Grita
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Carter
Desde que llegamos a la casa los padres de Angelic no se sintieron para nada cómodos. Winter se paseaba por la sala canturreando canciones mientras su hermana habla con sus padres y amigos. Pero los señores Miller interfieren a cada rato para ver cómo están las cosas sé que en cualquier momento Angelic va a explotar contra los papas de Winter y todo esto se tornara muy feo.
– me volví vegetaría a mi tercer año en la academia comía tan poca carne como cuando vivía en casa con ustedes mama apenas si comía una vez por semana mi organismo no me lo pedía tanto ahora…. – Angelic cerró los ojos para no ver como su padre Steven volvía a entrar en la sala por décima quinta vez interrumpiendo su relato para preguntar si necesitaban algo. – Steven no necesitamos nada gracias si necesitamos algo tenemos a Jerry el mayordomo al cual le pagas para que nos atienda deja de molestar – estallo mi novia ya irritada por tal descortesía por parte de su padre biológico. La respiración de Angelic comenzó a acelerarse y se notaba que comenzaba a dificultarle el respirar con normalidad rápidamente tome su rostro en mis manos para que ella me mirara a los ojos y comencé a decirle con palabras tranquilas que se relajara. Comenzamos a respirar hondo luego a soltarlo lento hasta que Angelic recupero su ritmo de respiración normal y me abrazo.
Con su cabeza escondida en mi pecho comenzó a llorar aferrando sus brazos a mi cintura intentado esconderse en mi pecho. Solo había visto tres veces a Angelic sufrir un ataque de ansiedad contando esta vez serian cuatro.
– Carter sácame de aquí necesito despejar mi mente – rogó mi ángel en mi pecho, acariciando su cabeza asentí.
– Angelic necesita tomar un poco de aire si me disculpan la voy a acompañar – solté el agarre que tenía sobre ella y la separé un poco de mi para salir de la sala. Los sollozos apenas perceptibles hacían que me hierva la sangre sus padres se comportan como si fueran niños. Pase mi brazo por sus hombros acercándola a mí para darle seguridad, me abrazo rodeando mi cintura con sus brazos. Quiero que ella sepa que me tiene alado cuando me necesita como siempre lo estuve.
Nos encamine al patio del fondo de la mansión ahí es el único lugar en donde Angelic se siente feliz de estar sin temor a romper algo que cueste miles de dólares. Caminamos atreves del sendero de flores que llegaban hasta lo que es una caseta grande cubierta con un techo de madera y donde en cada columna subía una enredadera de flores silvestres que desprenden un aroma dulce.
– se comportan como si esto fuera un campo de guerra y yo quedo metida en el medio – se sentó en la banca colgante que se encontraba en la caseta.
– deberías tomarlo con más calma y ellos deben superar sus problemas sin afectarte a ti ángel – me senté a su lado tomando su mano que ella no dudo en entrelazar con la mía.
– ¿Cómo puedo tomarlo con calma? cuando ellos no dejan de mostrarse las garras los unos a los otros darling – apoyo su cabeza en mi hombro respirando hondo.
– recuerdo que cuando mis padres me dijeron que debíamos mudarnos de Chicago por que Brook se comió a la niñera quería estallar romper todo y, ¿por qué no? comer algún que otro humano – agache mi cabeza recordando esos días infernales donde mis padres me forzaron a irme del sitio que había considerado mi hogar desde que tenía memoria. – mi padre se sentó conmigo un día y me dijo grita. En un principio lo mire enojado porque no entendía que venía gritar con que yo haya destrozado el auto más nuevo de mama. Pero al ver que en su rostro no había ni una pisca de duda comencé a gritar. Lo hice hasta que a voz no fue suficiente y las palabras comenzaron a brotar solas por mi garganta – Angelic se apartó de mi para verme a los ojos – ahora te digo a ti que grites – ella con algo de duda se puso de pie mirando hacia los grandes jardines de su casa. Y grito. Estuvo así gritando hasta que su voz se quebró y comenzó a gritar todo lo que le molestaba. Cuando acabo cayo de rodillas al suelo mirando las flores que se hallaban muertas en el suelo, marchitas por el paso del tiempo.
– gracias darling – me senté a su lado rodeándola con mis brazos de forma protectora
– no agradezcas sabes que siempre estaré aquí para ti te amo mi ángel – bese su frente sintiendo el aroma a rosas de su perfume. Siendo mis fosas nasales embriagadas en su esencia cerré mis ojos dejándome llevar a un futuro donde veo a Angelic como la madre de mis hijos. Por mucho tiempo estuve buscando las palabras para hacer esta declaración, pero ninguna parecía ser suficiente como para describir una pisca de lo que se siente estar con mi ángel. Desde ese primer día que la vi en su taquilla su aroma su esencia me llamaba quería comerla devorarla en cuanto ella estuviera sola. Pero cuando la vi, cuando su mirada angelical choco con la mía sus ojos ellos denotaban vitalidad. Unos brillos especiales brotaban de ellos y cuando me sonrió toda mala intención que estaba albergando mi macabra mente se esfumo en los aires. Ganas de probar su carne me tentaban sin piedad día y noche, eran mis instintos los cuales luchaba por controlar. No es que quiera hacerme el Edward Cullen, porque de vampiro con complejo de piel de diamante no tengo nada. Angelic es un ser especial su carne huele deliciosa y muchos han querido comerla, pero siempre estuve ahí para protegerla y lo seguiré estando el resto de su vida que para mí resultaba tan efímera como el primer rayo de alaba. Si tan solo pudiera convertirla en una Valiu, pero jamás se ha hecho eso antes con una Red Hood.
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Editado: 23.08.2019