Gael.
—Señor primero que todo, debe calmarse —pidió con calma el médico una vez estuvimos solos.
—Es que esto es imposible —expresé frustrado, todo lo que Leyla había dicho era cierto, no estaba en casa, los día que me ausenté del trabajo, este se me había acumulado, llegaba tarde a casa y me iba muy temprano, no hablábamos, ni nos veíamos, ni siquiera hubo ningún tipo de acercamiento, parecíamos dos extraños y lo peor era que para ella parecía ser lo mejor pero mas no para mí, y la extrañaba mucho, la necesitaba —. Lo siento —declaré con sinceridad.
—Y segundo le pedí tener paciencia, y veo que no lo está logrando —inspira oxígeno e hizo una pausa —. Lo entiendo, es frustrante tratar con un ser querido que sufre amnesia, pero aquí existe otro problema, ella mientras menos tiempo pase con usted más tiempo tardará en recordar —hizo otra pausa —. Miré, vi muchos casos pero jamás vi a un hombre tan dedicado como lo fue usted con su esposa esos días que estuvo internada, usted la ama, déjame darle un consejo personal, ella no lo recuerda y si usted no hace lo que esté a su alcance para que ella lo recuerde, la perderá para siempre —podía ver compasión en sus ojos.
—Lo sé, créame que lo sé —espeto frustrado.
Me sentía tan solo, frustrado sin salida. Todo era una pesadilla, pensé que todo sería más sencillo una vez ella saldría del hospital, que al ver nuestra casa y a nuestros amigos recordaría todo, pero todo era más trabajoso, y parecía tarea difícil enamorar de nuevo a mí mujer.
—Miré, llévela a lugares que compartían juntos, de viaje a dónde solían ir de vacaciones, su cerebro no quiere recordar y no sabemos porqué, pero si usted quiere que lo haga…
—Por supuesto que quiero, de hecho es lo que más deseo, pero mí trabajo me consume mucho tiempo y sobre todo después de ausentarme tanto tiempo cuidándola —él exhala.
—Usted sabrá lo que hace señor Hidalgo —hace una pausa —. Una cosa más, comience a contarle de a poco algunas experiencias y anécdotas, es muy extraño que no recuerde nada. Ahora quisiera que me explique porque su esposa tiene esas crisis cada vez que su amiga conduce un auto…
Leyla.
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Solo espero que ese episodio que tuve con Arlín no sea impedimento para que el médico me impida regresar al trabajo, de verdad ansío eso. Necesito hacer algo.
La verdad no me preocupa lo que siente Gael, no siento nada por él, sí me atrae, es muy guapo, pero yo no creo en el amor a primera vista ni en los hombres guapos, no tuve ninguna experiencia personal con ellos, pero si vi a mis amigas de la secundaria y universidad volverse locas por ellos y romperles el corazón, además de por supuesto a Arlín que sí le atraen ese tipo de hombre y también sufrir por ellos, por eso decidí evitarlos, no entiendo que me pasó por la cabeza al fijarme en él, pero bueno, ya decidí y si no logro recordarlo, ni el porqué me enamoré de él, me divorciare, para mí el matrimonio es una institución sagrada, pero si algo prometí en mí vida es no casarme por contrato, por eso huí de casa, por eso cuando vi a Gael en el hospital lo pensé, quería eso con todas mis fuerzas así tener la posibilidad de divorciarnos. No voy a estar con alguien sin amor, y aunque Carlota y Jimena juran que nos casamos enamorados no les puedo creer, no hay pruebas, así que si es un contrato es hora de disolver está unión. Pero si en su momento me casé enamorada y no logro recordarlo también lo haré, no puedo vivir con alguien a quien no amo por más apuesto que sea, además si me enamoré de él seguro que fue por su personalidad, y ahora no sé cuáles son, no lo conozco, no me da el tiempo para hacerlo, las veces que nos vemos terminamos discutiendo.
Abre la puerta el doctor y entra con Gael segundos después de él, toma asiento nuevamente y Gael lo hace a mí lado. Revisa una vez más los papeles sobre su escritorio.
—Leyla, los estudios salieron bien, aunque tuviste esos episodios, me parece adecuado que regreses al trabajo…
—¡Gracias doctor! —lo interrumpo, no puedo estar más feliz. Una sonrisa genuina esboza mis labios. Esto es genial.
—No terminé —dice corta sequedad.
—Disculpe —me enserio, esperando que siga con sus indicaciones.
—Pero si vuelves a tener otra crisis, primero vienes inmediatamente y segundo lo suspendes por un tiempo, no creo que tu jefe se oponga a que descanses. Es mejor que continúes con la terapia —es una orden, no quiero hacer terapia, ya lo hice.
—Pero doctor, solo tuve ese episodio, además, con respecto a mí pasado que seguro es lo que la terapeuta mencionó, ya hice terapia y me dieron de alta, ¿para qué insistir? —explico, es algo que no quiero hablar más —. Además la relación con mis padres ha mejorado, usted los vio en el hospital —le recuerdo, el exhala cansado.
—Hagamos una cosa, si tienes nuevamente una crisis, o pesadillas o algún recuerdo, te volverá a ver, no solo él yo también.
—Está bien —acepto el trato.
—No puedes manejar hasta no estar seguros.
—Está bien —no tengo vehiculo, no me afecta.
—Señor Hidalgo, quisiera hablar con su esposa unos segundos a solas —hago una mueca de disgusto cuando escucho la palabra “esposa”, pero no lo contradigo. Cuando quedamos solo el doctor me mira fijo como analizando me —. Leyla —le prestó toda la atención —. ¿Por qué crees que no recuerda nada? Es extraño que eso suceda. Por lo general cuando se establece nuevamente la rutina las personas empiezan a recordar y por lo visto tú no lo haces —temía esa pregunta.
—Tengo miedo doctor —reconozco por primera vez en voz alta —, si no me gusta mí nueva vida, o si hay algo tan malo que me romperá cuando lo recuerde, siento eso doctor, algo en esa casa me dice que fui feliz, y que si mí memoria regresa todo se derrumbara, es como si prefiera olvidar todo y empezar de nuevo —no me había dado cuenta que las lágrimas empezaron a salir, él me mira compasivo.
—Hagamos una cosa, empiece a preguntar algunas cosas, trate de controlarse y no alterarse con las respuestas, procese la información, medite con calma, sí se altera cien el hospital no dude en llamarme —busca en su saco y saca una tarjeta con su número de teléfono y me la entrega —. ¿Señora hidalgo? —levanto una ceja por cómo me llamó pero no replico —. ¿Vio las fotos de su boda luna de miel de su noviazgo?.