Redención

Capítulo 38

Volver a empezar 
 


Regresar al lugar donde tantas cosas sucedieron se sentía extraño y a la vez era increíble.

Estaban en casa, era su lugar, Azul de hecho podía jurar que hasta el aire era diferente en ese lugar.

Decidieron que para decirle a Sofia de su regresó, primero debería entraría Summer con los niños y trataría de explicarle todo, para después ella pudieran reunirse con aquella mujer que durante mucho tiempo fue como una madre para ellas.

Por lo que, Azul espero en un café a unas calles de la casa, mientras Summer iba con los niños a ver a Sofía.

El lugar estaba diferente a como lo había visto la última vez, pero todo se sentía tan familiar.

Se quedó por una hora más o menos hasta que recibió un mensaje de Summer y supo que era el momento. Así que pago su café y salió.

Cada paso era un recuerdo, momentos preciosos que vivió con su amiga, con su hija, con esta familia que las acogieron y ayudaron en los momentos difíciles.

La puerta se abrió y Summer le sonrió mientras la dejaba entrar a la casa. El lugar seguia igual y al verlo le entraron ganas de llorar.

―Azul. ―La voz de Sofía la hizo girarse y la vio. ―Azul, querida. ―la mujer estaba de pie viéndola, el cabello de Sofia era ahora más plata y su porte era menos firme, pero su sonrisa era la misma.

―Sofía. ―su voz se quebró mientras cortaba el espacio e iba a los brazos abiertos que ya la esperaban.

Explicar todo a Sofía fue fácil según Summer, de algún modo Sofía ya lo presentía o al menos eso dijo, ella sabia que las cosas buenas estaban por venir y cuando recibió la visita de Summer supo que tenia razón.

Sofía, por supuesto les ofreció quedarse en la casa, no pensaba dejarlas en un hotel. No querían molestarla, pero Sofía fue firme en su petición, así que mientras fueron a recoger sus cosas al hotel donde tenían planeado quedarse, Sofía preparó una comida para todos.

Y eso incluía a los demás inquilinos de la casa de huéspedes.

Azul estaba feliz, no sabia que encontraría al volver, pero todo seguía siendo perfecto y maravilloso.

Al terminar la comida, Azul acompañó a Summer y Chris a visitar a la familia de Teo.

Ellos por supuesto la recibieron con la misma alegría que Sofía, todos estaban felices de verla con vida. Sirvieron té y galletas para ellas. Las tías de Teo estaban jugando con los niños, mientras Summer hablaba con la mamá de Teo.

Azul se puso de pie y se acercó al cuadro que decoraban la pared de la sala.

―Es hermoso. ¿verdad? ―el señor Stomen dijo a su lado.

―Lo es. Ella tiene un talento increíble.

Él sonrió. ―Sí.

―Durante todos estos años siguió pintando hizo un retrato mi y nunca podría verme tan hermosa como en sus pinturas. ―comentó.

―Mi hijo siempre decía que esperaba ver alguno de sus cuadros en una galería. ―él señor Stomeb sonrió. ―Siempre pensé que él seria quien terminaría enviando alguna pieza de Summer a un museo para que la descubrieran.

―Estoy segura que si lo hubiera hecho. ―no pudo evitar pensar en Teo haciendo justamente eso.

―Ella tiene piezas muy hermosas que merecen ser vistas.

Azul lo sabía, ella las había visto en el rincón de la casa guardadas.

El señor Stomen fue a sentarse con su esposa y Azul decidió que era tiempo de dejar a su amiga con ellos, así que tomó a Alaine y la llevo al parque para jugar un rato.

Antes se reunión con Summer poco despues y volviero a casa de Sofía juntos, donde convivieron más con los inquilinos, incluso llegaron viejos amigos a la cena que Sofía preparo para ellas.

Era extraño verlos después de tanto tiempo, ver a Amador con su esposa y su hijo, ver a todos los chicos que conocieron una vez y consideraron como familia tener la felicidad que tanto quiso para ellos.

Cuando la cena terminó y fueron a descansar con sus hijos, Azul miró a Summer.

―Sabes estaba pensando en algo. ―Azul subió a su cama para estar frente a Summer que se cepilla el cabello.

―He sido tu amiga por muchos años y se que siempre después de esa frase viene una serie de problemas. ―eso la hizo reír.

―No seas tan dramática, cuando te he metido en problemas.

Summer alzó una ceja.

―Esta bien, lo admito la mayoría de veces era mi culpa lo que sucedía, pero esta vez no se trata de nada de eso. ―jugó con el bordado de las sábanas. ―En lo que pensaba, era en que yo logré seguir mi sueño, tengo una tienda donde muestro mis diseños, creó prendas hermosas y eso me hace feliz, mientras que tu estas en una oficina dibujando en una pantalla.

―Y quien te dice que no es mi sueño estar ahí.

Ahora fue el turno de Azul de alzar una ceja.

―Por que no lo es. ¡Dios, Summer! Lo tuyo es pintar, es tomar un lienzo una hoja y llenarla de color. Es tener tus manos llenas de pintura. ―sus manos se movieron para gesticular. ―Es a través de esas pinturas que te expresas, es como te muestras al mundo, siempre ha sido así.

―Azul, sabes que yo no pinto para eso, yo solo...

―Solo eres egoísta. Privas a todos de ver lo hermoso que es tu alma. ―Azul la miro. 
―Creo que deberías mostrar esto, que deberías dejar que más gente lo vea.

"Recuerdo que cuando hablamos de ir a la universidad, Teo habla de ver tus piezas en  museos, en exposiciones, él quería que todos conocieran tu arte.

―¿Crees que él esté decepcionado?

―Creo que lo estará si no haces nada. A Teo le gustaría saber que sigues tus sueños.

―No lo se.

―Bueno, yo si lo se, y lo sabe tú hijo, lo sabe nuestra hija, todos los que te conocen y sobre todo lo sabia Teo. ―eso la hizo reír. ―Además, podríamos empezar por algo pequeño si te decides a hacerlo.

―¿Algo pequeño?

―Sí, la tecnología es algo increíble ahora por si no lo has notado, podemos abrirte una página y subir todas las fotos de tus piezas.

―Bueno, a decir verdad deje de pensar en esas cosas, por qué tenia miedo de que Nick pudiera encontrarme de ese modo. ―admitió. ―Pero ahora que no está, creo que podríamos intentarlo.




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