Por Dios Elisa, dice mi hermana mayor Ximena, barrerás con toda la playa. Yo sonreí, llevo en mi delantal caracolas de distintos tamaños y formas.
Siempre me han gustado las cosas hermosas, por eso cuando veo algo que me llama la atención, lo tomo y guardo en una cajita de cartón.
Cuando mi hermana y yo quedamos huérfanas, fuimos a vivir a la costa. Aún recuerdo la cara de espanto, de la tía Mireya al vernos, con voz ronca por el tabaco, murmuró una mala palabra, hizo unas muecas y nos dejó entrar. Nos recalcó que estaba prohibido entrar a su habitación, mientras nos muestra el nuestro... Un cuarto donde guarda los trastos viejos.
No todo fue tan malo, encontré pequeños tesoros. Como cintas de colores y algunas pulseras artesanales, mi tía fue hippie en su época de juventud.
Ya ha pasado tiempo, de estorbo pasamos a ser invisibles.
Ximena terminó sus estudios de secundaria, se fue una noche con un desconocido. Me dejó una nota prometiendo buscarme, cuando sea exitosa.
Por lo menos me dejó la habitación para mí sola, y algunas de sus pertenencias; La corona que ganó en un concurso de belleza, un collar de perlas y aretes que pertenecieron a mi madre.
Mi tía trabaja de noche en un bar. Por eso cuando estoy sola en la casa, entro a su habitación, me siento frente al espejo, y pinto mis labios de un rojo intenso, luego me pongo la corona e imagino que soy una princesa.
La cortina de encajes se vuelve un vestido de cola. Abro las ventanas para saludar a mis súbditos. La brisa son aplausos y los juncos se inclinan ante mi presencia. Algo llamó mi atención... Un vestido de lentejuelas deslumbran mis pupilas. No resistí la tentación. Hago muecas, me queda grande de todos lados... Mi tía tiene caderas anchas y un busto prominente. Yo me miro en el espejo, mis pechos se niegan a crecer. Maldigo, mi mejor amiga Clara, es un año menor que yo y sus senos son la tentación de los espinilludos de la escuela.
Su madre, la señora Marta, es amable, y siempre me invita a comer a su casa. El hermano mayor de mi amiga, Ismael, es un idiota, siempre me está molestando y yo no comprendo por qué vivo pensando en él.