Red de amor

Capítulo 30

Luego de haber terminado con mis maletas, decido cenar algo antes de ir a dormir, no me apetece algo elaborado así que prefiero picar fruta para poder comerla con miel; mi ansiedad y mi nerviosismo es muy notoria, no puedo pensar en algo más que no sea ese estúpido viaje, todo sería muy diferente si estuviéramos en buenos tratos, pero imposible que eso llegue a suceder.

Gracias a mis atormentados pensamientos logró cortarme el dedo índice.

— Mierda — susurro, veo como este se empieza a llenar de sangre, reviso muy bien si esta no ha sido muy profunda la cortada y para mí mala suerte lo es.

La sangre no termina de salir, al menos no me quite el pedazo de dedo, camino hacia el baño y con ayuda de mi otra mano tomo el botiquín que se encuentra en el mueble de arriba, rápidamente tomó la saga, algodón y un poco de alcohol para limpiar la herida, luego de haberlo hecho y a ver envuelto mi dedo con la saga, camino directo hacia la cocina para ahora sí poder merendar.

Por la herida de mi dedo sé que tendré que estar cambiando la saga hasta que este se termine de manchar.

******

Él vuelo sale hasta las doce del mediodía, aún son las nueve de la mañana así que no tengo por qué preguntarme ahora, la única vez que tuve con tacto con Thiago fue el día que me mando mi boleto, diciéndome que estaremos a las once en el aeropuerto, muy raro de el, pero lo único que le conteste fue, "muchas gracia y está bien"

— ¿no estás nerviosa? — la miro, está sentada en el otro lado del sofá, viéndome con una ceja elevada.

— un poco — musitó, Lizzy se enteró días atrás después que ocurriera su reconciliación con Joseph, él ya lo sabía gracias a Thiago y es por allí que se enteró.

— Joseph dice que Thiago está muy ansioso, debido a la gran presión que tiene por parte de su padre — menciona, la miro sin tener ni una idea de lo que está diciendo. — ¿cuándo van acabar con su estúpido problema?

— ¿qué problema?, no hay ninguno, simplemente no nos llevamos bien y me canse de las peleas. — veo como ella rueda sus ojos.

— Si claro Rebeca — es mi turno de poner los ojos en blanco, no pienso discutir con una embarazada que tiene problemas de temperamentos.

— mejor dime, ¿cómo has estado luego que sabes que ya no eres solo tú? — pregunto con una sonrisa, la morena se une a mi gesto.

— tengo tanta hambre, he estado gritándole a Joseph cada que lo veo. — sonríe de oreja a oreja. — pero sé que él tiene que aguantarme. — bromea.

— ¿no han pensado mudarse junto aún? — al parecer esa pregunta no le ha tomado por sorpresa.

— No hemos hablado de eso, creo que lo ideal sería..., que nos casáramos — agrando mis ojos gracias a la sorpresa al escuchar eso, ¿casarse?, no suena mal, es decir Lizzy tiene la suficiente edad no veo lo malo, ¿pero estará de acuerdo el novio?

— ¿qué piensa Joseph sobre eso? — suspira cabizbaja y eso me da a entender una sola cosa, que no tiene ni idea de lo que está pasando por la cabeza de Lizzy — escucha... — me acerco a ella. — debes hablarlo con él, creo que lo mejor es que estén juntos sea como sea, no fuerces las cosas Lizzy. — musitó.

— Sabes que no soy yo la que piensa eso, es mi madre — declara. — sabes lo especial que es en ese aspecto.

— es tu vida, nadie tiene derecho a meterse en tu vida — aclaró, la miro a los ojos y veo en el gran problema que está, sé que la madre de Lizzy es muy especial aún vive en la época medieval, ella aún tiene esa idea de casarse antes de tener sexo, Lizzy se adelantó mucho, pero así es, un bebe no pide permiso para venir al mundo. — tu bebe es una bendición Lizzy, créeme estoy tan emocionada de convertirme en tía — sonrío, ella me abraza y copio su acción.

— He estado muy sentimental — musita y sonrío. — ¿le has avisado a tu madre y a tu tía que te irás de viaje? — asiento a su pregunta.

— Sabes perfectamente cuáles fueron su reacción — digo con cierto atisbo de fastidio.

— dime ahora, ¿no crees que tiene razón? — eleva una ceja junto con una mueca de picardía, niego con una sonrisa.

— Jamás tienen razón, yo iré a trabajar Lizzy no aún viaje para encontrar el amor — anunció.

— ¿cuantas malditas veces tengo que repetirte que con esa actitud jamás conseguirás a alguien?, ni para una noche

— No me importa eso — musitó, me pongo de pie para poder ir por un vaso de agua a la cocina.

— ¿si llevas lencería por lo menos? — dice, la miro con el ceño fruncido.

— ¿porque llevaría algo así? — pregunto con incredulidad.

— ¡cómo que porque beca!, ¡estarás entre ingleses! — exclama. — si no quieres nada con nadie, por lo menos ve a divertirte, eso me da a entender que no llevar lencería.



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En el texto hay: novela romántica, amistad, novelacontemporanea

Editado: 12.09.2020

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