Rebellion: El Reino de Irsac

2

—¿Me estás diciendo que de la nada ese frasco apareció en el jardín?

La cara de Price era una poesía a la confusión y a la duda, no era para menos que mi hermana pensase que algo sospechoso escondía ese collar.

—Mira el lado positivo, contiene una extraña poción dentro la cual podemos usarla a nuestro favor en cualquier momento —mostré mi sonrisa más brillante y me tiré de nuevo a la cama.

El aire tan fresco de la mañana luego de que el cielo haya “llorado” era una señal de suerte para mí. Hoy se daba por finalizado el plan y pronto seríamos libres de cualquier trato ambicioso que nuestros padres hayan hecho.

La puerta abriéndose de nuestro cuarto y viendo a papá entrar por ella nos puso en alerta. Amaba tanto a mi padre, pero la forma en la que se alió con mamá para vendernos como cualquier baratija hizo que mi cariño incondicional vaya mermando.

Se sentó al borde de la cama, no a lado de Price, como si sintiera vergüenza de incluso mirarnos a la cara. Carraspeo, miraba al piso con las manos en su regazo. Parecía reflexionar como un niño siendo regañado por la mala acción cometida.

—Hijas… deseo que puedan perdonarme —decir eso era similar a hacer un gran esfuerzo en el taller.

Alcé mi ceja, mi notoria mueca de disgusto era más que suficiente para darle a entender lo molesta que yo estaba.

—Papá, no tienes que hacerlo —la voz de Price inundando mis oídos me hizo percatar de lo que estaba a punto de decir. En verdad ella necesita dejar de ser tan misericordiosa.

—No Price. Deja de decir tonterías. —escupí mi pensar de forma molesta— Ese hombre al que llamamos padre quiso vendernos, tiene la misma idea que mamá.

Lo he señalado, de lo enojada que estaba me he parado para dar vueltas en la habitación. He abierto la ventana completamente para respirar mejor. Necesitaba calmarme.

—Todo ha sido mi culpa, sólo hemos pensado en su futuro y en el bienestar de nosotros -ha meditado el resto de su respuesta, sabe que podría explotar en cualquier momento con este tema—. Yo he tomado la decisión de no seguir apoyando esta idea, necesito que me crean. Desde ahora su madre está sola en esto.

Price me ha mirado de forma suplicante, he mirado a papá y de nuevo a mi hermana. Respiré hondo, sentía una gran traición de su parte.

—Está bien —he dicho luego de unos minutos-. Que esto sea sin juegos, sin engaños papá.

Papá y ella me han mirado alegres.

—No sabes lo feliz que me hace que hayas perdonado a papá por lo que hizo —Price lo dice mientras juguetea con mi cabello—. Tú sabes que mamá suele obligarlo, aunque ella tampoco es una mala persona.

Ruedo los ojos y lanzo un suspiro, intento relajarme, pero los pensamientos de un posible engaño van y vienen otra vez a mi mente.

—Escúchame bien Price Clous —digo enderezándome—. Mamá y papá puede que estén tramando algo, hay que estar alertas y no dejarse engañar por las supuestas disculpas de papá.

—Nuestro padre ya se disculpó, tampoco puedes obligarlo a que lo haga una y otra vez para ganarse tu perdón —la posición que toma Price a veces es un poco estresante.

 No le respondo nada a eso, tomo mi pequeño bolso y el collar para salir de casa e ir con el profesor.

Price de manera rápida hace lo propio para tratar de alcanzarme, yo ya voy muy distanciada porque no deseo decir algo hiriente y empezar una pelea.

—¡Espera Abela! —dice tratando de acomodar su cabello—, recuerda que debemos llegar juntas. El profesor podría dejarme fuera.

Mire por encima del hombro y le contesté: —Es imposible que el profesor te deje fuera Price, sabes que él te dejaría entrar sin pensárselo dos veces, aunque si lo descubren le causaría problemas.

Decidí tomar un atajo, no circulaba tanta gente y podía ir con más tranquilidad sin levantar tantas sospechas. Luego de un rato, pasos sospechosos he notado.

—¿Escuchaste eso? —le pregunto a mi hermana deteniéndola de inmediato—. Alguien nos está siguiendo.

—Esas son tonterías Abela, ¿quién va a seguirnos y para qué?

Miro hacia todos lados, el miedo quiere vencerme, pero trato de buscar a la persona dueña de las pisadas.

—No es nadie, ya vámonos que se nos hace tarde.

—Price guarda silencio un momento, estoy segura de-

En ese instante, pasa el carruaje real dirigiéndose al centro del pueblo, pero lo que más me ha llamado la atención, es la misma sombra que me ha seguido anoche escabullirse huyendo de la vista de quien conducía ese carruaje.

—Price vete ahora mismo donde el profesor, dile que estoy enferma —estoy decidida a hacerlo, seguiré a quien sea que fuese.

—¡Abela regresa ahora mismo! ¡el profesor no me va a creer nada! —la voz desesperada de Price hace eco en la soledad del camino.

—Si te va a creer, eres su alumna favorita. Vete ahora, es una orden.

Empiezo a correr, trato de alcanzar a la sombra de cualquier manera sin que me note. Ingresa al bosque, va cada vez más rápido como si estuviéramos jugando. Me ha invitado a un peligroso juego en donde tengo que descubrir los motivos de su misteriosa aparición anoche.

Se detiene en un árbol, ha recitado cosas que no entiendo para luego abrirse una puerta pequeña. Una chica de cabello largo y gris lo ha recibido invitándolo a pasar para que después la puerta se cerrase y el árbol vuelva a su normalidad. Ha descubierto la parte de arriba de la capucha, es un chico.

He quedado con la boca abierta luego de ver esto. Sabía que cosas extraordinarias pasaban, pero nada como lo que acababa de presenciar.

Me moví despacio hacia el árbol asegurándome que nadie me ha estado viendo. Observé desde su copa hasta el tronco, no parecía haber nada raro. Lo rodee, cuando creía que no obtendría nada de esto unas pequeñas letras han brillado tallándose en el árbol, eran las mismas letras que tenía el collar, pero parecían decir algo diferente.



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En el texto hay: reyes, rebelion, fantasa

Editado: 28.01.2024

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