Un año después de cancelarse la boda, en dos oportunidades.
La ceremonia civil se efectuará en la casa que ambos comparten.
Nicole discute con el banquetero, su amigo Samuel. Lucas la observa, ella ha sido un bálsamo en su vida.
Pero todos han notado, alguna vez, esa melancolía que se acentúa en días de otoño. Su mente vuela lejos, más allá de las murallas.
La risa de Nicole nuevamente lo trae de vuelta, esta vez se burla de su amigo, quien con el ceño fruncido se marcha, jurando no volver. Lucas rueda los ojos, si no confiara en Nicole, pensaría que entre esos dos hay algo.
Sale al jardín, ella corre a su encuentro, ríe.
—Lograrás espantarlo, ya no volverá, y solo faltan unas horas para la ceremonia, dice Lucas.
Nicole sonríe mientras lo toma del brazo.—Ese bobo no puede vivir sin mí, lo conozco bien.
Lucas la mira y respira hondo, mientras Nicole continúa hablando de su amigo. —Lo conozco de la universidad, siempre fue un bobo, le gusta que lo trate mal (ríe), volverá en media hora (mira su reloj), ¿has notado la forma en que su cara se transforma cuando está enojado?... Siempre hace lo mismo. Puedo saber su estado de ánimo con tal solo mirarlo.
Lucas la mira, ella parece conocer tan bien a Samuel y viceversa. Respira hondo, las palabras lo transportan al pasado, cuando un joven caballero conocía a la perfección los caprichos de un ángel.
Nicole besa la mejilla de Lucas. —Estuvo locamente enamorado de mí.
Lucas alza una ceja, pero Nicole lo toma de la mano y se van a la habitación.
—Te parece si comenzamos antes la ¿celebración?
Pero el calor se apagó antes de comenzar.
Nicole se viste, ninguno de los dos habló sobre lo ocurrido, ya ha pasado otras veces. Se levanta y antes de salir.—Veré que todo esté bien para esta noche.
Lucas hace un gesto de aprobación, se quedó luego tumbado en la cama, sintiendo su respiración normalizarse. Él y Nicole, son amigos, compañeros, pero en la cama son dos perfectos desconocidos.
Respiró profundamente, le debe demasiado, teme que si suelta su mano, se perdería irremediablemente.
Lucas es un hombre al que todos respetan, ha construido una fama a costa de esfuerzo, su propio esfuerzo, no aceptó las recomendaciones ni el poder de su padre. Consideró que bastante ha interferido en su vida. No puede saber si hizo bien o mal, pero la tristeza crónica se la debe a ellos. Buscó a su tía, Anne, pero le fue imposible encontrarla.
Manolo y Nino han llegado... Abrazos y apretones de manos, hay una delicada y delgada sensación de nostalgia entre ellos.
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvieron juntos. En aquel entonces, Lucas era un ogro y gritaba todo el tiempo, luego se encerraba por horas a oscuras, hasta que apareció Nicole.
Parecen felices, se ven bien juntos, murmura, Manolo, Nino lo observa, Lucas parece perderse en sus propios pensamientos.
Ariel se acerca a Nicole, que arreglaba su tocado, le susurra algo al oído. Ella se sonroja.
El juez llegó.
Ambos, tomados de las manos, escuchan el preparado discurso, pero ninguno de los dos presta atención, cada uno está batallando con sus propios demonios.
El juez carraspea en varias oportunidades...
Lucas hizo el intento de hablar, pero fue Nicole que detuvo la ceremonia.
Ella sonríe, se quita el anillo.—Me quedaré con el perro.
Lucas sonríe, ambos terminan riendo. Todos los invitados no entienden nada.
Después de aquello, dejaron de verse por un tiempo, para luego encontrarse cada uno con sus sentimientos claros y definitivos.