El pésimo clima de aquel lunes festivo, hizo que me asomara a mi balcón. Estaba empapado en sudor y su animo a esa hora del día estaba por el suelo. Hoy como los días anteriores a este, quiso ejecutar de nuevo su plan, había un ligero cambio con respecto al anterior, aunque estaba seguro que esta vez sí funcionaría.
Cada vez que intenta concentrarme en uno mejor, alguien tocaba a mi puerta, no sabía a ciencia cierta porqué lo hacían si desde un principio, hacían lo que quisieran, con un chasquido en mis dientes y con la sospecha de ser descubierto antes. Quité la silla, la cómoda y todo lo que pudiera hacer con tal de llevar a cabo mi nuevo intento de escape.
Él por su parte, al cruzar de inmediato esa puerta y ver el desorden tan evidente se acercó sigilosamente sin darme siquiera tiempo para dar un paso atrás. Tomó mi mano, apretándola con fuerza. Grité de dolor, y a pesar de todo eso, me arrastró salvajemente tirándome a la cama.
Mi rostro se mantuvo inexpresivo, no quise darle la oportunidad a ese hombre de verme derrotado. Ya lo había hecho antes y esta no sería la última vez que intentara escapar de este maldito lugar y de esta abominable familia.
Había medicinas en su palma derecha, al verlas, Ian supo el propósito de su visita, su heat cycle pronto comenzaría. Temblaba de solo mirarlos a la distancia, tanto para querer dar una nueva pelea y no dejarse influenciar por el poder que esas pastillas ocasionan en su ya deteriorado cuerpo de Omega. Ese mismo que ocasionó su encierro en lo más alto de la torre y que además su padre, Adam Wilson Real Alpha lo despreciara hasta el punto de torturar a la muerte a su propio hijo.
Berth, quien fue su confidente, cambió rápidamente de bando al conocer los resultados de prueba de género. Ahora frente a él, se convirtió en su peor tormento, y en la más dolorosa traición, pues creyó que estabas destinados y haría su sueño realidad una vez que terminarán sus estudios universitarios.
La vida de Ian se derrumbó una vez que llegó a oídos de su padre, aquel inesperado resultado. Aquella vida de privilegios que conoció desde su nacimiento como un Wilson, se fue derrumbando como espuma en cuestión de segundos, no le dio tiempo tan siquiera de despedirse de su madre Claire quien, a pesar del dolor que le causaba ver a su hijo ser maltratado de esa forma, bajó su mirada y si mantuvo en silencio de principio a fin.
Tal fría actitud fue contundente en Ian, necesitaba escapar como fuera si quiera seguir con vida.
Ian levantó sus ojos, pero Berth quien sostenía la enorme cantidad de pastillas en su mano al ver la resistencia, llamó por más ayuda. Los tres hombres fuertes Alfas o Beta, se apresuraron en llegar.
Su cuerpo dejó de resistirse automaticamente ante la cantidad de femononas en el ambiente, sumado a los inhibidores que sobrepasan el promedio, éstos a diferencia de los otros y por culpa de una particularidad en su cuerpo, además de ser un omega, era uno real. La desgracia en su vida se sumaba sin dar descanso alguno, no daba tregua como a veces entre lágrimas y una voz entre cortada le llamada.
Sufría en solitario en cada uno de sus episodios de celo. Su madre como castigo a esta vil pesadilla, ataba las extremidades de su cuerpo y lo obligaba a tomar una poderosa droga de la cual siquiera podía preguntar su origen. Llegó incluso a pensar en que había sido fabricada especialmente para acabar lentamente con su vida y sin dejar rastro alguno de sus compontes. Escuchaba agonizante las mil y una historia que entre risas se contaban los guardias mientras veían su cuerpo desnudo y lleno de hematomas por toda su piel. Su miembro temblaba, su parte trasera estaba completamente lubricada, deseaba ser penetrado a como dé lugar, sin embargo, a pesar del gran deseo que lo abrazaba a gritos con lujuria, no podía dejar que esos hombres lo violaran. No ellos.