Raíces ocultas: El despertar

Capitulo 2

Mis ojos se abren poco a poco adaptándose al brillo del sol que pega en mi cara. La carretera a comenzado a ser rodeada por pinos gigantes un camino de tierra y piedras se ve a lo lejos.

Abro la ventanilla y asomo mi cabeza, el cielo esta despejado.

Comenzamos a adentrarnos por el camino empedrado que hace que el auto se tambalee de un lado a otro, seguimos hasta que llegamos a un portón grande donde una pequeña pantalla y un dispositivo negro que consta de una ranura horizontal está a un lado. Madre saca una tarjeta y la introduce en ella, en la pantalla aparece un mensaje “Valido” y suelta un pitido confirmando el acceso.

 Las rejas comienzan abrirse dando paso a un pueblo que no lo parece, a mis ojos parece una mini ciudad.

Hay personas caminando por las calles, saliendo y entrando en almacenes, mi madre sigue en línea recta y llegamos a una zona donde se comienzan a apreciar casas y mansiones. Paramos al frente de una mansión, mi madre me dice que me baje del auto, lo hago y no puedo creer que nuestra casa vaya hacer está construcción.

Mis ojos se abren como platos, en la entrada de esta hay una fuente que bota chorros de agua, un jardín grande se presenta en mi visión y las flores que yacen ahí son dignas de admirar.

En la entrada se encuentran dos hombres uno vestido de pingüino y otro con ropa casual. La sonrisa de mi madre aparece en su rostro, Corre hacia el hombre de ropa casual quien no duda en abrir sus brazos y darle un beso que hace que mi cara se voltee a un lado.

- Sam, ven aquí- Llama mi madre y me encamino hacia allí.

No puedo evitar mirar alrededor todo es tan grande que sé que cada cosa que hay en esta casa valdría más que mi vida.

Llego hacia allá y mi madre me presenta al hombre.

-Gabriel, ella es mi hija Sam-dice rodeándolo con un brazo- Sam él es mi pareja, Gabriel.

-Un gusto Sam- su voz es gruesa y sus ojos son color miel que me intimidan y me hacen ver chiquita.

-Lo mismo digo- le doy una sonrisa y su mano señala la puerta.

Miro al señor vestido de pingüino y la pareja de mi mamá lo presenta como Elliot.

-Pasen, están en su casa.

Paso la puerta y como lo dije antes mi vida no podría pagar todo lo que veo, todo derrocha elegancia, hay una escalera en forma de U que conecta dos caminos de la casa, hay un gran candelabro de diamantes arriba mío, las paredes son blancas y grises dando ese tiene elegante, hay muebles en todos los lados, al fondo hay un corredizo donde se puede notar una zona verde.

Mamá me mira y yo sigo sin creer que viviremos aquí.

-Sam esta será nuestra hermosa morada, claudia la ama de llaves te dirigirá a tu habitación- mamá parece un chicle pegado al lado de Gabriel no se le despega.

Asiento y sigo ala ama de llaves al segundo piso, mi habitación queda a mano derecha en la segunda puerta y mi madre dormirá en la sala izquierda.

Mi habitación esta decorada de una forma sencilla al fondo de esta hay una cama con cortinas a los lados, a mi izquierda hay una puerta y a mi derecha otra, un espejo esta al lado de la cama.

Me dirijo ala puerta de la derecha y encuentro un baño grande, con un jacuzzi, salgo y me dirijo ala otra puerta y es un closet, que ojala estuviera vacío, pero no, esta atiborrado de ropa que tiene las etiquetas de marcas muy reconocidas, hay un closet lleno de zapatos de distintos tipos, desde botines hasta tacones, quiero regresar y decirle a mamá que esto es mucho comparado a lo que yo suelo ponerme, incomodidad entra en mi sistema, no quiero ser una mantenida ni tampoco malagradecida pero me gustaría que todo esto fuera sacado de aquí.

Salgo y cierro la puerta, la cama me llama y me dirijo a ella acostándome sin quitarme mis tenis desgastados, trato de quedarme despierta, pero el sueño me vence dejándome en un agujero negro.

(…)

El sonido de unos toques en la puerta se escucha y me levanto abriendo la puerta.

-Señorita Sam, su madre pide que baje a cenar- dice claudia, asiento cerrando la puerta.

Me dirijo al baño y comienzo a asearme, mi maleta esta a un lado de la cama, la acomodo en la cama y saco mi ropa interior y saco un chándal color marrón y una camisa grande color negro me calzo con mis chancletas y salgo de la habitación.

Llego al comedor y madre y su pareja esperan allí. Me siento al frente de mi mamá.

-Sam- me llama Gabriel, dirijo mi mirada hacia el- cuéntame un poco sobre ti, que es lo que te gusta hacer, no lose, quiero saber mas de esa chica que Bianca me describía.

-Buen… no hay mucho que decir de mí, tengo 17 años, me gusta leer no soy muy sociable, pero soy amable- le digo forzando una sonrisa, ese hombre es intimidante, me dedica una sonrisa que no llega a los ojos.

Comienzo a comer lo que la servidumbre dejo al frente mío, hablan de como se conocieron y que sintieron cuando paso todo, escucho atentamente opinando de vez en cuando.

-Ya estas inscrita en el instituto y entraras pasado mañana- dice mamá.

-ok-respondo- ¿puedo irme?

-Adelante- responde.

Me dirijo a la habitación, pero me desvío yendo hacia el jardín. La noche esta fresca y una brisa pequeña se pasea, la luna adorna el cielo y las estrellas brillan con una luz casi cegante.

Me siento en el césped y mi mirada se fija en la luna que por mas que trato de apartar la mirada no puedo, algo me atrae a ella, algo que no se describir, pero ahí esta en mi pecho, siento que es anhelo, pero… ¿Anhelo a qué?, es confuso, pero eso siento.

Me levanto y me dirijo a mi habitación, la cama me espera y me rindo ante ella cerrando mis ojos y consumiéndome en la oscuridad.

 

(…)

Mamá siempre dice al que madruga Dios le ayuda y en estos momentos quiero atestarle un golpe, no lo malinterpreten, pero saben que es lo feo que uno siente cuando te levantan temprano, ¡es horrible!



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En el texto hay: pasadoamor, elegida y destino, magia reina

Editado: 14.02.2024

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