Recuerdos, sueños y Musik

La lluvia de un nueve de abril

Era un nueve de abril.

Sobre las puertas un letrero anunciaba "Tienda de regalos" con letras grandes y coloridas, que a Beto se le antojó en cierto modo molestas. Dio un vistazo rápido por los escaparates, pero los peluches y listones no le ayudaron de ninguna manera a entender porqué estaba allí. Llegó a la fastidiosa conclusión de que necesitaba entrar y hurgar por el lugar un minuto o dos para que la incómoda sensación que experimentaba desde el amanecer lo dejara en paz.

Un solo paso adentro, y el variopinto aroma a perfumes, flores y plásticos casi lo hacen darse la vuelta para salir corriendo de la gran tienda; pero una fuerza mayor que él retuvo sus pies en el lugar. La voz de su conciencia le dijo que tomara valor para la tarea que tenía ante sí.

«¿Cuál era ésta?», se preguntó a sí mismo.

La respuesta llegó de inmediato: un cumpleaños. Alguien especial para él; aunque no lograba recordar quién.

"El 9 de abril de 1813 es una fecha que jamás olvidarás, ¿verdad?"


Con aplastante resignación y las manos en los bolsillos comenzó a caminar por los pasillos llenos de souvenirs de todos tamaños. Una, dos, tres empleadas intentaron ofrecer su ayuda, pero desistieron asustadas cuando él las miró tan intensamente como a los niños del parque intentando tomar su panda.

«Tengo que hacer esto solo», se repetía así mismo, «tengo que escoger el regalo adecuado», y en su desvanecida memoria algo relampagueó, un retrato de volantes rosas y manitas regordetas.

"Fue niña, una saludable y fuerte niña."


Se detuvo frente a una hilera larga de animales de felpa: osos, jirafas, gatos... Peluches que a cualquiera le derretirían el corazón. Tomó un oso de color caramelo y gran nariz redonda, y lo miró a los ojos.

Hubiera sido el regalo perfecto si se tratara de una pequeñuela, de tal vez dos o tres años; pero dentro de él, una especie de presentimiento (o tal vez conocimiento oculto en el fondo de su mente) le decía que no era así.

Tenía que seguir buscando.

"Crece tan rápido y no te imaginarás a quién se parece..."


Tras unas vueltas más por la tienda, encontró lo que buscaba. Sus ojos se iluminaron mientras le daba vueltas entre sus manos, y casi suelta una risa de victoria.

Una caja musical, pequeña y primorosa, de diseño claramente artesanal.

¡El regalo perfecto para ella!

No sólo pagó por la caja; hizo que la envolvieran en papel rosa y un gran moño rojo.

Tiene mucho talento a su corta edad; te aseguro que puedes estar orgulloso de ella."


Afuera de la tienda, el cielo antes nublado dio paso a una ligera y cálida lluvia. Beto resguardó el regalo dentro de su chaqueta negra, y bajo la protección de un paraguas, caminó con paso firme de regreso a su hogar.

Nadie en la mansión se dio por enterado de aquel regalo, cuya tarjeta rezaba el nombre: ANÓNIMA .



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En el texto hay: humor, romance, musica clasica

Editado: 04.07.2018

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