Quisiera ser el tiempo

CAPITULO II

Tiempo después se notó mejoría en el paciente, pensé que aquella visita había sido de mucha ayuda.

 

Poco a poco fueron legando otros familiares como: el papá, la mamá, hermanos y tíos del señor Arcadio. Todos estábamos felices, ya que de milagro este hombre estaba respirando y recuperando su salud paso a paso ya hacíamos planes para cuando le dieran de alta él me decía que apenas se recuperara un poco iba a dedicarle tiempo a sus hijos, tenía planeado ir  hasta donde su hija Lucy el día de su graduación de la Universidad para darle una gran sorpresa, yo por mi lado encantado de acompañarlo hasta allá, le dije:

 

  • Me parece una estupenda idea, si desea lo acompaño para cuidarlo si se siente mal.

 

El señor Arcadio con risa me contestó:

 

  • Está bien muchacho iremos juntos.

Las mejorías del este paciente eran tremendas cada día lucia mejor, ya comía, podía mover algunas extremidades y su hinchazón había mejorado notablemente, los médicos no comprendían, en cambio, la señora, si, ella sabía que había rezado tantas veces y con tanto amor y fe que el Dios del cielo escucho, contaba ella a los doctores y decía:

 

  • Ustedes no me dieron esperanzas y no los culpo, como seres humanos tenemos límite y aunque la ciencia avance y este de punta en su pleno auge, el cuerpo humano es toda una complejidad y solamente nuestro creador podrá superar todos los límites. Wendy. A (2000)

 

Los médicos son algo increyentes, pero respetando la opinión de la señora uno de ellos dice:

 

  • Ya sea por un Dios o algún divino en especial, su esposo está evolucionando y créame que hacemos todo lo posible para complementar esta mejoría.




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