Recordando mi Primer Amor

Capítulo 25

El tiempo pasa sin prisas pero sin piedad.

Lucas estudió en la ciudad, sus calificaciones fueron sobresalientes. De todos modos, su padre lo mantuvo lejos, sin ningún contacto con sus amigos del pueblo. Una medida exagerada, para un joven de quince años que vive su primer amor.

Pero el gobernador tiene asuntos que resolver y su madre, la señora Amanda, está ocupada en parecer una dama de sociedad, por lo cual poco a poco fueron bajando la guardia con su hijo.

Lucas se comunicó con Isabel, tienen tanto que decir; sin embargo, se quedan callados, largos minutos, las prosas y los anhelos compartidos no logran ser dichos. Pero sus sentimientos de alguna manera lograban comunicarse. Ellos sonríen. Su amor no puede ser explicado con palabras.

Entonces, ayudados por sus fieles vasallos, una vez más intentaron escapar... Isabel esperó en el andén de la estación, Lucas prometió ir por ella, pero nunca llegó.

Isabel se quedó en el andén, Nino estuvo a su lado hasta que el señor Johnson fue a buscarla. La niña se abrazó a su padre y lloró.

El ama de llaves se atrevió a recomendar un castigo. El señor Johnson, sin ser mal educado, la invitó a hacer sus maletas y marcharse.

Isabel necesita tiempo para sanar su corazón, su padre, espera que el tiempo haga lo suyo. Generalmente, los primeros amores son solo eso, ilusiones que no son más que recuerdos.

Mientras, el señor García, es el malvado pirata del cuento... envió a Lucas al extranjero. Un internado, de estricto régimen militar.

Estuvo lejos por varios años.

Cuando tuvo la oportunidad, lo primero que hizo fue tratar de comunicarse con Isabel o con sus amigos Manolo y Nino. Pero por esos años, solo existía un teléfono en el pueblo y la única oficina postal ya había cerrado sus puertas. Poco a poco, el pueblo se convertía en un pueblo fantasma. Solo quedaban algunas familias.

Una tarde de otoño, Lucas, se encontró por casualidad con Manolo, en una calle de París.

Manolo, dice que hace años que se fue a vivir a la ciudad... Que casi todos los jóvenes abandonaron el pueblo buscando un mejor futuro.

Después de hablar cosas sin importancia; del tiempo, el clima... sus estudios y proyectos. Hay una pregunta que rondaba por su cabeza, ya ha pasado tanto tiempo y los amores infantiles son fugaces como las estrellas errantes.

Fue, inevitable, recordar aquella dulce aventura. Lucas mantiene una sonrisa, una mueca nerviosa. Al nombrar su nombre, Isabel, pareció que toda su alma se iba en un suspiro.

Pero...

Debió quedarse callado, no preguntar para no escuchar.

Se rumorea en el pueblo, que, el ángel elevó sus alas al cielo, incluso hay una pequeña lápida en el invernadero, se dice que, el señor Johnson quiso que fuera así. Después se marchó definitivamente del pueblo, nadie supo más de él.

Mientras Manolo habla, Lucas se hunde dentro de sí mismo, y de ese lugar ya no quiere escapar.

Ser un hombre joven y próspero no lo hizo feliz, tampoco los nuevos amores que pasaron por su vida. Se recluyó en una oficina lúgubre, no permite que la luz del sol entre, culpó a sus padres, se alejó de ellos.

Hasta que conoció a una muchacha, Nicole, que con esfuerzo y paciencia lo sacó de esa penumbra.

Lucas volvió a amar.

Pasó el tiempo y en el pueblo se celebró un compromiso.

—Por qué precisamente en el pueblo, preguntó Nino.

—Tal vez, contestó Manolo, quiera cerrar el ciclo. Ya ha durado demasiado tiempo.

En medio de los brindis, Lucas desaparece sin ser visto, acude a la colina, respira hondo, hace tanto que no estaba allí, el pasto ha crecido mucho y la casa abandonada está cubierta por un muro de musgos y hiedras, mira al cielo, le pareció ver una nube color rosa. Una lágrima comienza a correr por su mejilla, incluso, le pareció escuchar la preciosa risa infantil. El sonido del riachuelo susurra una triste canción y de noche las hadas no han vuelto a danzar.

—Que haces aquí, en este lugar, —dijo su novia.

Lucas esboza una sonrisa.

—Recordando mi primer amor.

Nicole le da un codazo.

—¿Debo sentir celos?

Lucas se pone de pie y ofrece su mano.

—Claro que no.

Caminan juntos por aquel sendero, que tantas veces recorrió con la pequeña revoltosa. Nicole habla de los preparativos de la boda, mientras Lucas voltea una última vez...

“Incluso en este momento, cuando el viento sopla, para mí no es suficiente, sonrío una vez más y me despido... te quiero.

A pesar de que estoy cansado, a pesar de que el amor duele y solo nos quedan los recuerdos, tengo que despedirme de ti.

Te amo

Te amo... vuela lejos.

Vuela lejos mi amor.

En mi otra vida te recibiré con mi amor...”

(Insa, dbsk).



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En el texto hay: primer amor

Editado: 08.01.2024

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