Nace, se alimenta
y crece gracias a tus placeres.
Aunque no es constante,
genera dependencia.
Cuando implorás que aparezca,
no tiene piedad alguna.
Así es su naturaleza:
su ausencia debe doler.
Ella no se va a encaprichar con vos.
Sos un banal poeta.
Te va a seducir,
pero no te ilusiones.
Vas a morir por ella.
A ella no le importás.