"El que no sabe de amores, no sabe lo que es el martirio"
La llorona
Habían pasado ya un mes en que las flores no dejan de llegar a mi escritorio, algunos tenían versos otros poemas y una que otra venían con una caja de chocolate o un oso a lado; las chicas se emocionaban y me envidiaban por todo esos detalles, pero, yo como siempre las regalaba a ellas no tenía intención de quedármelas, no me importaban en lo absoluto yo solo amaba a un hombre que aunque no esté aquí aún vive en mi corazón y eso no me lo va a sacar jamás.
Brayck había logrado localizar el apartamento de Karla por lo que decide esperar a que ella llegue, por otro lado Karla se veía sorprendida de que esta vez no llegan ninguna rosa o regalos a su escritorio, sus compañeras observaban muy inquietas.
-¿Esta vez no llegaron nada, verdad?- pregunto una rompiendo su silencio.
Yo voltee a verlos, todas tenían su vista hacia mí se veían muy curiosas, algo que me hizo reír a carcajadas.
-¿Por qué te ríes?- pregunto una de ellas.
-¿No me digas que ya le aceptaste y ahora están saliendo?- pregunto la otra.
-¿Es eso?- pregunto la otra levantándose, tenía los ojos brillosos que mostraban emoción.
YO: ¡No!- respondí rápido -¡No lo eh visto por mucho tiempo y no pienso verlo tampoco! Tal vez se cansó de todo y simplemente se rindió, ¿mejor no? Así no tengo que preocuparme de que en cualquier momento pueda verlo.- sonreí
-¡Que mal! Yo que me había acostumbrado a los obsequios- refuto disgustada la que había roto el silencio y todos volvieron a su lugar.
Es verdad, cada regalo, flores o lo que sea que llegaban se los daba a ellas nunca me queda con algo porque no tenía interés en guardarlo conmigo, aun amaba a Anthony y eso no iban a cambiarlo.
Al salir de mi trabajo tome un taxi hacia mi apartamento, tenía los muslos cansados deseaba tener un buen masaje o al menos un té relajante. Pero cuando baje del taxi algo me llamo la atención, un muchacho estaba recostado en la reja con la vista hacia abajo; tenía las manos en los bolsillos del pantalón se veía muy guapo con esa chaqueta que le llegaba a la cadera y unos jeanes que moldeaba su sexy cuerpo. Espera ¿dije sexy? No, no tal vez sea el cansancio que me provoca este delirio.
YO: ¿Qué haces aquí?- pregunte acercándome a él ya que por ahí es por donde tengo que pasar a mi apartamento.
Este rápidamente levanto la mirada al oír mi voz mostrándome esa sonrisa encantadora, la misma sonrisa que me mostraba Anthony, por un momento me perdí en su mirada, era como estar viéndolo a él, mi corazón comenzó a latir muy fuerte y una lagrima broto de mi mejilla.
Sentí un olor agradable que provenía de su cuerpo ese olor que hacía tiempo no lo sentía; sus suaves manos frotaron mi rostro limpiando mis lágrimas y ese calor que me transmitió cuando me abrazo no podía alejarlo de mi estaba perdida en él. Pero ese encanto se fue cuando escuche los chirridos del carro detrás de mí eran otras chicas que también Vivian en ese departamento, pero, en cuartos diferentes.
Rápidamente lo aleje de mí y me limpie las lágrimas.
YO: ¡Lo siento! Te confundí con Anthony- me disculpe y le pedí que me dejara pasar ya que estaba bloqueándome el paso.
BRAYCK: ¡No me voy a mover de aquí, vine hablar contigo y quiero que me escuches!- dijo él sin moverse.
YO: ¡Lo siento, pero yo no quiero hablar contigo!- respondí empujándolo para poder pasar.
Brayck me tomo del brazo y me jalo hacia él abrazándome así por detrás.
BRAYCK: ¡No huyas de mí, sé que me parezco a él, pero, déjame demostrarte que no somos iguales en todo, te amo...!- de pronto soltó.
-¡Desde hace muchos años atrás te eh amado, desde la primera vez que te vi...este sentimiento que tengo hacia ti no nació cuando mi hermano murió fue cuando aún éramos niños, cuando nos vimos por primera vez en la primaria, antes que conocieras a mi hermano.
YO: ¿Qué?- estaba sorprendida por lo que estaba escuchando, el primer niño que conocí era Anthony.
Brayck me soltó y yo me di la vuelta para verlo.
YO: ¿Tu...me estas bromeando...verdad?- pregunte incrédula, él movió la cabeza en negación.
-¡El primer chico que vi fue tu hermano, de quien me enamore fue de él por lo tanto no voy a permitir que me confundas- respondí muy segura.
BRAYCK: ¿Recuerdas cuando perdí mi balón y tú me devolviste?- dijo el tomándome de los hombros
-Ese día era tu primera clase, te sentías incomoda cuando los niños se acercaban a ti y no sabías que decir cuando te hacían muchas preguntas,...tuve que salvarte ahuyentándolos...desde entonces siempre estuvimos juntos hasta que me enferme y mi hermano tuvo que venir en mi lugar, le hable de ti y le pedí que no te dijera que era mi hermano para no asustarte.-
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suspenso, secretos de un pasado y presente oscuro, tragedia dolor tristesa y nuevo comienzo
Editado: 08.07.2020