Reina De Alma Gitana

Memorias De un Tortuoso Pasado.

Despertó cautivado por un delicioso y familiar aroma, abrió sus ojos buscando algún indicio de que eso no se tratase de un sueño, se incorporó al ver que no era su imaginación y que todo era muy real.

— Buenos días muchacho — saludó la anciana gitana con voz animada —, como estás aquí, desperté temprano para preparar algunas de tus comidas favoritas y estás de suerte, porque poco antes de tu llegada fue cazado un jabalí de buen tamaño.

— Abuela no era necesario yo...

— Calla Axel no vas a despreciar la comida que esta anciana te hizo con tanto cariño, tu tiempo aquí es corto, así que aprovecha — replicó la mujer sirviendo caldo de carne en un cuenco de arcilla.

— Eres insistente vieja testaruda — respondió el muchacho poniéndose de pie.

— Y tú eres la calca de tu madre en su carácter, siempre afable y diciendo no — recordó Azalea partiendo una pieza de pan a la mitad. Caminó hasta quedar frente a su nieto ofreciéndole la mitad del pan que había cortado y el cuenco, con caldo que era el causante de aquel rico aroma.

Tomó los alimentos que su abuela le ofreció y la siguió al centro de la tienda, Azalea se sentó al suelo sirviendo una infusión en un pequeño pocillo hecho de arcilla al igual que el cuenco, hizo ademán para que el castaño también tomara asiento y así lo hizo.

Tomó un sorbo de la bebida y echó una ojeada al muchacho frente a ella —tienes preguntas que hacer, son cosas que hace mucho quieres saber y creo que ahora es el momento muchacho.

Lo dicho por Azalea le hizo atragantar un poco con la comida, a veces creía que la abuela era más poderosa de lo que hacía creer a los demás.

— ¿Hay algo que escape de tu tercer ojo abuela? —cuestionó el soldado con ironía.

— No Axel — respondió Azalea con superioridad.

— Es sobre mi madre, nunca me has contado nada solo que un día llegó y la tomaste como tu hija, me gustaría saber más, si hubo familia y porque yo tengo apellido eso no es propio de un gitano busqué información y no hay registro de mi apellido.

— Si tienes acceso a documentos tan importantes, quiere decir que has ascendido —mencionó la anciana tomando más de su infusión —, me gustaría saciar tu curiosidad Axel pero no sé mucho...

— Pero tampoco me lo has dicho todo abuela —refutó él con insistencia.

Respiró hondo disfrutando el dulce aroma de su humeante bebida, iba hablar claro que iba hacerlo, aquella mujer le imploró hasta su último aliento callar pero era derecho de Axel saber más de su origen — no vas a conseguir nada en Alkarya muchacho, pues las raíces de tu madre son de otro reino.

——♡——

La situación no era fácil los gitanos, fueron reducidos y perseguidos por la muerte de la reina Marion afortunadamente Celestia era una tierra de gracia y aún proveía de alimento cobijo y protección a sus habitantes.

Azalea quería abastecerse de algo de carne, la gitana no dependía de un hombre ella misma iría de cacería, arco y flechas listas, se adentró al bosque.

Ya tenía a su presa precisada, era una liebre de gran tamaño suficiente para ella sola. Lista para disparar, un grito la sacó de concentración además ahuyentó a la liebre.

Caminó buscando la raíz de aquel alarido, lo que encontró la dejó confundida, aún así corrió para ayudarle era una mujer con un bebé en brazos.

— ¿Qué haces sola en este bosque? Niña nadie te ha dicho que está zona es peligrosa, aquí hay animales que te matarían — reprendió la pelinegra a la joven.

Azalea abrió sus ojos al ver las manchas de sangre y rasgaduras en el vestido de la muchacha, su apariencia era frágil, de cabellos dorados largo y lacio, y grandes ojos color avellana temblaba pero aún así no soltaba a la criatura en sus brazos.

— No me lastime por favor — musitó la aterrada muchacha.

— No digas tonterías niña, ¿yo lastimarte? No tengo motivos — soltó la gitana adivina para defenderse de la acusación de querer lastimar a esa desconocida —, oye estás sangrando ¿Es tuyo ese bebé? — empero la mujer señalando a la criatura envuelta con telas del vestido de esa mujer.

La rubia asintió cómo respuesta, nació al amanecer es una niña — mencionó la mujer en apenas un hilo de voz.

— ¿Tú pariste aquí, sola en medio del bosque? —Azalea abrió sus labios en una perfecta o de el asombro —, escucha mujer tienes un sangrado ven conmigo debemos atenderte o morirás...

— No me queda mucho señorita — la rubia apenas y tenía color en su rostro, sus ojos se volvieron cristalinos al oír el llanto de la bebé aferrada a su pecho —. Quizás aún no he muerto porque los dioses esperaban por usted señorita, no moriría en paz dejando a mi pequeña Clara aquí en medio del bosque ¿Entiende?

— ¡No diga tonterías, vamos yo le ayudaré, usted puede salvarse! — exclamó Azalea molesta, con la actitud pesimista de esa mujer.

— No queda mucho tome a la niña y déjeme — pidió la mujer llorando en silencio —, por favor, cuide de ella.

— Al menos diga su nombre, su familia debe saber...

La rubia negó ante lo dicho por Azalea — no soy de Alkarya vengo de Euldor, mi familia, por ellos escapé y no pregunte cómo llegue a este lugar — dijo aquella mujer agitada, eran sus últimos momentos.

— ¿Cuál es su nombre? —empero Azalea arrullando a la recién nacida en su pecho.

— Cattleya Tudor, le ruego no hable de mi a nadie, esconda a la niña y...

— Cuidare de ella como si la hubiese parido yo misma, no diré nada, puede partir tranquila —luego de oír aquello Cattleya partió de este mundo, Azalea cerró con delicadeza sus ojos.

——♡——

— Si no quería que se supiera nada, porque decirte de dónde era y su apellido — musitó Axel cabizbajo, mirando el contenido del cuenco en sus manos, ya no tenía apetito.

— Supongo que para prevenir a Clara en caso de ser necesario, Axel te juro por Astra y la corte de los dioses, que lo único que se es lo que en este momento te estoy contando, Cattleya fue cautelosa hasta su último aliento.



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En el texto hay: romance, magia, realeza

Editado: 16.11.2024

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