Regresando al pasado

Capítulo 4: Rush

Llegar a casa de mi madre y encontrarme con Dafne en la cocina fue inesperado, pues no sabía que ella y mi madre tenían una relación cercana como para permitirle estar en la casa y usar su cocina.

Pensaba que tendría más tiempo para prepararme antes de enfrentar a Dafne y el destino dijo: Jódete y encuéntrate con tu ex.

Aquí está, tan hermosa como la recordaba con una figura de mujer. Mi corazón se acelera al tenerla frente a mí y no puedo salir huyendo. 

Doy un paso al frente y miro a mi sobrina, quien me observa con curiosidad. Decido enfocarme en ella porque es más fácil, sin embargo, cuando me arrimo e intento levantarla, ella se pone a llorar a todo pulmón, se retuerce en mis brazos y tira los brazos hacia Dafne, quien se acerca y la toma en brazos. Mi sobrina deja de llorar de inmediato.

—No está acostumbrada a desconocidos. —exclama.

Lo dice con algo de molestia y no sé si es por verme a mí o por hacer llorar a mi sobrina.

—Soy su tío.

—Ella no te reconoce. Alison dijo que apenas la viste dos veces y eso fue hace meses.

Pasa a mi lado con ella en brazos, me obligo a tomar aire y exhalarlo para ignorar el aroma de su perfume que sigue siendo el mismo de hace tantos años. Me encantaba quedarme abrazado a ella luego de hacer el amor y absorber el aroma de su perfume.

La sigo a la sala intentando no recordar cosas del pasado. Observo que deja a Ambar en un corralito con sus juguetes. Mi sobrina se pone a jugar con unos dados.

—¿Y mi madre?

—Fue con la mía a hacer unos trámites para el velorio.

Una punzada de culpa se instala en mi pecho al recordar que mi hermano ya no está. No conocía mucho a Alison, pero parecía buena persona y mi hermano la amaba.

No pude evitar llorar en mi casa una vez que asumí la noticia. Me calmé obligándome a ser fuerte.

No obstante, su muerte hizo que me replanteara muchas cosas y resaltar lo alejado que estuve de mi familia. Y ahora solo queda mi madre.

—No puedo creer que mi hermano ya no esté. Hablé con él hace una semana.

Tomo asiento, Dafne se acerca, aunque manteniendo la distancia.

—Lo sé. No ha sido fácil aceptar que él y Alison ya no se verán por la ciudad o que Ambar no crecerá con sus padres. Tu madre se ha mantenido en pie. Es fuerte.

Alzo la mirada y no puedo evitar desear abrazarla. Mis emociones se descontrolan con ella cerca y no importa que hayan pasado doce años.

—Lo sé. Igual vine para apoyarla. No sabía que te llevaras bien con mi madre.

—Mi madre y la tuya son amigas desde que se convirtieron en vecinas.

—¿Tus padres viven al lado?

—Sí. Ralph y Alison se mudaron aquí cuando se casaron. Tras la muerte de tu papá, tu mamá se mudó con ellos.

—Sabía que se había mudado con ellos, no que eran vecinos de tus padres.

—Si vinieras de visitas, lo sabrías.

—¿Eso es un reproche? ¿Querías que viniera?

Frunce el ceño.

—A mí me da igual. Lo digo por tu madre. Te extrañaba y se sentía mal de haber perdido contacto contigo. Tu hermano también te extrañaba.

—Pareces que eras unida a mi hermano también.

—Ralph y mi esposo amaban ver juegos de baloncesto y se reunían con mi padre para verlo, así que mamá, Jenna y yo le hacíamos compañía a Alison porque en ese momento éramos ignoradas por los hombres—sonríe nostálgica—. Tu cuñada era una buena esposa, amiga y madre—mira a Ambar—. Es una pena que no verá crecer a su hija.

Me acerco a ella, pero se aparta. Parpadea.

Rayos. Debo recordar que está casada. Debo ver su dedo anular donde se visualiza el anillo de matrimonio para recordarlo.

Dafne ya no es nada mío y no tengo derecho a nada. En este momento somos casi dos desconocidos.

—Su muerte me pegó fuerte y me hizo pensar en muchas cosas que hice mal, de las cuales me arrepiento, y si pudiera volver el tiempo atrás, haría todo diferente.

«Y eso incluye no dejarte como lo hice», agrego para mí.

—Es una pena que tenga que pasar algo drástico para hacernos recapacitar. Te entiendo.

Veo una sombra de tristeza en sus ojos y no sé si es debido a mí o la muerte de mi hermano y cuñada le ha afectado.

Por lo que entiendo, Dafne era unida a ellos. Me atrevo a decir más que yo. Su esposo era amigo de mi hermano y eso es extraño. Ralph nunca mencionó nada, aunque tampoco le di lugar porque le prohibí que me mencionara algo relacionado con Dafne. Dolía demasiado y no quería escuchar cuan feliz es con su esposo luego de verla aquella vez en el aeropuerto con él.

Abro la boca armándome de valor para preguntar como va todo con su trabajo y con su esposo cuando mi madre y mi ex suegra entran en ese momento.

Mi madre tiene los ojos rojos e hinchados. Me arrimo a ella y tomo sus manos.



#280 en Novela romántica
#125 en Chick lit
#89 en Otros
#44 en Humor

En el texto hay: bebe, romance, amor pasado

Editado: 20.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.