Razones peligrosas | Libro 3

2

Fue divertido sorprender a mis amigas el domingo por la mañana.

Ya que al día siguiente empezaba el último ciclo y con ello casi sería libre de muchas cosas.

Casi porque los padres son para siempre. 

―¡Un domingo de chicas!

No me sorprendía que Nicole tuviera la misma cara angurrienta que yo al escuchar a Mina y más porque se devoraba con los ojos a un escolta con resaca; por desgracia Jaxon y Brunell no estaban en condiciones de salir al exterior.

¿Cómo en sus tristes vidas pudieron ser contagiados de varicela por un niño de dos años?

Solo puedo decir que el niño ya está brincando como liebre, feliz de la vida, mientras los otros dos viven un infierno sin poder rascarse las pelotas, ni qué decir de sus rostros virulentos.

― ¿Y a dónde vamos? ―preguntó Alison con desgana.

―Helado ―dijimos Mina y yo al mismo tiempo, Alison seguía con su cara de chica con mala onda.

―Creo que no ha sido el verano ‘cero virginidades’ como había planeado ―susurró Mina enrojeciéndome furiosamente.

¿Por qué tuvo que recordarme lo de la piscina?

―¿Y si lo comemos en casa? ―Algo o alguien parecía fastidiar a nuestra amiga.

Mina nos cogió del brazo y nos arrastró a la primera heladería que encontró.

―Yo las espero en un rincón. ―Connor llevó su adolorido cuerpo a una mesa privilegiada para vernos, chequear la salida y entrada, tomar su café bien cargado y no escuchar nuestros gritos excitados.

Mina sonreía perversamente― ¿Y qué te pasó en las vacaciones, ya podemos unirte al club? ―Mina me estaba preocupando, por la cara de Alison supuse que quizá solo yo era la única que no había estado realmente con un chico.

¿Podían culparme?

Miré furtivamente a Connor, él desvió la mirada mismo mocoso engreído, suspiré―. No realmente ―murmuré.

No iba a decirles que me había dormido en la misma cama con Bags, si no sabían de mi segundo secuestro. ¿Para qué mencionar lo demás?

―¿Nada de nada? ―Mina no podía creerlo, rayos, no podía hablar con Connor y su oreja biónica al pendiente.

―Nada, me la pasé de vacaciones, correteando por el lugar, la playa...la familia. ―Recordar que hacía mucho tiempo que no había estado cerca de una zona recreativa me emocionó―. Fui a una piscina. ―Mina y Alison estaban boquiabiertas.

―¿Pero qué hicieron tus padres contigo? ―Mina estaba atónita

¿Debía haber ido a recolectar chicos y elegir cual me estrenaba? ¿Qué clase de loca cree que soy?

―Déjala Mina, no deberías fastidiarla. ―No sé si Alison debió hablar, pero ella se volvió la siguiente víctima de Mina.

Una llamada a mi móvil nos interrumpió― ¿Bags? ―A pesar de hablar bajito no pude evitar que Mina lo escuchara y me arrebatara el móvil para ponerlo en altavoz.

―Margot, tenemos que hablar sobre lo que pasó. ―Tierra trágame.

―No te preocupes por la juerga que se tiraron Eli y Connor, no pensaban que Jaxon y Brunell estarían enfermos ―dije lo más neutral posible. Eso lo dejó pensando y desinfló los pensamientos eróticos de Mina―. Y justo ahora estoy con las chicas ―dije la segunda pista.

―¿Puedo pasar por ti para el almuerzo? ―Me congelé en el lugar.

―Eh, no te preocupes, en serio, Mina y Alison han preparado algo en su piso, solo échale tierra. ―Le quité el teléfono a Mina y colgué antes de escuchar alguna respuesta que me pusiera en más evidencia.

―Así que hiciste algo este verano ―exclamó Mina sospechosa.

Mi estúpido rubor me delató.

―Solo una confusión, estaba aterrada por el susto que me pegó su hermano y al darme cuenta lo había besado… ―me encogí ante la resentida mirada de Alison―. Pero lo corté, le dije que estaba delirando, así que...

 Por la cara ofendida de Connor, sospechaba que él sabía la verdad.

Sí, no le dije nada a Merri y lo dejé en el limbo de la incertidumbre.

―Por eso quiere hablar ―Mina no zanjaría esto fácilmente―. Magui, no debes preocuparte, Alison no estaba realmente interesada en ese pedacito de cielo, más bien, me enteré que está loquita por ese chico de intercambio…

―No quiero saber nada de los hombres, gracias. ―Alison empezó a comer su helado sin decir más, aunque para ser sincera, ni siquiera había pensado en ella y su pasajero gusto por Bags.

―Ahí está el punto Mina, no queremos saber nada de los cromosomas Y, solo terminar la universidad, titularnos y encontrar un buen laboratorio que nos pague por aprobar las fórmulas dije tratando de cerrar el tema.

Cielos.

Mina no daría su brazo a torcer, por la carita de: ‘hay algo más que escondes’ que me puso.

―¿Magui, qué hizo mal? ―Fruncí el ceño ante la pregunta de Mina, ¿Era necesario explicárselo?

―Nada, solo no es correcto, empezó de una forma extraña y ahora que lo veo mejor, sé que terminaría mal y Alison me apoya. ―Ella solo se encogió de hombros.




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