lo que quieras y necesites – habló mientras también se levantaba para coger las últimas cosas e irnos de aquel lugar.

- Gracias – pronuncié haciéndole sonreír mientras alistábamos las ultimas cosas.

****

Me fui hecha una furia de aquel lugar. ¿Qué pasaba con Aizawa? ¿Por qué de repente me hablaba tan mal? Me fui a la calle y estuve paseando por allí hasta que empezó a refrescar y me dirigí al lugar de cierta persona que hoy había cagado por completo mi humor.

Abrí la puerta recibiendo a aquel precioso gatito que ronroneaba y se restregaba por mis piernas.

- Hola pequeño – lo cogí en brazos mientras le acariciaba. - ¿Tu no estás enfadado conmigo? – pronuncié triste, notando como mis ojos comenzaban a humedecerse.

Escondí la cara en el pelaje del felino.

- Hoy tu padre me ha tratado muy mal – dije notando como una lágrima resbalaba por mi mejilla - ¿Por qué lo ha hecho?

Lo que más me dolió fue la frase de “no necesito tus cuidados ni tu atención”. Aquello se repetía una y otra vez en mi mente.

Sin esperar mucho más, me di una ducha muy rápida y me acosté directamente, me puse la ropa que llevaba todo este tiempo usando como pijama y me metí en la que había sido mi cama durante todo este tiempo.: una camiseta y pantalón negros del profesor que no utilizaba.

- Buenas noches pequeño bebé – le dije al gato, quién se acurrucó a mi lado, a la vez que le di un beso en la cabeza.

¡Hasta aquí el capítulo de hoy!

Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!

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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.

EDITORIAL: Ediciones Arcanas.

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