Raison D'exister

CAPÍTULO 4: Différentes classes

Al término de su primera clase muchos soltaron el aire que no sabían que estaban reteniendo, y aunque algunos se empeñaran por decir que no estuvo nada mal sabían que se estaban engañando a sí mismos.

La tensión había sido tan palpable que incluso los más despistados la notaron, era la primera vez que todas las casas compartían una misma clase. La directora McGonogall lo había decidido de esa manera debido a que eran muy pocos estudiantes y como era una simple formalidad para el Ministerio, juntarlos a todos y hacerlos convivir era la mejor opción.

Pero lo más terrible no fue compartir aula y seguir compartiéndola en absolutamente todas las materias, sino la reciente rivalidad entre las alumnas Granger y Beouvoir por ser las mejores.

Y es que cuando Hermione Granger no fue la única en levantar la mano a la velocidad de la luz para responder una pregunta todos se quedaron atónitos incluida la profesora.

-Muy bien, señorita Beouvoir ¿cuál es la respuesta?

-Crinus muto –respondió con una pequeña sonrisa burlona hacia Hermione

-Excelente, dos puntos para Hufflepuff

-Yo también sabía la respuesta –murmuró la leona

-No le tomes importancia, habrán más preguntas –le dijo Ron

Cuando Camille cruzó la puerta para retirarse del aula muchos estudiantes poco disimulados se acumularon en la entrada para verla irse, su cabello rubio y largo se movía lentamente de lado a lado a cada paso que daba y sus botas altas imponían pisadas afirmando su presencia en el pasillo.

-A parte de bonita, inteligente –mencionó Theo

-Sí bueno tiene su estilo –minimizó Parkinson mientras salían del aula

-¿No estarás celosa Pansy? –preguntó juguetón Goyle quien había estado distante de los chicos

-¡Tú cállate Goyle! –le gritó la pelinegra

-Bonita o no, al fin alguien hace que Granger se calle –intervino Draco

Todos los estudiantes se dirigían a su próxima clase, encantamientos, las materias no habían sido elegidas por ellos, más bien Minerva les había impuesto estudiarlas, tendrían una amplia gama de cursos para que no estuvieran vagando por el colegio.

-Buenos días, queridos estudiantes –saludó el profesor Flitwick encima de una pila de libros –espero que este año sea tranquilo y relajado

-Profesor Flitwick –levantó la mano Hermione

-Dígame señorita Granger

-¿Veremos nuevos encantamientos?

-Lo más probable es que solo hagamos repaso de los que ya conocemos, algunos de ustedes ya los estudiaron pero otros no por eso es que están aquí

La clase transcurrió con normalidad hasta la ronda de preguntas y respuestas que hizo el profesor Filius, como en la anterior clase Camille y Hermione eran las que trataban de responder la mayoría de preguntas para obtener puntos para sus respectivas casas.

-Muy bien chicos, la clase terminó –anunció el pequeño profesor- me encantó su participación, hicieron un excelente trabajo

-Siempre es un placer poder aprender con usted profesor –dijo rápidamente Hermione al ver que Camille también tenían intenciones de responderle

-Y antes que se vayan quiero informarles que en las próximas semanas reinauguraremos el Club de Duelo

-Con lo bien que resultó el último –murmuró Potter para sus amigos quienes soltaron una pequeña risa

-Espero que se animen a formar parte de él, ahora si pueden retirarse

Los días pasaban y la impresión de los estudiantes por su nueva modalidad de estudios había aminorado notablemente, solo quedaban algunas miradas de resignamiento.

El primer fin de semana tuvo como atracción principal el desfile de lechuzas en el Gran Comedor a primera hora. Los padres de los jóvenes magos y brujas estaban muy deseosos de saber cómo habían pasado su estadía en el colegio sus queridos hijos y aunque no le escribieran explícitamente estaban totalmente dispuestos a ir en su búsqueda ante cualquier situación de riesgo.

Camille por su parte desde una esquina alejada en la mesa de los tejones desayunaba tranquilamente mientras veía cómo los demás leían sus cartas y abrían paquetes. Su tranquilidad desapareció cuando vio a la lechuza de la familia posarse frente a ella con un pequeño trozo de pergamino en su pata derecha.

Al retirarla del animal, este salió volando inmediatamente. Eso solo podía significar una cosa, aquellas palabras que le dedicarían sus padres no necesitaban de una respuesta rápida o ninguna respuesta para ser más precisos.

« Nous sommes sûrs que vous vous débrouillez bien, n'échouez pas. »

En efecto todo estaba excelente, en lo que iba estudiando ahí, muchos habían tratado de acercarse a ella pero con todo su autocontrol supo cómo quitárselos de encima. Aunque se le estaba complicando un poco con un pequeño grupo de estudiantes de su casa, los mismos con las que compartía salón de clases.

-Buenos días, Cami –llegó Sophia Wembley la primera del pequeño grupo

-Soy Camille –corrigió ella mientras guardaba discretamente la nota en su ropa

-Claro, disculpa –sonrió tímidamente- aún no tenemos esa confianza

-No y tampoco te esfuerces en buscarla.

Se levantó y sin nada más que decir empezó a caminar hacia la salida del comedor.

-¿Qué pasó? –preguntó Hannah Abbott cuando Sophia regresó con ellos

-Creo que hoy tampoco es el día

-Debe sentirse incómoda, nueva escuela, nuevos amigos, algunos no se acostumbran rápido –argumentó Ernie Macmillan

-Tienes razón –Sophia tomó una tostada- debemos darle su espacio.



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En el texto hay: fanfic, hogwarts, dracomalfoy

Editado: 24.06.2021

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