De nuevo un pulso golpea mi mente, alguien esta sintiendo dolores físicos fuertes... muy fuertes... se siente asustado. Intento buscar la fuente y me encuentro con la misma luz de antes. ¿Cuál será su habilidad para entrar a mi mente? ¿Cómo logra despertarme?
-¡Me quebro el hueso!¡No puedo levantarme! ¿Qué hago?¿Moriré así?
Son las quejas que se hace en su mente, lo están derrotando porque no esta usando sus habilidades... ¿Cuántos años tendrá? No puedo saber su edad, pero ya debería mostrar alguna habilidad...
-¡Levántate! ¡No dejes que te toque más! ¡Busca su punto débil! ¡Qué no vea que sufres! ¡Usa tu mente!¡Imágina que le harias!- Le digo suavemente
No se que estoy haciendo hablandole desde mi mente pero siento como se reconforta y toma control de su mente, se empodera y ahí es donde lo siento... Despertó y utiliza un ataque mental a su oponente... puedo sentir como hay sorpresa y preocupación de lo que hizó.
-¡Lo hice!¡Dios lo hice!¡Mierda! No se levanta...- De nuevo me siento cansada y me dejo llevar por el sueño -Eres un tipo de telépara...creo...
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-¿Golpear?¿Llamas a eso golpear?-
Grita el entrenador desde lo alto de la barranda... Estoy cansada y tengo hambre... E también esta agotado... sus heridas aún no han sanado puedo sentirlas en cada golpe que damos... Mi compañero me remata dandome en la cara y en mis costillas y caigo al suelo.
Me levanto de inmediato deslizando mis pies entre los suyo usando una llave y rematando entre su pecho con mi puño- Le doy vuelta quedando sus brazos colgando y mi pie en su espalda y los halo hasta que los quiebro. Somos superdotados y nos entrenan militares, especialistas en arte de tortura... tenemos que parecer robot ante todos... y seguir sus técnicas. ¡Nunca dudar!
Mi compañero se queda un momento en el suelo y espero que continuemos cuando el entrenador apunta en su carpeta.
-Eso está mejor.... pon sus huesos en su lugar-
Veo como se levanta y yo me tomo cada brazo y presiono los huesos y los envuelvo con una gasas. Sanamos rápido pero no quiere decir que no duela cuando estamos en el proceso. Pero esto es pan comido para nosotros.
-¡Están listos para pelear contra otros!¡Preparense!-
Nos abandona cerrando la puerta y nosotros nos vamos a la enfermería tienen que revisar nuestro estado física y mental. No desean que sus juguetes se arruinen sin razón. Me detengo y halo a E para mirarlo...
-Aún no sana tu pie... quiero ayudarte.-
He oído que los que logran sobrevivir se quedan con su compañero. Este pensamiento ha rondado dentro de mí hace días. De ahora en adelante, si al final sobrevivimos a las peleas de preparación, iremos a misiones juntos hasta que nuestro cuerpo ya no pueda y nos tocara compartir un cuarto juntos... Tenía miedo de tener más compañeros pero llevamos un año juntos. Creo que eso da mucho que decir.
-Los doctores lo harán- Me contesta sin expresión de nada de sus ojos cafés.
Sin embargo no espero a que siga hablando y toco su pie. Puedo sentir que esta mal en su cuerpo y de alguna manera transmito un calor intenso de mi mano hasta su piel y comienza a trabajar en todo su cuerpo...
Un día me di cuenta que podía curarme yo sola. Pero no lo mencione a nadie porque estarían encima de mí haciendo más pruebas y practique cuando tenía heridas pequeñas sanandolas poco a poco.
Después de varios meses, me siento en la confianza de usarlo con él, porque será mi compañero permanente y no quiero otro, por tanto debo cuidarlo... Lo suelto y me levanto mirando a sus ojos.
-No quiero otro compañero, ya he tenido muchos, eres suficiente-
Por un segundo parece que hay un brillo en sus ojos y me asombra. No me importa sí solo fue ese segundo. Su rostro sin emoción volvió a su lugar y seguimos el camino normal. Sólo espero que el también quiera que sea su compañera.
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