Si darling
Angelic
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Toque la puerta de la habitación de Winter esperando que me dejara entrar. Luego de lo que me dijo mama pensé en Win si yo me iba de la casa ella tenía que saber que no era por ella sino porque yo no me sentía en casa en esta enorme mansión.
– pase – la voz adormilada de mi hermana sonó tras la blanca puerta de madera. Gire la perilla donde colgaba una cuerda con pompones de colores, fue un regalo que le envió Brooklyn porque paso de año en la escuela. Un chirrido horrendo hace la puerta al ser abierta por mi entro en la habitación blanca con pintadas rojas de lobos y cazadoras persiguiéndolos.
Winter desde que es pequeña sueña con ser una Red Hood algo que para mí es espantoso para ella es un sueño fue criada en este ambiente yo entre lobos que no sabía que lo eran, pero cuando lo supe llego todo esto de las cazadoras. Busqué a mi hermana con la mirada y la encontré sentada cruzada de piernas en su cama mirando algo en su techo. Mire la misma dirección encontrando barias muñequitas colgadas con capas rojas y diminutos arcos con flechas. Eso debió ser obra de Maggie otra que sueña con que su hija sea una gran Red Hood como ella. Del cabezal de la cama de mi hermana colgaba un arco que reconocí como el regalo de navidad que le dio su mama, un arco que venía pasándose desde su bisabuela.
– Win yo….
– se por qué te quieres ir hable con Brook esta mañana y entiendo tus razones, papa es un pesado – me reí ante las palabras de mi hermana cuando sea una adolescente mi padre tendrá fuertes dolores de cabeza con esta niña.
– entiendes que no voy abandonarte, sino que me iré porque quiero mi propio espacio – me acerque a ella sentándome en su enorme cama, debo añadir es muy cómoda.
– si lo entiendo, pero ¿prometes que vendas a visitarme? – se acercó a mí con una sonrisa pícara.
– lo prometo – acomode su cabello alborotado con mis manos
– palabra de cazadora – mi hermana me extendió su dedo meñique tal cual hacen las cazadoras cuando hacen una promesa que no pueden romper. Entrelace mi dedo meñique con el suyo aferrando mi agarre con el de ella.
– palabra de cazadora – la abrace acercándola a mi sintiendo su aroma a coco, cuando fue que dejo de ser aquella niña adorable. Nos separamos y ella me invito a tumbarme a su lado viendo el techo de su habitación donde colgaban esas mini cazadoras. Como teniendo tantas cosas en común discrepábamos con respecto a ser cazadoras, tal vez sea el hecho de que pertenezco a un clan lobuno lo que me hacía defender lo que por mi sangre pedía muerte. Poco a poco mis parpados se fueron cerrando y la tenue luz de la habitación se apagó.
– buen día hija – creo que aún sigo dormida por que escucho la voz de mi mama las persianas de la habitación son abiertas, pero cuando la luz ilumina el lugar no es el cuarto de Winter. No estaban las paredes blancas con pintadas rojas de cazadoras, sino que habían sido pintadas de azul. A mi costado no estaba Win sino un perro era un pastor alemán y no mi hermana como la había dejado cuando me dormí. La cama es enorme con sábanas blancas y rayas azules.
– ¿mama dónde estamos? – me incorpore en la cama de golpe mis cabellos golpearon mi cara. Tenía de nuevo el cabello largo con algunas hondas
– en casa querida ahora levántate que hoy será un día agitado el almuerzo de compromiso solo se da una vez – salió de la habitación haciendo ademanes con las manos.
– Carter – me levante de la cama y el enorme perro ladro causándome un susto. El camino hacia mi moviendo la cola y lamio mi mano, me agache para ver su collar Thor así se llama el enorme canino.
Camine explorando la habitación y muchas las cosas eran mías o eran un tanto diferentes y cuando mire la cabecera de mi cama había un arco colgado. No era el mismo arco que le regalaron a Win este era mucho más viejo.
Gire de nuevo en dirección a la puerta, pero antes de salir algo llamo mi atención. Un cuadro lo tomé y vi que en el estábamos mi mama yo y un hombre que conocía a la perfección Steven, ni Demian ni mi papa. Al salir de la habitación el corredor no es el mismo que el de mi casa, en la puerta de mi habitación estaba inscrito Sofía con letras azules. ¿Qué está pasando?
Mi madre me dio el desayuno espero a que me cambiara y me llevo a un tour por una ciudad que no conocía. Pero ella se empeñaba en decirme que siempre vivimos aquí. Cuando llego la hora del almuerzo mama me llevo a casa para que comiéramos algo y me alistara. Me hizo ponerme un vestido blanco corto y peino mi cabello tirándolo hacia un lado. Las plataformas blancas con tachas fueron lo único que realmente me gusto de cómo iba vestida. Lo que deseaba con todas mis fuerzas es que mi prometido sea Carter.
Mi suerte pareció quedarse durmiendo en mi verdadera casa en Portland. El joven con el cual estoy comprometida es nada más ni nada menos que Demian. O al menos es al joven que reconozco en la foto que mi mama me mostró en la entrada.
Estábamos los dos juntos abrazados mirando muy sonrientes a la cámara. Justo bajo la foto en el marco tenia inscrito unas palabras prometo amarte el resto de nuestras vidas mi ángel. Mi mundo se vino a pique cuando mi mama me arrastro al patio diciéndome que entre en el laberinto que ya es bastante tarde para la cena. Caminé por el laberinto viendo en todas las direcciones y perdí de vista a mi mama. Camine y camine hasta que llegue a lo que es el medio del laberinto con un traje blanco estaba Demian mirándome con una sonrisa más grande que su rostro.
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Editado: 23.08.2019