Recuerdo abrir mis ojos, y ver como la silueta de una mujer de cabellos largos me agitaba en mi cama de un lado a otro mientras gritaba cargando una niña entre sus brazos.
Caí de mi cama, supongo que debido a la fuerza con la cual me removia, me levante lentamente junto al sonido que llegaba a mis oídos. Caminé hacia mi ventana la cual se encontraba iluminada con un fuerte resplandor amarillento, los gritos, las imágenes de personas corriendo, cuerpos tirados en el suelo con charcos carmesí a su alrededor. Los sollozos y lamentos de niños, destellos fugaces que pasaban de un lugar a otro.
---- ¡Apresurate salgamos de aquí!--- gritó desesperada la mujer a mis espaldas mientras la niña lloraba.
Un fuerte ruido proveniente de la puerta en el fondo de la habitación desvió mi atención. La sombra de un hombre se encontraba posada bajo el umbral de la cual por alguna razón no podía detallar ningún rasgo físico. La figura caminó hacia nosotros y...
Desperté, me encontraba recostado en una cama de heno bastante incomoda de una posada de mala muerte, a mi lado se hallaba recostada una joven chica desnuda, de cabello oscuro como la noche y mejillas palidas. Si no fuera porque sus manos estaban maltratadas y su piel seca por el sol se pudiera pensar que era una chica de alta cuna y no la granjera común que era.
----Ese sueño otra vez. Dije para mi mismo
Me levanté, mis pies tocaron el frío y sucio piso hecho de madera. El cuarto consistía en una cama, un retrete, un lavamanos y una silla solitaria hecha de madera en un rincón del cuarto, la cual estaba cubierta por nuestras prendas.
Caminé hasta el lavamanos para lavar mi rostro, luego fui hasta la silla para tomar mi ropa; Una camisa protectora blanca de vigotes de dragón, pantalones de cuero de Minotauro negro, sobre todo eso un chaleco verde oscuro hecho de tela sintética. Y en mis pies unas botas marrones que encontré en unas ruinas con una inscripción en un idioma antiguo.
Salí de la habitacion y bajé las escaleras. La posada consistia en un edificio de dos pisos hecho casi en su totalidad de madera. La segunda planta era donde se encontraban las habitaciones que los viajeros utilizaban. La primera planta consistia en un loby-comedor donde las personas que pasaban por las cercanias podian saciar su hambre o registrarse para rentar un cuarto.
El comedor era oscuro y maloliente justo como se esperaría de un lugar en los confines del mundo, las tablas del piso estaban mohosas, y los menús holográficos funcionaban mal.
Me acerqué al mostrador donde había una mujer shira de ojos rasgados y baja estatura, como era típico en el continente shirahako de la parte oriental del mundo.
----¿Podrías darme las armas que te dejé ayer? Pregunté con un acento que denotaba muy claramente que no era de la zona.
----Ehhh, dejame ver deben estar por aquí. Habitación numero siete si mal no recuerdo ¿cierto? Preguntó distraída.
----Si, también quiero ordenar un plato de huevos de dodo y tocino de jabalí gigante de las montañas... y un batido de banana con crema, chispas de colores y un regaliz rojo.
----Aquí tienes tus armas, y no sé que coño es un batido de banana, todo lo demás lo tendrás, solo espera en alguna de las mesas---- Me dijo mientras me entregaba un par de cuchillos que enfundé en la parte inferior de mi espalda, una espada la cual coloqué detrás de mi hombro izquierdo y una katana que até a un lado de mi cintura.
Fui a sentarme en una mesa alejada de los otros clientes hasta que llegó mi pedido, mientras desayunaba con un vaso de agua. La chica que se encontraba dormida en mi habitación bajó bastante desaliñada y se fue corriendo por la puerta principal de la posada sin siquiera decir una palabra.
Pagué la cuenta de seis mil hakos por la noche y la comida, salí de la posada en busca de mi montura al establo para poder dirigirme a comprar equipamiento que necesitaria para el viaje o mejor dicho el trabajo.
El establo estaba a solo unos pocos metros de la posada, la verdad es que el nombre le quedaba grande, realmente solo eran varios palos clavados como estacas enormes en el suelo donde amarrar las monturas, un techo improvisado muy pobremente, y un abrevadero.
Solo habían tres caballos aparte del mio. Mi montura era un caballo de pelaje oscuro el cual había comprado ayer a un Mercader andante mientras me dirigía a esta locación, y al cual desde hoy nombraria "Batido De Banana" por motivos de capricho.
Lo desaté, ajusté las correas de la silla y comencé a caminar por el pueblo sobre su lomo.
La verdad es que la aldea parecía bastante pobre, las casas y edificios eran de baja calidad y estaban desgastados, la tecnología era prácticamente nula y la que había era obsoleta o no funcionaba bien, las calles eran de tierra y como la noche anterior había llovido todo estaba hecho un lodazal.
Las personas no eran muy diferente a las infraestructuras, todos tenían ropas viejas y maltratadas, al parecer la principal fuente económica de la zona era la agricultura, pero con los impuestos elevados, la poca mano de obra y los precios exorbitantes, a estas personas apenas y les alcanzaba para sobrevivir. Por eso no me sorprendio que hayan intentado quitarme cinco mil Hakos por una cabra nitrogenada en el bazar.
El bazar era bastante pobre y no había casi nadie caminando aunque se encontraba en la calle principal. Solo compré algunos unguentos y un esprait de nanobots por si sufría alguna lesión en mi brazo biotec. El comerciante de la tienda, un hombre de tez oscura y como de 1.80 de alto que visiblemente no era autóctono de estas tierras me miraba fijamente.
---- Hey tú, no eres de estos lares al igual que yo, ¿cierto?--- dijo el hombre de piel oscura.
---- Debería felicitarte por tu perspicaz ojo, pensé que nadie se daría cuenta através del bien preparado disfraz que no estoy usando para que nadie descubra lo diferente que soy.--- Le dije con una sonrisa.