Nos encontrábamos en el parque donde nos conocimos por primera vez. Platicábamos con nostalgia los momentos que habíamos compartido durante nuestra infancia. Pero de tus ojos comenzaron a descender varias lágrimas, te abracé fuertemente mientras te preguntaba qué era lo que sucedía, mas no me respondías.
--Lo siento, lo siento...-- repetías tenuemente entre sollozos.
Tus párpados comenzaron a cerrarse levemente. La preocupación invadió todo mi sistema, intenté hablarte, pero me di cuenta que ya era demasiado tarde. Tu corazón latía lento.