Red

capítulo 7

7

Red p.v

Luego de despedirme de Gael, me dirigí a mi primera clase del día, Historia. Siempre me ha gustado esta materia, se me hace muy interesante, me gusta conocer los sucesos del pasado y lo que llevó a las personas a hacer ese algo que marcó la historia. Y no es por nada, pero el profesor es muy lindo.

—¡Mierda!, ¿podrías tener más cuidado?.– ¿qué mierda?. Miré a la persona con la que choqué... mierda, y más mierda, y mucha más mierda.—...Vaya, vaya... la verdad no creí que volvería a verte. Así que los rumores son ciertos, no te había visto desde hace mucho tiempo y ahora que lo hago podría reservarte otra cita en mi cama cuando quieras.– abrí la boca como para decir algo pero volví a cerrarla rápidamente.—¿Ahora también eres muda?.– quería decir algo pero las palabras simplemente no salían. Quería salir corriendo e ir a  encerrarme y llorar como si fuera una niña pequeña, que se esconde porque no quiere  que los monstruos le hagan daño. Pero era demasiado tarde, porque tenía a uno justo frente a mi.

"Nathan"

Miré a los lados, había algunas personas observando, expectantes por mi reacción. Tragué duro y di un largo suspiro antes de hablar.

—¿Te crees muy valiente, no es así?.– lo miré con desprecio mientras caminaba a su alrededor.—Mírate, no eres más que un simple hombre blanco privilegiado con aires de grandeza, que cree que insultando a una mujer... mejor dicho, que cree que insultando a los demás lo hace ver más hombre, más importante.

Él me miró divertido.—Estás loca... no es necesario que ahora digas estas cosas solo para quedar bien, creo que todos sabemos como eres.

Rodé los ojos fastidiada.—Claro que lo saben, ¿pero también saben de tu pequeño y disfuncional miembro?.– dije divertida, sé que para un hombre el que digan que tienen el miembro pequeño es un golpe bajo. Él me miró mal, muy mal, estaba rojo de la ira.

En un descuido me tomó del brazo y lo apretó muy fuerte.—Escúchame bien Red, no te conviene meterte conmigo, y lo sabes muy bien, así que no me provoques.– dijo entre dientes. Lo aparté bruscamente de mi.

—Escúchame tú a mi, Nathan. Ya superé esa etapa en la que lloraba porque alguien me insultó, y cualquier cosa que digas o hagas no será peor.– dije muy cerca de su rostro.—No te vuelvas a meter conmigo, porque cuando me lo propongo puedo ser un grano en el culo.– le di unos leves golpecitos en la mejilla antes de apartarme de él. Iba a marcharme a de ahí, pero rápidamente me di la vuelta.—Y escuchen todos, no voy a formar parte de su circo, así que será mejor que vayan buscando a alguien más para que forme parte de su narrativa, porque yo no estaré en él.

Rápidamente salí de ahí, sin mirar atrás. Al llegar al baño me metí en uno de los cubículos y como si estuviera reteniendolo por mucho tiempo solté las primeras lágrimas. Sé que dije que él ya no me afectaría, pero no es así, verlo provocó miles de emociones en mi y no en el buen sentido. Lloré demasiado, y no me importó si alguien pudiera escucharme. Solo tenía que dejarlo salir. Necesito estar libre, cortar todo desde la raíz. 

Al salir del cubículo me miré en el espejo y sonreí, lo hice, ¡lo hice!. Los últimos minutos estuve sonriendo y analizando la situación, ¡pude enfrentar a Nathan, y se sintió tan bien!. Me arreglé un poco y luego fui a recorrer las instalaciones. Al final terminé sentada en las graderías del campo de fútbol. No había nadie, lo cual era bueno para mi. No tenía mucho que hacer, y la única persona con la que he entablado una conversación desde que llegué está probablemente en clases.

Me quedé aquí pensando en todo lo que he tenido que pasar; sé que ya no debería traer esos recuerdos pero me es imposible ignorarlos. Justo cuando creo que los estoy olvidando llegan como si de una bala se tratara.

Andrew y Nathan...

Todavía siguen en mi como una mancha que nunca más podré borrar. Especialmente el último, quién fue el que más daño me hizo. Abusó de mi confianza y me hizo creer que le importaba, pero con lo de hoy, me di cuenta de que puedo hacerlo, y que no dejaré que él me vuelva a hacer sentir mal.

Andrew, no sabría cómo referirme a él. Fue el comienzo de todo, él me gustaba y yo a él, fue muy lindo al principio, como siempre había imaginado que sería. Pero me engañó, lo único que quería era acostarse conmigo, hasta que lo consiguió. Así es, perdí mi virginidad con él cuando tenía 16 años, unos meses antes de conocer a Nathan. Estaba enamorada, y cuando te sucede haces muchas cosas tontas. Creí que me quería, pero solo quería lo que podía conseguir de mi.

Yo... supongo que se llevó lo mejor de mi.

¡Yo te amaba!.- grité furiosa.—¡Te di todo de mi, lo di todo!.– las lágrimas no se detenían y mi rostro era una cascada de lágrimas, sentía la garganta irritada de tanto gritar.–¿Por qué yo?.

—Yo... nunca quise llegar a este punto, pero ellos, ellos me presionaban.

—Deja de buscar una excusa, si realmente te importara no me hubieras lastimado.– ya no podía más...—Todo este tiempo he sido parte de una estupida apuesta.

—Sé que hice las cosas mal desde un principio, pero enserio me gustas.

—Escuchame bien, Andrew.– mi voz salió más firme de lo que esperaba.—No puedes jugar conmigo y luego actuar como si nada hubiera pasado.

Él no dijo nada así que continué.—No quiero volver a verte, ni a ti, ni a tus estupidos amigos.

—No sabes lo que dices. Te hice un favor, nadie hubiera salido contigo, mírate, no tienes nada impresionante.– hablaba de una manera tan fría y rencorosa.

Las lágrimas no se detenían.—No permitiré que intentes hacerme sentir inferior. Cuando la única basura aquí eres tú.

Él sonrió cínicamente, y en ese momento lo supe...—No voy a rogarte si eso es lo que piensas. Hay tantas mujeres que quisieran estar conmigo y yo aquí pidiendo perdón por algo que realmente no siento.



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En el texto hay: traicion, amor, errores

Editado: 24.01.2021

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