Capítulo 7

El pasillo estrecho no era lo suficientemente bajo como para andar encorvado, pero tampoco permitía moverse con libertad. Debería recordarlo cuando llegara el momento del combate y usar el bastón como una lanza. No resultaba raro — estos túneles estaban diseñados para robots de reparación, no para personas, por lo que quienes construyeron la cúpula no se preocuparon mucho por la comodidad de los colonos. Al final, como en cualquier lugar, lo primordial era la funcionalidad y la fiabilidad. Antes consideraba esta perspectiva como una simple economía de recursos, pero ahora comprendo que nadie pensó que la gente tendría que permanecer en los módulos de protección el tiempo suficiente para que la comodidad se convirtiera en una necesidad en sus vidas. Esto solo era un refugio temporal, como una tienda de campaña para turistas.

A los lados y bajo el techo había tuberías interminables y un haz de cables gruesos de potencia. Todo estaba en buen estado, lo que significaba que la instalación se mantenía cuidadosamente. No obstante, las manchas grasientas en las paredes y las gruesas telarañas indicaban que el mantenimiento de las comunicaciones técnicas hacía tiempo que solo lo realizaban personas, ya que el último robot reparador dejó de funcionar cuando yo aún estaba en la escuela. Nos llevaron al museo de tecnología antigua, así que lo vi con mis propios ojos. Pero los humanos nunca se esfuerzan más de lo necesario...

Las grietas entre las juntas de los paneles, suficientemente grandes para pasar una mano, junto a charcos desagradables a la vista y al olfato bajo los pies, tampoco ayudaban. En algunos lugares, las grietas estaban llenas de algo que se parecia mucho a capullos, con larvas que ya habían salido de ellos.

Y aquí estaba el primer hongo. Parece que la suerte decidió sonreírme. Apenas había dado una decena de pasos y, a la altura de mi cabeza, en la pared, distinguí un crecimiento blanquecino del tamaño de un buen puño.

«Hongo comestible. +15 de salud» — anunció un texto que apareció sobre él en el aire, como una holografía. ¡Vaya! ¿Significa que ahora recibiré este tipo de notificaciones sobre todo lo que mire? Muy entretenido.

Caminas por la calle y ves a una chica guapa. Y su nombre escrito sobre su cabeza. Sería muchísimo más fácil conocer gente. Quien se dirige a alguien por su nombre no será rechazado de inmediato. Al menos te preguntarían: «¿Nos conocemos?». Y luego, todo depende de la técnica y la imaginación.

Pero bueno... ¿Quién soy yo y dónde están esas chicas? Primero lo primero. Arranco el hongo y, sin pensarlo dos veces, me lo como. ¿Por qué no? ¿No vine aquí precisamente por esto? Además, el mensaje prometió mejorar mi salud.

Reviso la pestaña "Personaje" y noto con satisfacción que mi salud aumentó cinco puntos, tal como se prometió. Y en cuanto a cómo me siento, casi he dejado de sentir dolor. Perfecto...

«Felicidades. Has comenzado tu primera misión «Recolecta 5 hongos comestibles». Progreso 1/5. Recompensa — 1 moneda de plata»

Bien. Sigamos adelante.

«Mazmorra «Colector técnico». ¡Atención! Estás entrando en territorio enemigo. ¡Aumenta la agresividad de los enemigos! ¡Atención! Primera vez que entras en la ubicación «Colector técnico». Coeficiente de experiencia 1.5. Recompensa duplicada. Condición — completar la mazmorra de una sola vez»

La notificación permaneció ante mis ojos por un minuto y luego desapareció, dejándome algo sorprendido y con varias preguntas. Al menos, ¿qué era una mazmorra y cómo se maneja? Sin embargo, no busqué respuestas en la «Ayuda», pues en ese momento apareció otro personaje. Era del tamaño de un gato bien alimentado.

Rata gris. Nivel 1

Salud — 25.

Hocico alargado, cola larga y desnuda, pelaje denso y erizado. Patas cortas... Nada impresionante. De alguna manera, imaginaba a los mutantes ominosos, capaces de devorar a una persona viva, de una manera diferente.

Un paso adelante, balanceo, golpe... La rata chilla y vuela hacia un lado, golpeando la pared y deslizando hasta el suelo. Pero no muere. Se levanta y se lanza hacia mí. Estoy listo para ello y la recibo con el extremo forjado del bastón, como una pelota de béisbol.

— ¡Pum!

El segundo golpe fue suficiente. La rata cae de espaldas, levantando las patas y quedándose inmóvil.

«Victoria. Enemigo «Rata gris» eliminado. Experiencia ganada — 5 puntos» — apareció una notificación ante mis ojos.

En los juegos, se recomendaba registrar los cuerpos de los enemigos derrotados para obtener botín adicional. Me acerco y empujo a la rata con la punta de la bota.

«Experiencia ganada — 5 puntos. Recompensa recibida — 1 moneda de cobre, 1 cuerpo de rata»

Mmm... La información es buena, pero qué molesta es. Durante casi un minuto no podía ver nada más que letras. ¿Y si hubiera habido más ratas? ¿Cómo luchar con esta maraña de letras en la pantalla?

Como si me escuchara, la notificación fue reemplazada por otra:

«Puedes desactivar las notificaciones en línea, cambiándolas al modo «A solicitud»

Me concentro, encuentro dónde marcar la casilla y el campo de visión se despeja. Así es mucho mejor.

Mientras resolvía el interfaz, otro animalito apareció de repente de algún lugar.

Un paso adelante. Golpe. Vuelo... Salto hacia mí y otro golpe. Esta vez no bastaron dos golpes. Tuve que golpear una vez más.

Empujo el cadáver y... nada. ¿Qué significa esto? ¿Dónde está la recompensa?

¡Maldita sea! Si yo mismo desactivé las notificaciones. En general, es correcto, pero ahora me interesa. Presiono la solicitud.

«Experiencia ganada — 5 puntos. Recompensa recibida — 1 cuerpo de rata»

Ah, entonces no siempre dan dinero. Bueno, tiene sentido, incluso con tantas recompensas es bastante generoso. Si llevara los cuerpos a la planta de reciclaje o al comedor, me pagarían al máximo una moneda de cobre por cada par de ratas así. ¡Maldita sea! Si las monedas caen, incluso esporádicamente, aquí puedo ganar tanto dinero que no tendría sentido salir a la arena. ¿Para qué luchar, arriesgando mi salud, por un miserable oro, cuando aquí simplemente pateas y recoges cobre más carne? Solamente espero que haya suficientes ratas. ¡Vaya sarcasmo!...