He venido a este lugar silencioso y sombrío,
solamente para visitarte a ti, desconocido.
No te alegres, que esto lo hago por mí,
con el amor de un familiar fingido.
Aunque de esto no te enteres,
alma atrapada en una memoria escombrada.
Aunque a tus ojos todo sea confuso,
a ti puedo revelarte mi nombre por mero impulso.
Como tres primeras amenazas al acecho,
de una vida cómoda y rica,
envidiando un brillante ceño,
donde mi identidad se ubica.
Me conmueve tu mirada y palabra abstracta,
donde solo un destello de comprensión relumbra,
pero mi misión no se retracta,
y en tu sombra mi razón vislumbra.
Al menos aquí no soy un monstruo,
solamente soy quien despide
y no quien redacta.