Mientras Sarah discutía en las almenas, Kara había salido del castillo tratando de localizar a su hermana, llevaba un rato desaparecida y si algo sabía la joven, era lo impulsiva que podía ser su joven hermana y su preocupación se acrecentó cuando se percató de que Kubrat también faltaba del salón. Tan ensimismada que no vio por donde caminaba, como resultado choco con alguien, provocando que la otra persona cayera al suelo.
Una mujer entrada en años estaba en el suelo, la estaba mirando con furia, que le erizo los vellos de la nuca.
-Lo siento señora –se disculpó mientras la ayudaba a levantarse –lo lamento tanto
-Debieras mirar por donde andas, muchacha –le dijo enfadada, mientras veía como comenzaba a juntarse la gente a ver que sucedía
-Estas ciego eres tonta –una voz chillona de una mujer subida al caballo –pudiste lastimar a la abuela-una rubia de la misma edad que ella
-Ey tranquila Barbie –le contesto frenando a la mujer que gritaba –ya me disculpe, que no viste que no fue apropósito
-Oh por dios Lady Edwina –se acercó Lorna clavando la mirada en Kara y haciendo teatro – que te hizo la sassenach- escupió con veneno
Ahí estaba de nuevo ese insulto que comenzaba a afectarle, aun siendo medio escocesa, en ese momento en su corazón ella era tan escocesa como cualquiera de los ahí presentes. Vio a la gente que comenzaba a cuchichear, la rabia empezaba a crecer en su interior.
-Deja de insultarme si no quieres problemas, cuervo rastrero–le siseo Kara mirándola con recelo
-Basta y respeta –le ordeno la mujer mayor con la mirada cargada de odio–es cierto lo que dice ¿eres una sassenach?
-No, no lo soy –le espeto molesta encarando su mirada verde contra la mujer levantando la barbilla con altivez –soy escocesa como todas ustedes –cambiando el tono agrego- nuevamente le pido disculpa no fue mi intención que se caiga
-No podes negar lo que eres –le soltó con desprecio –tu pestilencia te identifica maldita sassenach
-Te voy a dejar sin greñas –le ladro Prue que venía llegando y escucho el insulto–ahora si te toco el ocho perra
Kara se interpuso en el camino de la pelirroja, no quería que luego la furia de Connor o Ian cayeran sobre ellas y mucho menos, querían arruinar la fiesta de Jane con un escándalo de ese tipo.
-Tranquila gata salvaje –le pidió en un susurro mientras la mirada plateada estaba fija en la otra que la miraba con una sonrisa de triunfo –ya estuvo bueno, mejor te vas si no quieres quedar calva –grito por encima del hombro mirando a Lorna
-Lady Edwina ve a lo que nos exponemos –le dijo la joven con lágrimas en el rostro –son unas salvajes
-Deberían darte el premio a la mejor actriz –le siseo Prue que respiraba con más dificultad
-Que parte no entendiste –le grito Kara mientras comenzaba a darse la vuelta para regresar al castillo-vamos Prue
-Pero te insulto y no piensas hacer nada –no podía creer lo que veía la estaba dejando ganar y delante de todo el mundo
-No voy a arruinar la fiesta –y mirando a Lorna mientras arrastraba a su amiga del brazo –ten por seguro que ya me va a llegar el desquite –sonriendo con picardía
-Jovencita –la llamo la voz autoritaria de la mujer –no me has dicho tu nombre
-Lo sé –le dijo mientras le hacía una reverencia evadiendo darle una repuesta –nuevamente mil disculpas
-Pero que momento más desagradable -comento indignada la mujer que acompañaba a la anciana –pero quienes son estas
-Son unas mujeres que llegaron al castillo hace unos días –cuchicheo Lorna mientras miraba hacia la arcada por donde habían entrado las muchachas –son tres… ellas dos y una niña rubia
Edwina no presto más atención a la conversación, Lorna nunca le había caído bien de todos modos. Pero aquellas dos mujeres, realmente le llamaron la atención, tenían el valor y la fuerza que no veía desde hacía unos años, casi imperceptible una pequeña sonrisa apareció en el rostro curtido por el tiempo.
-Basta las dos –les hablo duramente haciendo callar a ambas –entremos y acabemos con esto de una buena vez… donde esta Tarek
-No lo sé, dijo que se iba a adelantar pero no lo he visto desde que llegamos –susurro la chica mientras rumiaba su odio, aquella mujer seria su protectora pero para nada sentía aprecio por ella, solo la ayudaba porque quería casar a su nieto y solo la eligió, por una promesa hecha a su madre muerta –debe estar en adentro disfrutando del festejo
La mujer solo rodo los ojos molesta y se encamino con paso digno y elegante hacia el castillo, seguida por aquellas dos
-Querida Alia deberías saber algo –la miro con complicidad dejando a la anciana adelantarse-esa gitana se va a casar con Connor
-Sobre mi cadáver –tuvo que hacer un gran esfuerzo por no gritar, la rabia la consumía por dentro –ese no se va a quedar con lo que me corresponde por derecho. Llevo años soportando a la vieja para que venga una salida de la nada a robar lo que me corresponde
-Eso creí que dirías –bajando aún más la voz prosiguió –con Mary tenemos un plan para deshacernos de ella-una sonrisa cruel se dibujó en su feo rostro –ven a mi cuarto en cuanto te liberes
Amabas mujeres se miraron con complicidad mientras que sin decir más ambas entraron, alcanzando a la anciana que estaba siendo recibida por Lady Gillian.
……..
Sarah bajo las escaleras sintiendo que la vista se le nublaba por las lágrimas, llego al primer piso donde estaban las habitaciones cuando una mano tiro de ella, su espalda golpeo con fuerza contra una pared, frente a ella un hombre alto de cabello negro rizado tenía su mirada oscura clavada en ella.
-Pero que demonios –le grito pero su voz fue apagada por un beso salvaje, hambriento. La dejo sin aire y el olor a alcohol le dio nauseas.
Sarah supo las intenciones de aquel tipo, manteniendo la calma con todas sus fuerzas levanto la rodilla hasta clavarla en los bajos del extraño. El gemido fue sonoro y el hombre cayó a los pies de Sarah. Se agacho y lo tomo por el cabello y sin miramiento le asesto un golpe en el rostro.