Fuimos corriendo al hospital, entré desesperada y pregunté por mi madre. No la encontraba por ningún lado, busqué por los pasillo, me metí al lugar de urgencias pero no estaba. Sentí que iba a volverme loca. Me jalaba los pelos porque no podía respirar, no podía perder a mi madre, ver toda esa sangre me hacía temblar y pensar lo peor. Mariana trató de controlarme, me abrazó fuerte y fue a buscar a algún doctor que le diera información.
- Alisha, su madre está aquí- gritó.
- Mi mamá, dónde- corrí tras ella.
Entramos a una habitación, ahí estaba mi madre malherida. Estaba en una camilla, dormida. Pude ver que tenía una venda en la cabeza, medicamentos y suero que iban a la vena. Cuando la vi así, me imaginé lo que había pasado.
Salí de la habitación, una vez fuera me dejé caer al piso y empecé a llorar como un bebé perdido, me sentía inútil de no poder proteger a mamá de ese desgraciado. Estaba en el suelo en posición fetal, Mariana me abrazaba y consolaba.
- Todo esto muy pronto va a pasar hermana, por eso vine aquí a verlas. Tranquila por favor- trató de levantarme.
- Esto nunca va acabar Mariana, tú no lo entiendes, esto es de toda la vida. Nunca he conocido una mejor suerte para mi madre y para mí- me limpiaba el flujo que salía de mi nariz de tanto llorar.
- Vamos a lavarle para hablar con su madre, ella no puede verla así- me llevó al baño.
Me enjuague y sequé la cara, luego fuimos a la habitación dónde estaba mi mamá. Al ingresar seguía dormida, le di un beso ligero en la frente a lo que ella abrió los ojos.
- Mamacita querida, perdón por no estar contigo. ¿Fue él verdad?- se me aguaron los ojos al ver a mi madre así.
- Hija, no llores por favor. Yo estoy bien- susurró apenas.
- No es posible que ese maldito te siga haciendo daño, hasta cuándo madre, ¡hasta cuándo!- grité de impotencia.
- Señora, me da pena verla en esta situación en mi llegada a su país- se acercó Mariana y le agarró la mano.
Tuve que traducir.
- Mariana me da gusto verte hija, no pensé que fueras a volver- le sonrió.
- Sin que suene mal llegué en el momento justo, en mi país decimos que todo pasa por algo pues- se le notaba inquieta.
- ¿A qué te refieres Mariana?- pregunté.
- Quiero que me escuchen bien por favor- Empezó a caminar de lado a lado mientras empezaba a explicarnos.
- Oke- asentí con la cabeza.
- Desde que he estado llevando la empresa de mi padre, me he ganado la vida por mí misma, no ha Sido fácil pero junto a las dificultades me llevé muchas ganancias. Sinceramente yo ya viajé por muchos países, tuve siempre lo mejor y no encontré mejor manera de que hacer con parte de mi dinero. Por eso decidí venir para regalarles una casa para ustedes dos Alisha, ya que me fui con un amargo sabor en la boca de saber que viven siempre a la expectativa de lo que hará su padre. Siempre pensaba en lo que me contaste en el Ganges, que él las golpeaba y demás. Yo las quiero mucho y son importante para mí. Por eso no quisiera un no por respuesta por favor, más ahora que veo a su madre golpeada brutalmente hasta tener reventada la cabeza.
- Mariana, no sé que decirte. Deja que traduzca para mi mamá- empecé a contarle sobre los planes de mi amiga.
- No Alisha de ninguna manera, no podemos aceptar. Una casa nueva es mucho dinero y no podemos abusar de ella- volteó la cabeza para no vernos a la cara.
- Mi madre dice que no podemos abusar de ti, en otras palabras no quiere. Lo siento Mariana y te agradezco mucho en verdad.
- No es ningún abuso Alisha, yo en mi país tengo todo. Este dinero no me hace falta y me sentiría mal si no aceptan porque lo hago de corazón. No ve a su madre tirada en una puta cama de hospital con una venda en la cabeza, perdona pero me gana la impotencia, yo solo las quiero ayudar- respiró hondo.
- Madre ella tiene razón, mira el estado en el que estás, si viviéramos en otro lado, estaríamos más tranquilas. Ahora tenemos que estar así porque tenemos que vivir en la casa de ese señor por favor mamita solo te pido nuestra paz una vez en la vida- me eche en su regazo y empecé a llorar.
Mi madre empezó a llorar también. Mariana la abrazó y limpió las lágrimas.
- Está bien hija, aceptaré aunque me da mucha vergüenza pero quiero pensar que es un regalo de los dioses que tu amiga se haya aparecido en nuestras vidas. Yo tengo que estar unos días aquí hasta que esté estable, mientras tanto hagan lo que tengan que hacer- dijo casi dormida por los analgésicos y sedantes.
- Oke mamita, iré a la casa a sacar algunas cosas y vendré por ti para recogerte cuando estés bien para irnos a nuestro nuevo hogar- la abracé y besé.
- Con cuidado por favor hija que Satish no se vaya a dar cuenta porque es capaz de todo- me dio la bendición.
- Gracias por aceptar señora, es un honor para mí poder ayudarlas. Vendré a verla pronto.
Salimos del hospital y regresamos a casa para llevarnos las cosas de mi madre y mías.
Al llegar al lugar, metí todo en bolsas y nos fuimos al hotel de Mariana.
- Mira he estado buscando propiedades aquí en Varanasi o desea irse a otro lugar- me enseñó por su celular fotos de algunas casas.
- Yo no creo que mi madre quiera dejar este lugar porque tiene mucho significado religioso para ella- me encogí de hombros.
- Listo pues entonces aquí será.
Al cabo de dos horas de buscar y hacer algunas llamadas, encontramos un lugar en una zona tranquila. Nos contactamos con el vendedor para hacer una visita a la propiedad, él nos dio una cita para el día siguiente.
El resto del día me quedé con mi amiga en su hotel, me duche y quedé dormida de tanto haber llorado en el día. Afortunadamente todo cambiaría para bien. De tanto trajín no pude contactarme con Zac, me olvidé completamente de todo. Prendí mi celular y vi muchos mensajes y llamadas perdidas, por lo que decidí escribirle.
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Editado: 20.02.2024