Recuerdas cuando éramos Niños?

CAPÍTULO: TE CONOCÍ PARTE 1

 

- ¡Atención pasajeros, en 5 minutos aterrizaremos! – se escuchó que dijo la voz del piloto del avión.

Fernando miraba por la ventana la ciudad que ahora sería su hogar. Observó el inmenso mar de aquella ciudad.

- Que hermoso – dijo mientras suspiraba. ¿Qué tipos de personas encontraré? De nuevo tendré que ir a otra escuela, sin conocer a nadie allí. Pero quizás así sea mejor, así no volveré a vincularme con nadie nunca más. Así ya no agregaré más dolor a mi corazón, con el que tengo creo que ya es suficiente.

- Recuerda la promesa que te has hecho Fernando – se dijo a sí mismo – recuerda, que no se te olvide.

El avión aterrizó. Fernando y su padre bajaron del avión. Un auto ya los esperaba para llevarlos a su nueva casa.

- ¿No te parece hermosa la ciudad, Fernando? – le dijo su padre.

Fernando, no respondió.

Por la ventana del auto podía observar la ciudad, tenía edificios muy hermosos, el centro de la ciudad, tenía un gran supermercado, pero lo que más le sorprendió ver fue, ese hermoso mar que tenía la ciudad.

- ¿No creen que es hermosa? – les dijo el conductor del auto.

Llegaron a la nueva casa, era muy grande, como las anteriores que había tenido Fernando, tenía un jardín grande, una piscina, la sala estaba adornada con pinturas modernas, y la decoración era reamente impresionante.

- Iré a mi habitación - dijo Nando terminando de cenar– estoy muy cansado,

- Mañana empiezan tus clases – aclaró su padre. Irás al mejor colegio que hay en la ciudad.

- Ok- dijo Nando y se marchó – igual no importa.

- Su padre lo observo molesto – iba a regañar a Fernando – pero él se fue rápidamente a su habitación.

Fernando desde la ventana de su habitación observaba la noche oscura. Pensaba en sus amigos, en su equipo de futbol, en Mati, en todo lo que había dejado.

Pensaba también en su madre, ¿Dónde estaría?

- La odio – gritó, en verdad la odio, si ella no se hubiera ido nada de esto me estaría pasando, mi padre no hubiera cambiado de esa forma. Todo sería como antes.

- Espero que donde sea que estés, nunca encuentres la felicidad. Me siento infeliz, si hay un Dios en el cielo que baje y que venga hasta aquí y que me explique porque hay corazones hechos para sufrir y uno me tocó a mí, ¿Por qué?

- Esta noche no pienso llorar – se dijo secándose las lágrimas – ya no más. No le daré el gusto a la vida.

Se puso su pijama y se acostó.

 

Al día siguiente

 

Una de las empleadas de su hogar subió a despertar a Fernando.

- Joven, su padre me pidió que lo levantará, debe ir al colegio, hoy empiezan sus clases.

Fernando se levantó, se sentó en la cama y observo a la señora, tenía aproximadamente 40 años, mediana, de contextura ancha, ojos marrones.

 - Me llamó Abigail – le dijo observándolo, tiene la mirada muy triste, ¿Qué le abra ocurrido? – se preguntaba en su mente.

- Gracias por despertarme Abigail - le dijo – poniéndose de pie. Ahora debo bañarme.

Abigail salió de la habitación muy pensativa.

Fernando se alisto, bajo a desayunar y un chofer de la casa lo llevó hacia el colegio.

En el colegio Fernando podía observar como los alumnos ingresaban.

- Bueno imagino que tendré que entrar – dijo y se bajó del auto.

Al entrar al colegio, recordó que Abigail le había dicho que tendría que ir a la dirección, ahí le indicarían cuál sería su salón.

Lamentablemente Fernando no sabía cuál era la dirección, no quería preguntar a nadie, pero viendo que no tenía opción le pregunto a una señora que encontró cerca de la puerta de entrada.

- Disculpe, mi nombre es Fernando, ¿Cree que pueda ayudarme? ¿sabe en qué dirección puedo encontrar la dirección?

- Si claro – respondió la mujer. Justo voy para allá, me olvide de dejar unos papeles de mi hija y su amiga. Vamos por ahí.

- Gracias señora.

Mientras caminaban por el colegio Fernando no decía nada, estaba perdido en sus pensamientos, recordaba el primer día de colegio el año pasado, en el cual también debió ir a la dirección, pero no a preguntar por su salón, si no a inscribirse al equipo de futbol con Iván.

- Muchacho, aquí es –le dijo la señora sujetándolo del brazo porque Fernando ya se estaba pasando.

Tocaron la puerta, la directora salió, la señora le dejo los documentos y se despidió.

 

- Buenos días directora, me dijeron que tenía que venir a verla para que me entregara mis horarios y me indicara donde queda mi salón.

- Tú debes ser Fernando Rossi – le dijo la directora mirándolo de pies a cabeza.

- Sí, soy yo – respondió él muy serio.

- Bueno pues, tu padre me llamo muy temprano para tenerme al tanto de tu situación.

- Toma estos son tus horarios -le dijo la directora entregándole una carpeta a Fernando, ah, y esta es la llave de tu casillero. Ahora debes ir a tu salón, la clase ya ha empezado hace como 15 min, ya que no conoces como llegar imagino que tendré que acompañarte.

- Bueno aquí es – dijo volteando a mirar a Fernando.

La puerta del salón estaba abierta, la miss Sofía estaba ya dictando su clase, ella era la profesora de Historia y tutora del salón.

- Disculpe profesora, lamento interrumpir su clase – dijo la directora, aquí le traigo un nuevo alumno, si llego tarde es porque aún es su primer día aquí y teníamos que hacer algunos trámites.

- No se preocupe – dijo la profesora - con una voz dulce. Puedes pasar hijo.

Fernando paso al salón, iba a ir a sentarse a una de las carpetas, pero la profesora lo detuvo.

- Por favor, ummm – dijo tratando de adivinar su nombre.

- Fernando - contesto él.

- Mucho gusto Fernando, mi nombre es Sofía, soy tu profesora de historia ¿Podrías por favor presentarte ante la clase? – le preguntó.




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