El sitio es grande, y contrario de lo que había visto en televisión o en películas, no hay ni una sola jaula en este espacio, todos los animales corren libres por el y conviven unos con otros sin hacerse daño, como si fueran una familia.
En el refugio hay perros, gatos, pajaros de todo tipo, conejos, hamsters, gallos y uno que otro pez qué convive en el gran acuario que hay pegado a la pared de la casa.
Abue abrió este refugio hace años, su misión siempre a sido cuidar a los desamparados, quería darles a estos animales una oportunidad, una nueva vida - Axan me mira y yo le sostengo la mirada en lo que el sigue hablando - muchos de estos animales eran usados para las peleas callejeras en las que apuestan las personas para ver quien era el mejor, eran considerados salvajes ¿sabes? Era tanto el recelo que sentían estos animales al no haber recibido una gota de cariño durante su crecimiento que muchos se negaban a salir de las calles para que Abue los ayudará.
Usados para peleas callejeras, que bajo a caido el hombre como para que eso sea llamado entretenimiento.
Tu abuela logro hacerlos cambiar de opinión - era un pregunta, pero la situación me hacia afirmar que así había sido.
Abue no es mi abuela, le gusta que la llamen así y yo lo hago por respeto, me ayudo en los momentos más duros de mi vida, y respondiendo a tu pregunta, si, Abue logro mostrarles que nadie más volvería a hacerles daño y con esfuerzo y dedicación se gano su confianza hasta convertir a los animales "salvajes" en fieles compañeros de vida - sus ojos conectaban con los míos, y con un gesto de cabeza señaló de nuevo a los animales - Abue siempre les busca un lugar en el que se asegura de que estarán bien, dice que son buena compañía, ya sabes, eso de que los animales pueden llegar a ser mejores que las personas.
Es cierto - digo
Bueno, escoge uno - me dice y yo me rio un poco, claro hasta que me doy cuenta de que lo dice en serio.
¿Estas loco? Vivimos en un hospital Axan, no puedo tener mascotas - digo aunque no estoy del todo convencida de rechazar su oferta.
¿Así como tampoco podías salir del hospital para ir de compras? La vida aveces se trata de riesgos Eileen, si quieres algo y ese algo no le afecta a nadie, ¿que más da? Venimos al mundo a ser felices - se encoge de hombros quitándole peso a mis negativas y señala a un cachorro que se acerca a mi con sigilo pero con curiosidad - siempre he creído que los animales son los ángeles sin alas que Dios envía a la tierra para recordarnos qué aun quedan cosas buenas y que no estamos solos, tu te sientes sola, deja que al menos el te acompañe hasta eliminar completamente ese vacío de soledad - señala al cachorro que ya se acerco completamente a mi y me mira inclinando su tierna cabecita insistiendome con sus patas ¿Qué? ¿Qué lo acaricie?
Acepto y me acerco al perrito con cuidado dejando que me huela y luego me lamba la mano dandome un besito.
Lo levanto en mis brazos y el me huele la cara mientras me reparte besos y me hace sentir como una niña, feliz y segura.
Estuve a punto de decir que no podía aceptarlo pero Abue apareció y me dijo que el cachorro ya había encontrado a su dueña y era mejor que me lo llevara ahora a que me arrepintiera de no haber dejado que viniera mi ángel guardián conmigo.
Guiándome únicamente por lo que quería de corazón, acepte llevar conmigo al pequeño cachorro que parecía tan cómodo conmigo que se tumbo en mis brazos estirando una de sus pequeñas patitas en lo que volvíamos al hospital.
Me alegra que lo aceptaras - me dice Axan con una sonrisa reconfortante adornando su cara.
Bueno, la vida es muy corta como para no hacer las cosas que amas - digo.
Las palabras me saben extrañas, si bien las dije yo, no las habia pensado antes, suelo ser más racional y práctica, por eso no me dejo llevar de las emociones y eso es lo que me ha hecho perder de muchas cosas en mi vida.
Estoy de acuerdo contigo - me responde Axan, luego mira al cachorro que tengo en los brazos y me pregunta como quiero llamarlo
Aun no lo se, nunca había tenido un perro antes, supongo que necesito tiempo para pensar en un nombre digno de él - levanto al pequeño cachorro en mis brazos y acarició su nariz con la mía, dándole mimos y cariño.
Axan sonríe y me señala algo que vemos en el transcurso de regreso.
Son dos personas y aunque a simple vista no se vea nada especial en ellas, cuando logro concentrarme entiendo que es lo que quiere mostrarme.
Es un hombre paralítico y su enfermera los cuales recorren todo el centro haciendo volar a las palomas y riendo juntos en el proceso.
Es una escena tierna, pero sin dudas lo que la hace especial no es el acto en sí, sino la mirada del hombre que está tan rebosante de vida que me es imposible no mirar a mi alrededor y comparar su inmensa alegría por una acto tan simple con el resto de las personas del centro que no tienen ningún tipo de discapacidad o problema de salud grave.
La enfermera aún tiene su uniforme, luce cansada, agotada, pero sumamente feliz, cualquier persona observadora se daría cuenta de lo evidente y es de lo mucho que ama cuidar a la gente.
Ella luce feliz al ver al hombre feliz.
Un acto tan simple pero tan lleno de sentimiento me conmueve y hace que mi corazón se enternezca completamente, derretido ante la bella imagen.
Lo que dices es cierto - escucho que dice Axan y por un segundo no entiendo de que habla - hay muchas cosas malas en el mundo, demasiadas, los humanos pueden llegar a ser terribles, eso es verdad - su mirada está fija en un punto lejano y casi siento que esta perdido en sus pensamientos, hasta que me mira y me demuestra que es plenamente conciente del momento y de mi existencia aquí - sin embargo - señala con discreción a la enfermera y al hombre - también hay muchas cosas buenas y rescatables de las personas, el como percibas al mundo no depende de su cantidad de cosas buenas o malas, depende de hecho, en que tipo de cosas centras tu atención, que es lo que quieres recordar de tu paso por el mundo y, sobre todo que es lo que quieres dejar de ti para el.