Recordando como amar

Capítulo 9

Ragnar

Ni un millón de años pensé que pasaría una tarde jugando con un niño y que fuera mi hijo. Luke es muy activo y desinhibido.

Me sorprendió la forma en que me recibió y como dijo que no llamaría papá todavía. Tiene carácter y eso me gusta.

Al principio no supe que hacer o como seguirlo y me arrepentí de no haber pasado más tiempo con mis sobrinos, aunque con ellos hubiera sido diferente porque son dos niños malcriados que se creen que las personas deben servirlos. Tal vez por eso nunca pasé mucho tiempo con ellos.

Me alegra que Luke no sea de esa manera. Sophie lo ha criado bien. Lo supe en cuanto lo vi darle su lugar a una niña para subir al tobogán y le pidió disculpas a otro niño por haberlo chocado sin querer.

Me hubiera gustado ser parte de su vida desde el día uno. Habría sido lindo verlo crecer y compartir ese momento con Sophie.

Sigo queriendo matar a Noelle por haberme mantenido lejos de la única mujer que he amado en mi vida y de la vida de mi hijo.

Lo miro correr de un lado al otro, levanta la mano y saluda en dirección a Sophie que está un poco apartada y sonrío mientras me acerco a ella.

—Es un niño estupendo.

—Me esfuerzo mucho para que sea buena persona.

—Quiero asesinar a Noelle por haber ocultado tu correo y respondido por mí. Si la hubiera despedido de inmediato y no esperado una semana, todo habría sido diferente.

—No imaginé que la despedirías. Hablabas bien de ella.

—Eso fue antes de saber que puso droga a mi bebida—Sophie me mira—. Me sentí mal ese día en la oficina, ella me ayudó a llegar a mi departamento y no sé como fue que se acercó, me besó y yo le correspondí durante un momento. Solo pensaba en ti. Mi cuerpo no respondió físicamente, ella esperó un rato y los efectos comenzaron a irse, ahí me di cuenta quien era en realidad. La eché del departamento, estaba furioso y tendría que haberla despedido, pero no quise ser tan dramático. Claro que no imaginé que había puesto algo en la bebida hasta después de hablar con Adam que ese día estuvo conmigo y me ayudó con las lagunas.

—¿Por qué la despediste?

—Porque se puso en modo novia celosa y tóxica espetando a cualquier mujer que se me acercaba. Llegué a mi límite, le dije que nunca pasaría nada entre nosotros, la denuncié por acoso y la despedí. No volví a saber de ella y unos meses después me mudé a Roma. Ojalá lo hubiera hecho antes.

Sophie no agrega nada y nos quedamos en silencio siguiendo con la mirada a Luke.

—¿Por qué Roma?

—París no era lo mismo sin ti. Te veía en la galería, en mi departamento y la culpa por haber arruinado todo me seguía como una sombra. Pensé que ir a Roma serviría para acercarme a mi familia. No funcionó, ellos siguen viviendo en el pasado.

—Siento que no tengas la mejor relación con tu familia. Yo amo a mi familia y han sido mi apoyo y roca toda mi vida. No puedo imaginar mi vida sin ellos.

Mi familia y yo también éramos así hasta que una tragedia tiñó nuestras vidas cambiándolas por completo. Mi hermano me culpa y mis padres están en su mundo de fantasía con el único deseo que me case y le dé nietos para tener mucha descendencia.

—Tienes suerte. ¿Te has preguntado como hubiera sido nuestras vidas de haber seguido juntos? Luke habría crecido con ambos en su vida.

Observo de reojo a Sophie que tiene su atención puesta en los juegos, como madre vigilante y espero por la respuesta.

—Sí, mientras estuve embarazada—responde y voltea hacia mí—. La verdad trataba de no pensar en ti porque dolía recordar lo estúpida que fui por aceptar una relación donde me presentabas con tus amigos como una amiga y a pesar de la exclusividad coqueteabas con otras mujeres.

—En cambio, yo no he dejado de pensar en ti durante todos estos años y dolía reconocer que fui un idiota que te perdió. No coqueteaba con esas mujeres por interés en ellas, sino para evitar que te enamoraras de mí. Cuando me pediste exclusividad te la di sin pensar, no necesitaba estar con otras y sabía que si me decías que me amabas, estaría perdido y lo evitaba.

Me acerco a ella todavía más de lo que ya lo estaba, absorbiendo su familiar y delicado aroma a lavanda que desprende su cabello. Me gusta ver que algunas cosas no cambiaron.

—Ragnar, ya lo hablamos.

—¿De verdad no tenemos una oportunidad? —levanto la mano y acaricio su mejilla—. Déjame probarte que ya no soy el mismo que antes. Podemos salir, conocernos, hacer lo que debimos hacer. No necesitamos compartir la cama… por ahora.

Siento como su cuerpo se estremece por mi contacto. Tal vez no sepa muchas cosas de ella, pero si conozco su cuerpo y sus expresiones. Recuerdo sus gemidos y la forma en que se entregaba en mis brazos bajo mis caricias.

No comprendo porque Sophie es la única mujer que despierta sentimientos fuertes en mí y con el pasar de los años no han disminuido, todo lo contrario.

—No puedo, Ragnar. Cada vez que te veo, recuerdo la escena tuya en la cama con tu asistente y me dan náuseas. No importa si estabas drogado y no pasó nada, lo que yo vi fue a ella encima de ti semidesnuda y tú besando su cuello. De todas las mujeres que había, justo fue ella.



#911 en Novela romántica
#371 en Chick lit
#313 en Otros
#130 en Humor

En el texto hay: romance, drama amor, paternidad inesperada

Editado: 04.06.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.