Luke Evans.
Ahí estaba …
Despedía a mis amigos con una inocente sonrisa. Estaba dentro del avión, el avión era muy grande, había muchas personas dentro de aquí, estaba feliz, demasiado feliz.
Después de tanto tiempo, iría a conocer a mi padre biológico, si bien es cierto, nunca se me ocultó que era adoptado, más bien, fui encontrado en una de las escuras calles de un país muy lejos de aquí. El señor Evans, jamás me ocultó algo sobre mi vida, él solo juró saber que solo firmó unos papeles, los cuales, lo hicieron mi padre.
Sonreí.
Ven a visitarnos.
Emma repetía siempre eso.
Claramente iría a visitarlos … ella debe cumplir su promesa.
Agarré una libreta de mi maleta de mano, con un bolígrafo, y me dispuse hacer lo que mejor se me daba, la escritura.
Dear Alice.
¡Hola! Ya está abordando el avión, estoy viendo las nubes, ¡son hermosas! Te ha de sonar raro ¿no crees? Acabamos de despedirnos y ya te estoy escribiendo, bueno, ya te extraño.
Dijiste que yo era muy solitario ¿recuerdas eso? Siempre me decías que debía ir a buscar amigos, pero ¿sabes? Yo no necesito amigos, no necesito amigos si tu estás a mi lado. Rayos, estoy sonando muy cursi, bueno, esta carta no creo que te la entregue.
Este año fue muy lindo en mi vida, fui más cercano a mi primo Ethan, conocí a Emma, esa rubia babeaba por mi primo, y me alegra que al final, hayan podido estar juntos.
Este año fue el mejor, aun mas … porque te conocí … Alice.
Somos diferentes, ambos estudiábamos en la misma universidad en Nueva York, pero, jamás pudimos decirnos un hola, ¿acaso sabíamos la existencia del uno al otro? Recuerdo haberte visto en las instalaciones de la Universidad, llevabas una linda blusa amarilla con unos jeans negros, recuerdo que en ese momento yo estaba frustrado, pues, se me había caído la maqueta de química, pero, tu estabas sonriendo, tu sonrisa adornaba tu rostro, le sonreías a un pequeño gato, y, aunque a mi no me gusten esas criaturas, me pareció muy agradable la escena.
Desde entonces, empecé a verte mas seguido, noté que había un chico que te perseguía por todos lados, supuse que era tu novio. Ciertas veces, quise acercarme e intentar tener una conversación contigo, yo te veía como mi maravilla, esa maravilla que me ayudará a continuar con mi existir.
A veces me sentía como un acosador, cosa que me hizo querer dejar de observarte. Tu nunca te diste cuenta, pero yo ya te conocía antes de, llegar a Washington.
Hoy me partió el alma verte llorar. ¿sabes? Me sentí miserable, pensé que no volverías a decirme un hola, pero no puedo evitarlo, necesito ir con mi padre.
Prometo que volveré, porque tú, pequeña conejita, tienes que cumplir tu promesa.
Prometiste poder enamorarme, sin saber que ya lo estaba, solo te pido que hagas que ese sentimiento que llevo en el corazón, jamás se pierda en el camino, te pido que no permitas que mis sentimientos caigan al abismo.
Esto no es un Adiós, Alice … porque nos volveremos a encontrar.
Me despido de Washington.
Me despido de Estados Unidos.
Pero jamás lo haré de ti … Alice.
Así sea en esta o en nuestra próxima vida … nos volveremos a encontrar.
Te quiero.
Luke Evans.
Doblé la hoja, guardando la carta en mi bolsillo. Sonreí inocentemente, sonreía como idiota, no podía hacer otra cosa más que sonreír, sonreía y sonreía como un tonto, sin saber que ese vuelo sería el que convertiría mi vida en un completo infierno, Pero, claro está, que en esos momentos yo no sabía lo que me depara el futuro.