Red de amor

Capítulo 59

A la mañana siguiente trate de levantarme temprano, acabo de terminar de hablar con Brett, sobre las cosas que tenemos que ir a dejar a la organizadora, aún falta trabajo que planear así que eso es lo que adelantaremos hoy, falta poco para que venga a traerme e irnos juntos, Thiago sigue durmiendo así que le deje una pequeña nota y un beso en su mejilla antes de salir de la habitación, me encuentro a Amy en la sala de estar sacudiendo el polvo de los muebles. 

 

— Buenos días, señora Armitt — saluda con amabilidad. 

 

— buenos días Amy, saldré unos minutos, Thiago ya sabe en dónde estoy — le sonrió, en ese momento escucho el timbre resonar en la casa, me acercó para poder tirar de la perrilla y me encuentro con Brett. 

 

— ¿cómo estas, cariño? — pregunta acerca besando mi mejilla. 

 

— no mejor que tú, es un hecho — logró bromear, él sonríe asegurando mis palabras, lo dejo entrar para que empecemos a sacar las cajas, como era de esperarse, él fue el que acarreó las cajas hasta su auto, luego de unos minutos estaban en la cague la de su bello auto, en cuanto todo estaba listo, entramos al auto y él puso en marcha el auto, normalmente la organizadora duele estar abierto el fin de semana pero en realidad es muy escasa la actividad, siempre cerramos al medio día por lo mismo, luego de veinte minutos de camino llegamos hasta el lugar, el método fue el mismo, al entrar la última caja llegamos hasta el salón de creatividad para empezar a trabajar un poco, luego de unos minutos escuchamos la pequeñas campañas de la puerta hacer ruido, eso quería decir que alguien estaba aquí, nos miramos extrañados y nos levantamos rápidamente para poder ayudar al cliente. Pero mi sorpresa fue tal en el momento en que veo a William con un arma apuntando en dirección mía, un gran escalofrío recorre mi cuerpo, el frío invade todo mi cuerpo en cuanto lo observó a los ojos, su mirada es fría y calculadora. 

 

La mirada de Brett es de un terror profundo, él tiene levantadas sus manos y puedo notar como tiemblan con ansiedad. 

 

— ¿cómo estás, nena? — cuestiona, mi respiración es entre cortada y rápida, es difícil poder mantener mi respiración tranquila, ¿me va a matar? 

 

— ¿qué haces aquí? — pregunto con mi voz un poco quebrada. 

 

— Vengo a cobrarme lo que te advertí unos meses atrás — su voz es severa, áspera y muy fría. — Fuera — sentencia observando a Brett, me sorprendo al escuchar sus palabras. — ¡DIJE FUERAN MALDICION! — exclama exasperado, Brett sin dudarlo sale literalmente corriendo del lugar dejándome completamente sola con William, su mirada de malicia vuelve a enfocarse en mi, tragó saliva con fuerza. 

 

— ¿vas a matarme? — me atrevo a preguntar, el suelta una risa socarrona llena de ironía. 

 

— Ganas no me faltan, pero tengo un mejor plan — sonríe de lado. — camina. — ordena con firmeza, sin pensarlo obedezco y lo sigo hasta donde me diga, el entra a un auto color rojo, sin dejar de apuntarme con el arma. En cuanto entro al auto observó que no está solo, ¡no puedo creerlo!, la sangre se me enfría en el momento en que la observó en la parte de atrás. 

 

— Saluda a mi prima — dice entrando por completo al auto. — es demás que las presente, ¿no es así Lourde? — musita, ella me observa con una sonrisa un poco ¿débil?, no estoy segura si este aquí en contra de su voluntad pero estoy segura que esto no es de su agrado. 

 

¿Cómo es posible que estos dos sean familia?, no puedo creer lo que mi cabeza está procesando, aún no puedo creerlo, es ahora donde entiendo porque le coqueteaba a Thiago o por qué su insistencia en quedarse, desde allí estaban afectándome, todo estaba calculando entre esos dos dementes, el propósito fue separarme de Thiago, estoy feliz de que no les haya funcionado su plan, es por eso que quiere matarme. 

 

Lo único que pido es que en estos momentos Thiago sepa todo, sé que Brett no se quedara callado, mucho menos en esto, espero que puedan encontrarme porque sé que estamos yendo a un lugar del cual no tengo idea, sé que poco a poco nos alejamos de la ciudad, no quiero morir, quiero que mi hijo nazca, este bien por lo menos que el viva, estoy siendo secuestrada por un dementé que está invadido por el rencor y el odio. No estoy segura cuanto tiempo pasó, pero estamos en una especie bodega abandonada, rodeada de una hectárea de árboles, ¿dónde mierda estoy?

 

— Sal del auto — vuelve a ordenarme aún con el arma en mi dirección, salgo del auto homo me lo ordena y esta vez sale Lourde cabizbaja, por una extraña razón siento que ella está aquí contra su voluntad y que es no era su plan. — ¡Bienvenida a tu nuevo hogar! — arrugo mi frente y lo observó detenidamente, él se acerca lo suficiente para que el objeto frío choque con mi frente. — aquí te vas a morir, pero me muero por acerté sufrir poco a poco, tal como yo lo hice en prisión — escupe con odio.  

 

— ¡Estás enfermo, me das asco! — bramó con fuerza, fue una pésima idea, su puño logra chocar con mi rostro ocasionado que caiga al suelo, trato de amortiguar la caída con mis manos con la intención de que mi hijo no sufra un golpe, un grito por parte de Lourde de logra escuchar en el ambiente, siento mi rostro arder con tanta intensidad en el área afectada. — ¡Me va importar una mierda que estés embaraza! — farfulle acercándose lo suficiente, lo observó con odio y asco, sin pensarlo dos veces logró escupirle en la cara, el rápidamente reacciona y no de la mejor manera, aprovecho mi posición y logró golpearme nuevamente en mi rostro esta vez no se limitó en pensar dos veces en usar los pies, logró patearme en la espalda, cubro lo mejor que puedo mi barriga con mis manos, funciona lo suficiente como para que las patadas lleguen a mis brazos y parte de mis piernas y espalda.  



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En el texto hay: novela romántica, amistad, novelacontemporanea

Editado: 12.09.2020

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