Areusa se acercaba a la pequeña entregando el cristal a la niña, mientras murmuraba unas palabras, el pentagrama se iluminó junto a siete pilares de roca — preparate Clover se acerca el glorioso momento — la niña se iluminó y el eclipse comenzó, el momento había llegado y las bestias serían libres, para llenar todo de caos y muerte.
Merliah se acercó al altar la niña en medio del pentagrama tenía sus ojos opacos, una opresión en su pecho la impulsó a querer quitar a la niña de aquel lugar, sentía que algo andaba mal
— ¿Qué ocurre? —preguntó la pelirroja a Areusa.
— Lía no te metas la pequeña es la llave que abrirá la puerta a nuestro nuevo comienzo.
— No creas en eso —replicó Danica con su voz entrecortada, Dumah apretaba más, dificultando la respiración de la castaña— ¡Areusa absorbe la magia de la pequeña, todo va al cristal en las manos de Clover! — gritó Danica desesperada cayendo inconsciente a causa de la falta de aire.
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Entró a la habitación de sus padres, aquella fragancia de lilas y Jazmin lleno sus fosas nasales haciéndole sentir nostalgia, a su madre le encantaban aquellas dos esencias y así ha sido desde su niñez.
Se acercó al lecho de sus padres y ahí la vió dormía profundamente su respiración era pausada y tranquila.
— Eres hermosa pequeña Clover, todo un hermoso botón en flor — retiró algunos mechones negros de los cabellos de su frente, sus mejillas rosas y regordetas hacían ver a la pequeña más adorable aún.
— Se parece mucho a tí y a tu hermano, aún recuerdo lo mucho que sorprendió a todos la llegada de esta pequeña — el cuadro que aprecié frente a mi me llenaba de un sentimiento tan único, solo faltaba Gael y el para ser perfecto.
— Me he perdido mucho de Clover madre, ya no quiero volver a irme —Dijo la princesa levantándose de la cama, caminando hasta la cuna de la pequeña princesa.
— Es la misma cuna que usaron Gael y tú — se acercó a Lía aún creía que la decisión de Damián había sido exagerada, pero ella por más que insistió, no logró hacerlo cambiar de opinión — lo sé hija y discúlpame te prometo que esto no volverá a pasar.
— Dime madre ¿Por qué llamaron a mi hermana Clover? — empero la princesa curiosa, por saber el significado del nombre de su hermana menor.
— Clover significa trébol y ella es tan especial como un trébol de cuatro hojas, desde su nacimiento sus atributos mágicos se manifestaron, Lía y Clover tiene los cuatro atributos mágicos elementales agua, fuego, tierra y aire así como algunos tréboles de cuatro hojas, la pequeña Clover tiene cuatro atributos mágicos.
— ¡Tan pequeña! —exclamó Merliah sorprendida, por lo que su madre le acababa de relatar acerca de su hermana menor, nunca había escuchado tal cosa antes. No pudo evitar sentirse mal venía de una poderosa familia de hadas, con un linaje mágico envidiable descendientes de dos de los dioses más poderosos del mundo—. Madre Clover es muy especial, los Howl han de estar orgullosos de ella, digna miembro de la familia real del reino del sol naciente, al menos no es un ser extraño como yo.
Notó un extraño tono melancólico en Merliah algo que no era propio de ella; había cambiado tanto para que negarlo una parte de ella extrañaba a su pequeña revoltosa — Lía tú también eres especial, única y muy valiente que no tengas un atributo mágico, no te hace menos especial.
— ¿De verdad lo crees? —empero la princesa, no muy convencida.
— Claro que si mi niña eres especial, por el simple hecho de ser tú.
— Gracias madre — abrazó nuevamente a su madre, aún quería estar más tiempo con ella.
— Debes estar agotada, Lía he preparado todo para tu regreso, ve y descansa toma un baño relajante, tu hermano también estará feliz de verte.
Su madre tenía razón, estaba muerta, su espalda dolía por estar tanto tiempo sentada en aquella carroza. Pero era mayor su deseo por verlo a él.
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Una ráfaga de imágenes llegó a su mente, vió sus manos aún manchadas de sangre y sintió su corazón detenerse, corrió al altar pero una barrera la rechazó enviándole lejos. — ¡Liberala! — exigió con dificultad.
— Es muy tarde para lamentos niña — Areusa miró a la iracunda pelirroja tras ella, ya estaba fuera del efecto de la mandrágora—, niña ilusa hasta no terminar de drenar hasta la última gota de magia...
Areusa no terminó de hablar, pues Merliah encajó sus garras en la pelinegra, su abdomen sangraba y su boca también pero, pero más que quejarse solo reía cada vez con más fuerza Merliah la miraba con sus ojos abiertos al máximo.
— ¿Qué debería hacer quejarme de dolor? —inquirió burlesca—. Eres tan estúpida ¿Enserio crees que tus asquerosas garras ¿Me harían daño? — tomó a Merliah del cuello, para luego arrojarla con fuerza.
El golpe de la caída fue fuerte, Axel corrió para tratar de mitigar el impacto, afortunadamente llegó a tiempo, para amortiguar la caída.
— Lía ¿Estás bien? —inquirió el lobo preocupado por la joven princesa.
La pelirroja no respondió rápidamente se puso en pie, dispuesta para atacar una vez más.
Axel previó que Areusa volvería a repeler el ataque, así que fungió de escudo interponiendose entre el hada de oscuridad y Merliah, solo sintió un punzante dolor, que cada vez se hacía más fuerte.
— Mala suerte — sacó la daga del cuadrúpedo, sonriendo maliciosa a la pelirroja frente a ella —, el niño no debió meterse cualquier lobo sabe que la plata es peligrosa y podría acabarlo con facilidad.
— Eres, eres una...
— Soy, tu adorada tia pequeña Areusa — habló una divertida Areusa.
Un aura oscura envolvió a la pelirroja, sus ojos antes verdes se tornaron rojos sangre, se puso de pie arrojando una abrumadora cantidad de energía umbría. Enviando lejos a Areusa.
Alzó el vuelo para evitar el siguiente ataque de la pelirroja, aquella fuerza no provenía de su parte de demonio, eso era poder mágico pero algo no era normal, era mucho poder mágico Merliah solo tenía una fracción de su virtud mágica, dibujó una sonrisa en sus labios, Clover había caído al suelo, los pilares ya habían dejado de brillar el momento había llegado el cristal aural había tomado la magia de la pequeña princesa...
Editado: 16.11.2024