Quizás en otro universo

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Ethan

Ha sido muy difícil estos últimos días, no quiero preocupar a Liz pero mi psiquiatra dijo que había empeorado desde la última vez que lo vi, y es cierto. Cuando desperté en el hospital me sentí feliz por oír a Liz, pero a la vez estaba destrozado por dentro. Era una gran oportunidad para irme, para dejar este jodido mundo, y aun así sobreviví.

-¿Listo?- me pregunta la mujer más bella del mundo

-Vamos- le digo a Liz dándole un beso en sus deliciosos labios. Últimamente Liz ha estado apartada de mí, no sé a qué se debe.

Hoy iremos a terapia, por lo que sé, la habían cancelado varias semanas. Tuve que escribir lo que he sentido durante estos últimos días. Escribí dos versiones; la primera decía que me sentía miserable y quería morir cada vez que abría los ojos, y la segunda, habla sobre lo agradecido que estoy al tener a Liz conmigo, y es exactamente esa la que leeré frente a todos. Al cabo de unos minutos llegamos e Isobel me recibe con un gran abrazo.

-¿Cómo estás, cielo?

-Bien- miento como de costumbre 

Con Liz nos sentamos uno en frente del otro, para poder mirar su bello rostro mientras le digo todo lo que siento por ella. Esperamos unos minutos que lleguen todos y comienza la sesión de hoy.

Ha pasado media hora desde que habló el primero. Al oir a Lexie me siento fatal, sabía que su hermana está en coma pero el cómo se siente Lexie hace que se me rompa el corazón en mil pedazos. Ha llorado, se ha desahogado y está a mi lado, no sé cómo darle consuelo, lo único que se me ocurre es poner una mano sobre su hombro y dedicarle una sonrisa... Fue peor, se echó a llorar con más ganas hasta que tuvo que salir a tomar aire, y Liz la acompañó. Brian fue el siguiente en hablar y me sorprende verlo tan bien. La última vez que lo vi quería golpearlo por la forma en que hablaba nervioso. Al ver volver al par de amigas me pongo nervioso pero me paro de mi asiento y digo:

-Es mi turno.

-Adelante- incita Isobel

-Bueno, no todos saben pero me han operado y me he sentido como una verdadera mierda- miro a Liz y frunce un poco el ceño en forma de tristeza- Sin embargo, esta bella persona me ha acompañado día y noche en mi peor momento- señalo a Liz- y estas palabras son para ti, amor.

--- Me gustas, Liz. Desde el jodido primer día que nos vimos. Él como me miraste con odio por varios días hizo que sintiera cosas por ti. Cosas que jamás he experimentado por miedo, pero quiero intentarlo. Quiero intentarlo contigo y quiero que seas parte de mí. Quiero que seamos uno, que seamos el uno para el otro. Como saben, me han dejado con un gran trauma y cada vez que una persona se me acercaba, yo lo golpeaba; y si era mujer, la insultaba. He cambiado, me has hecho cambiar, Liz. Haces que mi ira disminuya, me haces bien y sé que yo también a ti, lo noto. Cada vez que me besas quiero que sea infinito ese momento, sé que somos jóvenes pero si fuera por mí, estaría seguro que esos labios tocarían los míos de por vida. Joder, cada vez que te miro quiero hacerte mía- noto como Liz se sonroja- Me importa una mierda declararme con todos estos inútiles presentes. Quiero que sepas que eres única, eres la primera. Por favor, mírenme a mí- suelto una carcajada-, mírenla a ella. Es perfecta y yo soy un jodido chico condenado a la tristeza, y aun así me haces brillar y es por eso que hoy, delante de todos estos desgraciados, te pregunto a ti, Lizzy Benet.... ¿Quieres ser mi novia?---noto como sus lágrimas inundan sus bellos ojos, me acerco a ella y la tomo de las manos para que se ponga de pie. Me mira con sus preciosos ojos llenos de lágrimas. Noto como le tiemblan sus labios y dice sin más preámbulo:

-Lo siento- y sale corriendo del salón. Dejándome ahí, miserable y con el corazón roto en mil pedazos.

 




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