Redención

Capítulo 17

¿AMIGOS?
 


Summer no tuvo una gran noche y todo era culpa de Mason.

Sabía que él no iba a delatarla y que creyó su mentira, pero aún así tantos recuerdos estaban llenando su mente durante la noche que le fue imposible conseguir dormir con rapidez.

Sus hijos estaban bien cuando llegó a casa y la agente Raina solo le dio una mirada un poco extraña antes de irse y dejarlos, ella les agradeció que cuidaran de sus hijos mientras trabaja.

No quiso comer nada pues aún sentía el estómago revuelto, pero después de dar vueltas en la cama decidió salir de esta y calentar un poco de comida.

Y de algún modo termino frente a un lienzo, sosteniendo un pincel.

No podría creer que hubiera sido tan tonta para no darse cuenta que el cuadro que envió al señor Poeck por cortesía la metería en este problema.

Ese cuadro lo pintó semanas atrás, sin darse cuenta y decidió dárselo a él por qué era una vista preciosa de un bosque.

Un puto bosque que la delató, no podía creer que por algo tan simple Mason la reconociera, el tipo solo estaba esperando que ella cometiera un error para encararla y ahora él sabia quien era realmente.

Y ahora solo podía esperar que no la delatara.

Dejo el cuadro sin terminar pues debía dormir un poco, se metió a la cama y era ya tarde pero esta vez logró dormirse con rapidez.

Su día comenzó como cualquier otro, sus hijos haciéndola correr para estar listos, Carmen llegando por ellos y luego su viaje hasta su trabajo.

Carmen le estaba contando sobre su hijo quien parecía estaba saliendo con alguien lo cual tenia a su amiga emocionada y un poco inquieta, quería conocer a esa persona, pero no quería presionar a su hijo, al parecer era algo reciente.

Summer le deseo suerte con eso y se despidió para subir a su oficina.

Tenía trabajo que realizar así que no perdió el tiempo y comenzó a hacerlo.

Llevaba ya un tiempo en ello cuando su teléfono comenzó a sonar, no conocía el número y dudo en contestar.

Aún la ponía nerviosa las llamadas de números extraños, además después de lo de ayer ella debía ser muy cuidadosa.

Tomó el teléfono y suspiró antes de contestar.

―Hola. ―trató de que su voz sonara un poco más ronca.

―Ailen. ―saludaron alegremente al otro lado de la línea y ella soltó un suspiro al reconocer la voz.

―¿Qué mierdas quieres? ―gruñó.

―Vaya que bonita forma de saludar a un amigo.

Ella apretó los dientes.

―Mira, qué ayer tuviéramos una platica sobre cosas en común, no significa para nada que seas mi amigo.

―¿A no?

―No. ―sentenció. ―Además como rayos conseguiste mi número.

―Se lo he pedido a una amiga tuya. ―Summer alzo la vista para ver a Laura que estaba a unos cubículos de ella trabajando y cuando vio a Summer sonrió.

―Juro que asesinar a Laura por esto.

―No ha sido ella. ―Mason podía escuchar estaba sonriendo. ―Aun que me cae muy bien y tomamos un café una o dos veces, no ha sido ella. ―Summer guardo silencio. ―Se lo he pedido a Carmen, le he dicho que después de ver la pintura que hiciste para el señor Poeck quiero una.

―No lo puedo creer.

―Se ha negado al principio, imagino que es muy leal a Poeck, pero al final me lo ha dado y todo esto me dejo con la excusa perfecta para pedirte que vengas a verme.

―¿Qué parte de no somos amigos no has entendido?

―Ailen, vamos. ―Bueno al menos él la llamaba por ese nombre y no por el real. ―Solo quiero mostrarte algo.

―No estoy interesada. ―estaba por colgar, pero Mason habló.

―Por favor, solo quiero que vengas y veas lo que tengo para mostrarte. ―lo escucho soltar el aire. ―No te molestaré más después de eso lo prometo.

Summer miro a la ventana y suspiro.

―Bien. ―acepto.

―Gracias, te estaré esperando.

Ella se despidió de él y colgó la llamada, esto sabía que era muy mala idea, ella había prometido no ir a esa oficina para evitar ver al señor Poeck y sobre todo no ver a Mason, no quería más problema y sobre todo no quería que ellos tuvieran otra pelea.

Cerro los ojos y trató de calmarse, solo iría ahí y le dejaría en claro a Mason que no eran amigos.

A la hora de almuerzo se dirigió al edificio del buffet de abogados.

Cuando llegó, el lugar estaba vacío, por eso había decido venir a esta hora.

Le había escrito a Mason para decirle que vendría a esta hora para que él la esperara, ya había guardado el número de teléfono no quería mas sorpresas, aunque esperaba no tener que recibir más llamadas de él.

Carmen no estaba en su lugar y casi saltó cuando la puerta de la oficina  se abrió.

Un señor muy elegante con un traje gris salió, seguido de él.

Thiago Poeck estaba despidiéndose del señor elegante y ella deseo ser más rápida pero apenas se movió cuando la mirada azul hielo de ese hombre se clavó en ella y la detuvo.

No entendía por qué su mente comenzó a divagar en el hecho de que su cabello estaba despeinado y que se había cambiado los zapatos de tacón por los tenis antes de venir.

―Señora Franco. ―saludó él.

El tipo elegante ya se había marchado, él metió las manos en los bolsillos de su pantalón de tela azul marino que se le adhería a las piernas con perfección, debía estar hecho a la medida, le colgaba en las caderas de una forma muy agradable a la vista, la camisa blanca y el saco del mismo color que el pantalón, marca los músculos de sus brazos.

Summer desvio la mirada y se llevó una mano al mechón de su cabello para meterlo detrás de su oreja.

―Señor Poeck. ―respondió.

―Carmen, se ha ido a comer. ―le informó él mirando el lugar donde su secretaria debía estar.

Ella se dio cuenta que el señor Poeck pensaba que ella venía a ver a su amiga.

―Sí, yo creo que debí preguntarle antes si estaba aquí. ―habló. ―Yo creo que iré a buscarla a la cafetería.

―Por supuesto. ―una pequeña curva en su labio se formó, no diría que fue una sonrisa pero algo en ese gesto acelero el pulso de Summer.




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