Pero amarlo era rojo
—Aún quiero que me expliques por qué esos apodos extraños entre tú y Eliam…
Aún era mi cumpleaños y estaba atardeciendo, esa brillante luz naranja con tenues rayos amarillos estaba empezando a cubrir por completo el cielo, en el lugar donde estábamos se podía apreciar a la perfección la vista pues Emily consiguió repentinamente unas entradas para un concierto de una cantante pop famosa, que de hecho era mi favorita y estábamos en la fila para entrar.
—Y yo aún quiero saber como conseguiste entradas si estaban agotadas…
La miré con recelo, Emily actuaba extraño desde la salida de la escuela, pero no sabía por qué.
—Las compré con anticipación, sé que es tu favorita —respondió inmediato.
—Mientes —acusé cruzándome de brazos.
—Claro que no —negó ofendida—, es en serio.
—Ems…no eres buena mintiendo —susurré—, sobre todo cuando tu actitud nerviosa y gestos te delatan.
Cuando Emily se ponía nerviosa su postura se volvía más recta de lo normal, miraba a todos lados de reojo y si hablaba lo hacía rápido, aunque para disimularlo bajaba la vista y jugaba con alguna pulsera que llevara o sino solo con sus uñas.
—Pff —levantó su mano y la pasó por su cara para luego regresarla a su costado—, ¿Cuáles gestos? Las frambuesas afectaron tu sistema.
—Bien, entonces…¿Por qué compraste entradas si no escuchas a Taylor?
— ¿Quién dijo que no?
Su mecanismo de defensa estaba activado, cualquier cosa que dijera que ella no hacía Emily diría que lo ha hecho toda su vida, y aunque suene mal…puedo romperlo fácilmente.
— ¿Ah si? No sabía, lo siento —fingí dejar el asunto y creerle—. ¿Cuáles son tus tres álbumes favoritos?
Se aclaró la garganta y empezó a mirar hacia los lados, seguro esperando una señal divina.
—No me decido…¿y los tuyos? —Me miró ansiosa.
—Creo que…Rojo, Audacia, 1898 y…Aroma —dudé al pensar un nombre para el supuesto álbum.
—Ya…si, rojo y aroma podría decir que son especiales para mi —afirmó sin dudar.
Me reí un poco al hacerla perder en su propio engaño.
—Ems ¿Por qué no me dices de donde los sacaste? Tú no oyes a Taylor, las entradas se agotaron hace casi tres semanas… —arqueé mi ceja cuando ella quiso objetar— Taylor no tiene un álbum llamado Aroma.
—Ah…carajo —suspiró—. Está bien, no las compré yo…me las dieron ya pagadas hoy.
— ¿En la escuela? —Me vio confundida— Empezaste a actuar extraño desde que salimos.
—Eres muy observadora ¿te lo han dicho?
Me sonreí y callé esperando que dijera más.
—No puedo decirte quien me las dio…me hizo prometerlo.
Entreabrí mis labios sorprendida, no podía imaginar quien se lo había pedido, pero sobre todo por qué.
— ¿Alguna pista? Si adivino no romperás tu promesa —encogí mis hombros entusiasmada.
Emily se negó a decirme durante el resto de espera en la cola, cuando entramos buscamos nuestra sección asignada, para nuestra sorpresa era una sección realmente buena y seguramente costosa porque estaba en segunda fila hacia el escenario enorme donde ya estaban los instrumentos y el micrófono puesto.
— ¿Qué álbum presentará? —Me preguntó cerca del oído para oírla mejor.
—Rojo.
La cantante subió y todos los fans comenzaron a gritar como locos. Tras un rato oyendo el concierto y con las estrellas sobre nosotros hubo un momento de silencio, tenue, pero hubo.
—No entiendo porque Eliam no quiso venir —susurró Emily perdida en su mente.
Creyó que no la oí, pero, todo lo contrario.
— ¿Eliam? —Alcé la voz— ¿Él te dio los boletos?
— ¿ah? ¡No! ¿Cuándo dije Eliam? —Me miró sorprendida— Oíste mal seguro.
—No, dijiste Eliam… que no entiendes porque no quiso venir —repetí irritada—, Emily ¿él te las dio? ¿por qué hizo eso?
No estaba entendiendo nada y no entender las cosas me ponían de mal humor.
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Editado: 08.05.2022