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Al despertar veo una ligera sombra sentada a los pies de mi cama. Es Emma, no sé qué está haciendo aquí. Intento hablar pero me duele la garganta, trato de sentarme en la cama y Em habla:

-Al fin, nos tenías preocupados.- Dice poniéndose de pie- ¿Estás bien?, son casi las ocho de la noche

-¿Qué?- << ¿Tanto he dormido?>>

-Sí, has dormido demasiado. Pensábamos en llevarte al hospital... hasta que vi las pastillas-me mira como si hubiera cometido un grave delito- Lizzy, sabes lo que puede ocurrir si tomas muchas pastillas. Por favor no nos hagas pasar nuevamente por eso. Ya es demasiado, hermana.- Em empieza a llorar y me siento culpable.

-Lo siento, no podía dormir

-No es excusa. No vuelvas a hacerlo. Ahora ve a comer- me ordena

A los minutos decido bajar y comer algo, mi estómago suena demasiado y claramente es porque no he comido. Mis padres me dicen como está Ethan. Al parecer están en contacto con los padres de él. Ethan sigue igual que ayer, no ha despertado y eso les preocupa bastante a los doctores. La hora de visita ha terminado hace bastante rato y mañana empieza a las cuatro de la tarde. Decido que iré mañana a visitarlo y estaré ahí hasta que no me lo permitan. Al terminar mi cena me dirijo a mi cuarto e intento dormir nuevamente; me cuesta bastante pero al cabo de unos minutos lo logro.

Me encuentro en la playa con mis primos, siento la arena en mis pies y como la brisa despeina mi cabello. A mi lado hay un chico, es bastante guapo y muy parecido a Ethan, pero este tiene un estilo más aesthetic. Nos miramos por un largo periodo de tiempo, él me sonríe y tiene una bellísima sonrisa y una intensa mirada.

-¿Iremos a nadar o qué?- pregunta Matt

-Sí, claro- dice Ben y todos nos ponemos de pie. Siento un poco de temor ya que no tengo ni idea de cómo nadar y las olas de por aquí son bastante grandes. Al meternos al mar, scott se queda a mi lado ya que él sabe que no puedo meterme más al fondo. Noto como el guapo chico de hace un rato aparece a mi lado, le sonrío en forma de saludo y el me lo devuelve. Sin darnos cuenta una ola nos arrastra. No puedo salir a la superficie, me estoy ahogando y él igual. No logro ver nada y me desespero. Comienzo a intentar aferrarme de algo pero no encuentro absolutamente nada. Veo como el chico se relaja y cae hacia el fondo del mar, muerto. Grito y es ahí cuando trago agua y me ahogo aun más.

Al despertar siento como mi garganta arde, comienzo a toser como si de verdad me hubiera ahogado. Las lagrimas recorren mis mejillas. Aún siento esa desesperación de estar ahogándome, ni siquiera sé quien era el chico pero de alguna extraña manera siento que era alguien importante para mí.
Cuando por fin logro tranquilizarme me quedo dormida nuevamente, pensando en ese guapo chico de la playa.