Este sábado de casualidad,
de frivolidades,
de herejía.
Este día de los nervios de punta,
del amor precavido
y la garganta reseca.
Estás más hermosa que nunca
con tus veredas mojadas
y con tus farolas negras.
Con tu pasarela de cebra,
con tus horas de resaca,
con tus canciones en vivo.
Tantas cosas que vivimos juntos
desde catorce de mayo
hasta Colón.
No estoy seguro si es
porque hago que incluso lo opaco brille,
pero hoy tus luces
hacen más bonita la noche.