D I E S I S E I S

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LISS.

Es como si todo fuera en cámara lenta, es como si por un momento todos se detuvieron.

Jessica mide mis reacciones, no se porque espera que haga algo, cuando mi cuerpo no se mueve por más que quiero. Lo frustrante de todo es que veo el peligro justo delante de mí y no estoy haciendo nada por impedirlo. Sus ojos azules eléctricos me ven con demasiada intensidad y eso es lo que me impulsa a salir corriendo, pasando su cuerpo y llegando a la persona que pedía mi ayuda; que en este caso es Steve.

— Vas a estar bien, vas a estar bien. – no se ni como encuentro la voz para hablarle, no sé cómo hago para que de mis manos brote mi poder para sanarlo. – Voy a curarte. No te preocupes, voy a curarte.

— Eso es tener fraternidad de hermanos. – uno de los atacantes habla por encima de todos. Retengo mis lágrimas. – Deberíamos aprender de ellos. – una oleada de risas inunda el lugar.

— ¿Qué es lo que quieren? – retengo mis lágrimas, pero eso no evita que mi voz salga ronca por el nudo en mi garganta. – ¿Qué es lo que buscan?

— Buena pregunta, niña. Estamos buscando...

— ¡Silencio! ¿Cuando vas a aprender a mantener la puta boca cerrada, Han? – esa voz la reconozco de inmediato. No tengo que alzar la vista para verlo, siento su mirada en mi y en lo que estoy haciendo. – Ya sabes a qué hemos venido. – niego. Termino de cerrar las heridas que Steve tiene en su abdomen, para concentrarme en su pecho. Estas son más profundas por lo que siento cuando paso mis dedos. – Estamos aquí por algo que es del jefe y obviamente, para descargar por lo que le hicieron a mi hermano.

— Tu hermano se busco su propia muerte, Ruthber. – Jessica habla detrás de mi. – Deja a estás personas en paz. Ellos no tienen la culpa de las acciones que tú y tu hermano implementaron.

— Lo dice la persona que lo asesino. – de su boca lo que escupe es odio.

— Lo detuve. Él mismo causo su muerte. Te lo vuelvo a decir, deja a estás personas en paz.

— Te mataría ahora mismo. – casi termino con las heridas de Steve, cuando las siguientes palabras de Ruthber me hace detenerme. – Pero el jefe tiene planes para ti y desgraciadamente, también para estos mocosos.

Se forma un silencio denso, casi asfixiante y por eso es que alzó la mirada hacia Jessica y sus ojos están raros, de hecho, su postura está bastante mal. Toca su abdomen; como si lo estuviera protegiendo, sus cejas está ligeramente fruncidas, sus párpados bajan y suben rápido. ¿Que le pasa? No es normal que este así.

— Tienes que ver tu rostro ahora mismo, te ves patética. – se burla de Jessica.

Algo no anda bien. ¿Está más herida de lo que pensé? No puede ser. La revise muy cuidadosamente por ese mismo motivo y aún así, se ve de esa manera. Tal vez hay una herida que no ví por fuera, sino que es un daño interno.

— Ya me estoy cansando de este juego estúpido, Ruthber. Acaba con esto de una buena vez. – al escuchar las palabras de Apóstoles solo recuerdo el momento en que Connor se fue y la causa de eso fueron ellos. – Aquí faltan mocosos, ¡Busquenlos y que no quede ninguno por fuera! Lo que va a pasar aquí, tienen que verlos todos.

— Si se atreven a ponerles un dedo encima a estos chicos...

— ¿Que harás, eh? – Apóstoles desafía a Jessica, quien solo trata de mantenerse de pie como puede. – Veo que las toxinas están haciendo su trabajo. – ¿De que toxinas está hablando? – Por estar de heroína te tragaste todo ese veneno de AniCon que nosotros mismos inyectamos en ellos. Fue una tarea muy difícil, pero no imposible de realizar. Y corrimos tantos riesgos, se sacrificaron muchas vidas solo por ti, adorable golfa. – Apóstoles tome el mentón de Jessica con brusquedad y la obliga a mirarlo a los ojos. Su tamaño está muy por arriba del nuestro, así es que natural que tenga que alzar la vista.

— ¿Cómo pudieron? ¿Cuántas personas dejaron morir por esto? – su voz ya está ronca por la fuerza que hace al hablar. Escucho un pequeño y casi inaudible maldición de los seguidores de Bort Mord. Ahogo mi llanto y aparto la mirada de la escena.

¿Por qué sigue pasando esto? ¿Por qué no se detienen? ¿Acaso ya no tomaron suficiente de nosotros? Lo único que puedo hacer ahora es llorar y ver cómo todo pasa, en como todo se reproduce en cámara lenta y ver sufrir a las personas que han sido mi familia por años.

Una mano cálida se posa en mi mejilla húmeda. Al abrir mis ojos, sin percatarme que los había cerrado, me encuentro con el rostro sonriente de Steve. Intenta hablar pero algo le impide que lo haga. Trato de silenciarlo y más lágrimas salen al ver que de sus labios y su nariz empieza a salir sangre lentamente.

¿Que te hicieron?

No sé que hacer al verlo tan herido, al ver que poco a poco lo estoy perdiendo. De que sus heridas internas eran un problema mayor a las heridas superficiales que ya sane.

Muerdo mi labio inferior para no gritar de dolor. A la misma vez veo por encima de mi hombro a como traen a rastras a Lee. Este patalea y les da guerra a los hombres que lo traen de cada lado de su cuerpo. Él al verme arrodillada al lado de Steve, su cuerpo se queda tan quieto que para los hombres es más fácil hacer que se arrodille y ponga las manos detrás de su cabeza. Sus ojos no los aparta de los míos y en ellos hay una pregunta silenciosa que solo yo puedo ver. Niego a esa interrogante, niego con más lágrimas rodando por mis mejillas y sintiendo el sabor metálico de la sangre en mi boca. Sus hombros caen, aprieta su mandíbula con fuerza y cierra sus ojos.

Ya en este plano todo pasa tan rápido, que es increíble que la única que pudo protestar y estar lúcida a pesar de que estaban más herida que cualquiera aquí, sea Jessica. La escucho como trata de frenarlos con sus palabras. Cómo incluso fuerza su cuerpo a moverse para que no sigan trayendo al círculo a más de nosotros. Yo solo veo como a cada uno de nosotros nos ponen en la misma posición y nos hacen ver qué es lo que le hacen al que está al frente.