Ni siquiera él presto atención de los niños que se encontraban jugando en el parque, los cláxones de los automóviles en las calles y el ajetreo de las personas, le hizo separar la mirada de lo que tenía en sus manos. Entonces y solo entonces, distraído aun en aquella singular belleza, escucho al viento susurrar “lucha por lo que perdiste, encuéntrala y hazla feliz”, fue puro instinto lo que le llevo a moverse. Al caminar por aquel parque lleno de hojas otoñales para encontrar ese algo, ese alguien que hace mucho tiempo había perdido por su necedad, terquedad y su debilidad de no saber luchar, sintió el latir acelerado de su corazón y aquella rara chispa esperanzadora. Quizás, debería luchar por lo que había perdido. Quizás, debería perseguirla una vez más. Quizás debería amarla con más intensidad. Recorrió todas las calles que el viento le susurró, la busco en el mar de personas desconocidas y la hallo cruzando una calle, tan bella como su mente la recordaba. Tan frágil como la hoja que tenía en la mano, tan radiante como la luz del sol en verano. Corrió hasta ella y la abrazo y encontró una vez más lo que su corazón anhelaba... Tan cálida como el amor que guardaba en su corazón. Lucía se volteo asustada al verse atrapada por alguien, pero cuando sus oj0os se toparon con la intensidad verdosa, su labio tembló y un sollozo se estancó en su garganta. Quizás, solo quizás, esta era su esperanza.
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momentos felices, momentos tristes, reflexiones sobre el amor
Editado: 24.09.2019