Nunca hubiera imaginado, que estaría junto a mi mejor amiga arreglándome para ir a esa fiesta. Ambas riéndonos mientras hablábamos de las infinitas posibilidades que teníamos ese día.
Me veía al espejo y simplemente quería captar cada uno de los detalles que me convertían en la Rosie de 19 años.
— Ay, estoy muy emocionada —dijo Lili, mi mejor amiga.
— A ti siempre te emocionan las fiestas —acomodé las ondas de mi cabello, tomé su rimel y lo coloque en mis pestañas.
— Oh —ella estaba sorprendida—, Es la primera vez que te veo usar uno.
Yo quedé en blanco por un momento, ciertamente mi yo de ese entonces sólo sabía usar labial.
— Lo vi en un tutorial. —al igual que antes, siempre se puede culpar al internet.
Si, era un recuerdo, justamente porque lo era; es que no debía intervenir en el curso de los acontecimientos, excepto de aquellos que marcan un quiebre entre los que desencadenan el futuro.
Fue así, que entre música y nuestras charlas un poco forzadas, conseguimos terminar de arreglarnos.
Mientras viajabamos allí, sentía más de lo que había sentido realmente al vivirlo, mis sentimientos contradictorios hacían que no supiera cómo fluir simplemente. Observe mis zapatos y mi vestido, es cierto estaba hermosa, pero no me sentía así en el pasado. Recuerdo haberme criticado diciendo que era un vestido simple y que mis zapatos eran demasiado bajos, comparado a usar tacones.
Me juzgue demasiado, aún cuando en ese momento ni siquiera importaba. Hoy tras haber pasado abismalmente el tiempo, me siento hermosa y estoy segura de que mi vestimenta no hará la diferencia.
— ¡Ya llegamos! —Lili abrió la puerta del auto y estiró su mano hacia mi, la sostuve y salí también. Observé el umbral y vi como el cartel de graduación brillaba intensamente esa noche.
— Es hermoso…
— ¿Estás maravillada por ese simple cartel? —me dijo Lili riendo.
— No es sólo eso —camine por delante de ella, observe el cielo nocturno brillar y di un giro sobre el lugar—, esto es maravilloso. En esta noche todo…
— ¿Estás bien? —nosotras nos miramos por un segundo y no dudé en abrazarla.
— Es una noche maravillosa, Lili. Gracias por compartirla conmigo.
— Estás loca —dijo devolviéndome el abrazo.
Volver a un momento, implicaba más que cambiar el curso de las cosas, significaba aprovechar el tiempo que nos hizo felices. Lili, mi mejor amiga, siempre había estado conmigo en toda mi vida.
Sorpresivamente una de nuestras amigas, la tomó del brazo y la llevó arrastrando hacia algún lado que no recordaba, mientras yo seguía asombrada por cada detalle de ese escenario en mis ojos, hasta que pude verlo en el fondo… en mi mente, sin siquiera pensarlo, resonó su nombre… Leonardo.
Pude identificarlo… su traje impecable… increíble. La persona allí era mi novio esa noche y él se veía espectacular. Me sentí avergonzada de como la sonrisa en mis labios estaba formada, yo ni siquiera podía ocultarlo.
— Ahí estás — Lili me jaló del brazo.
— ¿Qué? ¿Qué pasaba ahora? —le dije, ella me miró por un momento y me dio un golpecito en la frente.
— Estás demasiado despistada. Karen me dijo que hay una banda, el chico de ahí es precioso… hablemos con él y saquémonos una foto —dijo emocionada.
Esa noche, antes de intentar hablar con Leo, como la típica amiga que seguía los impulsos de sus hormonas fui primero a que nos sacáramos fotos con los chicos de esa banda. Antes de que pudiera reaccionar, Lili ya estaba jalándome hacia el lugar.
— Este debe ser el destino, Ro.
— Es… Este es el destino —le dije. Si, lo era.
Mientras nos acercabamos a la banda, también lo haciamos hacia Leo; quién estaba con su grupo de amigos. La Rosie de ese entonces, no fue capaz de mirarlo más que disimulando, sin embargo yo no podía evitar mi mirada y los impulsos de caminar hacia él.
— Oh, está Leo —me dijo Lili, yo me sobresalté—, así que… con eso estabas tan distraída, es de entender que no tengas ojos para otro.
Cuando ella me dijo eso, recuerdo haber contestado: tengo ojos para mirar, sabes. Siempre tratando de ser la chica cool. Pero, mi yo de ahora, sólo puede decir.
— Discúlpame, vayan a sacarse la foto —delicadamente hice que me soltará, Lili me observó entre sorprendida y emocionada.
— ¡Espera! ¡Espera! —yo mantuve mi mirada fija en Leo y apreté mis labios de los nervios—. No me digas que vas a ir a hablarlo…
— Estoy nerviosa —le dije mientras la miraba—. Pero esta es mi oportunidad, si no lo hago ahora ya nunca más… seré capaz.
— Esa es mi amiga —dijo dándome un empujón para comenzar a caminar, yo les sonreí y caminé en dirección a él.
Ciertamente, no sabría ni como comenzar la conversación, tuve eso en mente mientras daba cada paso. Sabía que me estaba observando, viendo desde mi peinado hasta mis zapatos tratando de descifrar mis acciones, tan increíblemente inusuales pero utópicas en ese momento.
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Editado: 13.04.2024